La apatía podría señalar atrofia cerebral en la vejez, según un estudio

Pero los hallazgos solo muestran una asociación, no prueban causalidad, apuntan los expertos

MIÉRCOLES, 16 de abril de 2014 (HealthDay News) -- Los adultos mayores que muestran señales de apatía tienden a tener un volumen cerebral más bajo que sus iguales que muestran más energía y vigor, sugiere un estudio reciente.

Los investigadores hallaron que de más de 4,300 adultos mayores, los que tenían al menos dos síntomas de apatía tenían ligeramente menos materia gris y materia blanca en el cerebro. La materia gris básicamente funciona como los centros de procesamiento de información del cerebro, mientras que la materia blanca es como el cableado que conecta dichos centros.

Los expertos dijeron que no está claro cómo interpretar los hallazgos, que aparecen en la edición en línea del 16 de abril de la revista Neurology.

Aunque el estudio vinculó a la apatía con una reducción en el volumen cerebral, no probó causalidad.

Es posible que la apatía pueda servir como una "señal de advertencia" de un mayor riesgo de demencia o de algún otro trastorno que afecte al cerebro, según Lenore Launer, una investigadora del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE. UU. que trabajó en el estudio.

Pero comentó que se necesita más investigación para comprender qué sucede.

Un neurólogo que no participó en el estudio se mostró de acuerdo. "Es importante no interpretar los resultados en exceso", el Dr. Marc Gordon, jefe de neurología del Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York.

"Esto no significa que si uno cambia su conducta (si sale más o intenta ser 'menos apático' de alguna forma) el volumen cerebral aumentará", dijo Gordon.

Los hallazgos se basan en 4,354 adultos de Islandia, la mayoría entre los 70 y los 79, que se sometieron a IRM para medir el volumen cerebral. También respondieron a tres preguntas que buscaban medir la apatía: "¿Ha dejado de lado muchas de sus actividades e intereses?", "¿Prefiere quedarse en casa en lugar de salir a hacer cosas nuevas?", y "¿Se siente lleno de energía?".

Casi la mitad de los participantes del estudio tenían dos o tres señales de apatía. Y en promedio, halló el equipo de Launer, tenían un volumen cerebral ligeramente más bajo que los que no tenían señales de apatía.

Esto deja abierta la pregunta del huevo o la gallina. "No podemos decir qué llega primero, la apatía o los cambios en el cerebro coherentes con los síntomas de apatía", señaló Launer.

Los investigadores intentaron dilucidar si ciertas afecciones de salud podrían explicar la conexión. Los síntomas de apatía son comunes en personas deprimidas, por ejemplo, pero el equipo de Launer halló que la apatía se vinculaba con un volumen cerebral más bajo incluso ante la ausencia de depresión. Las personas con Alzheimer u otras formas de demencia con frecuencia también se vuelven apáticas, pero ninguno de los participantes del estudio sufría de demencia.

Los investigadores también tomaron en cuenta la diabetes, la hipertensión, el tabaquismo, y los niveles de ejercicio y la rapidez del paso de los participantes del estudio. La apatía seguía estando vinculada con un volumen cerebral más bajo.

¿Y cuál es el significado de la atrofia cerebral adicional? "Nuestros cerebros se hacen más pequeños a medida que envejecemos. Ya lo sabemos", apuntó Gordon, del Zucker Hillside. Pero, añadió, la atrofia cerebral se puede acelerar cuando las personas están de camino a la demencia, o sufren de otro trastorno que afecta al cerebro.

Pero es imposible saber el motivo de que los participantes del estudio con apatía tuvieran un volumen cerebral más bajo. "No sabemos si está relacionado con la neurodegeneración", apuntó Gordon, haciendo referencia a la muerte de las neuronas que puede conducir a la enfermedad de Alzheimer, y a otros trastornos cerebrales, como la enfermedad de Parkinson.

Según el equipo de Launer, otra posibilidad es que la "enfermedad de los vasos sanguíneos pequeños del cerebro" tenga algo que ver. Esto se refiere al daño en los vasos sanguíneos pequeños del cerebro, a partir de afecciones como la hipertensión y la diabetes. La enfermedad de los vasos sanguíneos pequeños puede conducir a lo que los médicos denominan demencia vascular, que es la segunda forma más común de demencia, tras el Alzheimer.

Pero el estudio actual no puede demostrar si la apatía es una señal de advertencia temprana de la demencia, o alguna otra afección, enfatizó Gordon. Para hacerlo, apuntó, los investigadores tendrían que realizar un estudio a largo plazo.

Por ahora, Launer, la coautora del estudio, sugirió que los adultos mayores que noten una pérdida de energía o motivación lo hablen con el médico. Dijo que podría ser señal de algún problema subyacente que amerite una vigilancia más estrecha.

Más información

La Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association) ofrece más información sobre las señales tempranas de la demencia.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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