La cirugía cardiaca es más riesgosa para los mayores de 80

Investigadores concluyen que los médicos deben sopesar cuidadosamente los riesgos y los beneficios

MARTES 22 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Un nuevo estudio ayuda a confirmar lo que los cirujanos han sabido por mucho tiempo, que la cirugía de corazón abierto representa un mayor riesgo de muerte y enfermedad para los pacientes de 80 años de edad o más.

Si bien el hallazgo podría afectar el cálculo de los riesgos y beneficios para los individuos que se someten a una cirugía de injerto de derivación de la arteria coronaria (IDAC) o cirugía de la válvula, "ciertamente no significa que se le negaría a alguien la cirugía sólo por su edad", afirmó el Dr. J. Michael Smith, coautor del estudio y director de investigación quirúrgica del Hospital Buen Samaritano de Cincinnati.

Otro experto afirmó que el hallazgo, publicado en la edición de noviembre de Archives of Surgery, no lo sorprendió mucho.

"Esto no es nuevo", apuntó el Dr. Samin Sharma, director de cardiología de intervención del Centro Médico Monte Sinai de la ciudad de Nueva York. "Incluso si se tienen los mismos factores de riesgo, la edad es un factor de riesgo independiente y los médicos lo incluyen en la ecuación".

El número de personas de la tercera edad continúa aumentando y para el año 2000 había 4.2 millones de personas de 85 años de edad o más. Se espera que para 2030 esa cifra alcance 8.9 millones.

Al mismo tiempo, el porcentaje de octogenarios que se someten a cirugía de corazón abierto para un injerto de derivación de la arteria coronaria (IDAC) o reemplazo de válvula aumentó en 67 por ciento de 1987 a 1990.

Alrededor del 40 por ciento de los octogenarios tienen enfermedad cardiovascular sintomática, incluido un 18 por ciento con enfermedad cardiaca isquémica. La pregunta para los médicos ha sido si esos pacientes deben ser enviados o no ya sea a cirugía o a procedimientos percutáneos menos invasivos.

La cirugía de derivación de la arteria coronaria repone el flujo sanguíneo y el oxígeno al corazón. Los pacientes que tienen al menos una arteria obstruida podrían ser candidatos para la cirugía, la cual conlleva la extirpación de un vaso saludable de otra parte del cuerpo y su uso para realizar un desvío alrededor del bloqueo.

La cirugía de válvula conlleva reparar o reemplazar las válvulas defectuosas del corazón.

Pocos países más realizan cirugía de derivación u otras intervenciones cardiacas en personas de este grupo de edad. "Sin duda alguna, en Europa, India, China, nunca verán el hospital a esta edad", aseguró Sharma. "Aquí [en los Estados Unidos] la familia y la sociedad lo esperan".

El mismo Sharma ha realizado procedimientos en cinco pacientes de más de 100 años de edad: uno requería una angioplastia y cuatro requerían una expansión con balón de una válvula aórtica.

En este estudio, los investigadores compararon a los octogenarios con los que no lo eran que se sometieron a cirugía de corazón abierta para IDAC o para reemplazo de válvula en un hospital comunitario entre 1993 y 2001. De un total de 7,726 pacientes, 522 eran octogenarios.

Los octogenarios tenían un riesgo de muerte 72 por ciento más alto, una hospitalización 3 por ciento más larga, un riesgo de complicaciones neurológicas 51 por ciento mayor, y eran 49 por ciento más propensos a someterse a una cirugía repetida por sangrado.

No hubo diferencias importantes entre los dos grupos en cuanto a las complicaciones de los riñones, pulmones o tracto gastrointestinal; readmisiones a cuidado intensivo; ni complicaciones durante la operación como ataques cardiacos, hemorragia y latidos cardiacos irregulares.

Según Smith, el mensaje es mixto.

Por el lado positivo, la cirugía puede mejorar la calidad de vida, incluso síntomas como falta de aliento y dolor de pecho, incluso en los octogenarios. Por otro lado, es difícil afirmar que se prolongará la vida de alguien de esta manera.

"No tenemos datos de las personas de 80 años de edad o más para afirmar sin duda alguna que los estemos haciendo vivir más", afirmó Smith.

Y si alguien de una edad tan avanzada desarrolla una complicación grave por la cirugía, tal como neumonía o un accidente cerebrovascular, podrían nunca recuperarse, añadió Smith.

El estudio también contenía un sesgo inherente: Los octogenarios seleccionados para la cirugía eran sin duda alguna aquéllos que los cirujanos opinaban de antemano que tenían poco riesgo de complicaciones. Smith agregó que, por tanto, estos hallazgos podrían no aplicarse a todos los octogenarios por igual.

Más información

Para obtener mayor información sobre la cirugía de derivación, diríjase a la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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