La nueva tarjeta para medicamentos de Medicare confunde a las personas de la tercera edad

Una encuesta compara este nuevo sistema con un complejo rompecabezas

JUEVES 3 de junio (HealthDayNews/HispaniCare) -- Lejos de clarificar los más esenciales temas relacionados con la salud, la nueva ley de recetas de Medicare y su tarjeta de descuentos para medicamentos han provocado una enorme perplejidad entre la tercera edad y los discapacitados al respecto de sus posibles beneficios.

"Los beneficiarios tienen muchas dudas sobre esta ley en este momento, y esto significa que habrá que hacer un gran esfuerzo para educar e informar para que la ley sea un éxito y para que las personas de la tercera edad y los discapacitados tomen las mejores decisiones para ellos y sus familias", afirmó el jueves durante una teleconferencia Drew Altman, presidente y CEO de la Kaiser Family Foundation.

Altman presentó los resultados de una investigación que reveló que tanto las personas de la tercera edad como los discapacitados tenían muchas dudas sobre las nuevas tarjetas, y que no estaban contentos con la nueva ley.

La ley entró en efecto hace dos días, el 1 de junio, día en que tanto personas de la tercera edad como los discapacitados podrían comenzar a solicitar las tarjetas de descuentos para medicamentos con receta, que se podrán utilizar hasta que Medicare ofrezca cobertura sanitaria para medicamentos con receta en el 2006.

Sin embargo, según un informe publicado en Newsday, el número de personas de la tercera edad que se ha inscrito para disfrutar de estas tarjetas es mínimo.

En este informe se aseguraba que, según los Demócratas, sólo 500,000 de los 2.8 millones de beneficiarios de Medicare se registraron voluntariamente en el nuevo sistema de tarjetas. El resto fue registrado automáticamente.

El Secretario de Salud y Servicios Humanos, Tommy Thompson, aseguró que esta diferencia se debía a la insistencia en comparar precios y artículos antes de decidirse por uno.

Los Demócratas arremetieron contra el nuevo programa esta semana, haciendo hincapié en que negociar precios más bajos o comprar medicamentos canadienses ahorraría más dinero que comprar con las nuevas tarjetas.

Para su encuesta, Kaiser evaluó 10 grupos de atención en Pittsburgh, Kansas City y Washington, D.C. Los participantes fueron divididos en grupos según sus ingresos por núcleo familiar: menos de $17,000 al año; de $17,000 a $35,000 al año; y más de $35,000 al año.

Se les preguntó cuál era su impresión del sistema Medicare en general, su impresión sobre la nueva ley y su impresión sobre aspectos específicos de la nueva ley.

Tanto las personas de la tercera edad como los discapacitados mostraron su inconformidad con el nuevo sistema de beneficios para los medicamentos, aunque expresaron su buena impresión con Medicare en general.

En una escala de 0 a 100 (siendo 100 la nota más favorable), las personas de la tercera edad calificaron su percepción de los nuevos beneficios sobre medicamentos como de 31.

"El hecho de que el sistema esté resultando confuso es una de las razones de este resultado negativo", afirmó Geoff Garin, socio de Peter D. Hart Research Associates, encargados de realizar parte de la investigación. "Hay la percepción de que han creado un auténtico rompecabezas".

Específicamente, lo que más preocupaba a las personas de la tercera edad eran los costos, los cambios potenciales al actual sistema de cobertura sanitaria, la duración limitada del plan (dos años) y tener que elegir una opción entre las muchas que se ofrecen.

14 de los 65 panelistas afirmaron estar a favor de las tarjetas de descuentos para medicamentos, 14 no tenían una opinión formada y 37 tenían una opinión negativa. Los resultados fueron similares cuando se les preguntó sobre los beneficios para los medicamentos en 2006, 15 estaban a favor; 12 no tenían una opinión al respecto y 38 estaban en contra.

Las personas de la tercera edad también tendían a confundir las tarjetas de descuento con cobertura de medicamentos.

"La gente está mucho más resentida que agradecida", apuntó Garin. "Sienten como que nadie les ha hecho un gran favor".

Por otro lado, los panelistas tendían a crear que la ley podría ayudar a las personas con ingresos más bajos. "Se ve como un auténtico beneficio para el sector de la población con ingresos más bajos", afirmó Garin. Un grupo que respondió favorablemente fue precisamente el de personas con ingresos más bajos, "sin embargo, se sienten intimidados ante la dificultad de elegir una tarjeta", señaló. "Por tanto, el grupo que más ayuda debería recibir de esta ley se siente, de algún modo, perdido ante la nueva ley y la posibilidad de hacer uso de ella".

Los beneficiarios discapacitados expresaron en general las mismas preocupaciones que las personas de la tercera edad, aunque quizás de una forma más airada.

"Lo que se repitió constantemente tanto en Pittsburgh, Kansas City y en Washington es que la gente simplemente no conoce cuáles serían sus beneficios", añadió Garin. "Las personas de la tercera edad no saben muy bien cómo navegar por el sistema que se ha creado para ellos".

Más Información

Visite la Kaiser Family Foundation para más información sobre este informe.

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