Los descuentos de Medicare para medicamentos son confusos, pero valen la pena

Un estudio revela que los obstáculos iniciales pueden ser eliminados

MIÉRCOLES 28 de julio (HealthDayNews/HispaniCare) -- Un reciente estudio ha revelado que el programa de tarjeta de descuentos para medicamentos de Medicare sigue siendo desconcertante para muchos beneficiarios, aunque puede brindar ahorros para los que no se dan por vencidos y siguen tratando de descifrar cómo funciona.

"Todo el mundo admite que es un esfuerzo heroico del gobierno organizar este programa y ponerlo a funcionar según lo planeado", declaró Julia A. James, una de las autoras del informe. "Todavía hay algunos obstáculos en el camino. Éste es nuestro primer acercamiento al programa de tarjeta".

El informe, Medicare Drug Discount Cards: A Work in Progress, fue preparado por Health Policy Alternatives para la Kaiser Family Foundation y dado a conocer el miércoles.

El programa con tarjetas de descuento y un programa transitorio de asistencia para beneficiarios de bajos ingresos buscan servir como puente a la Medicare Prescription Drug, Improvement and Modernization Act de 2003, la cual agregará beneficios de medicamentos ambulatorios a Medicare al comienzo de 2006. El programa de tarjetas de descuento hizo su aparición a principios de junio.

Según el Dr. Mark McClellan, administrador de los Centers for Medicare and Medicaid Services, más de cuatro millones de beneficiarios se han inscrito en el programa de descuentos con tarjeta aprobado por Medicare. La mayoría fue inscrita automáticamente, pero la cantidad de inscritos voluntarios parece estar aumentando. Unos "100,000 se están inscribiendo casi por su propia cuenta cada semana", declaró en una conferencia de prensa el miércoles. "Es decir, casi 25,000 cada día laborable, lo que nos pone bastante por encima del 50 por ciento, que es lo que se pensó que sería el total".

En general, sin embargo, la lentitud de las inscripciones se atribuye a la abrumadora cantidad y calidad de información. "Hay demasiadas opciones", afirmó Michael M. Hash, otro de los autores del informe. "Las opciones por supuesto que son valiosas, pero lo que hemos visto hasta ahora es que la excesiva cantidad de ellas confunde y probablemente sea la razón por la que las inscripciones han sido tan lentas".

Los autores del informe, de los cuales al menos uno tiene un Ph.D., reconocieron que tuvieron dificultades para obtener información de los sitios Web públicos, los mismos que los beneficiarios de Medicare consultan. Los sitios Web patrocinados por la tarjeta "no fueron coherentes, sin mencionar que fueron poco informativos", afirmó Beth C. Fuchs, otra de las autoras. A su vez, eso hizo difícil saber quiénes eran realmente los patrocinadores, sostuvo.

También fue muy difícil determinar qué medicamentos estaban cubiertos por cada tarjeta. Algunos programas usaron adjetivos como "la mayoría" o "muchos" para definir los medicamentos cubiertos por las tarjetas. Otros tenían listas incompletas. "Si uno necesita medicamentos costosos, tiene que ser cuidadoso", advirtió Fuchs.

Los esfuerzos de promoción, inscripción y educación parecen haber mejorado en algo, pues el tiempo de espera promedio en las líneas gratuitas se redujo a dos minutos. Sin embargo, una periodista que asistió a la conferencia dijo que recientemente la habían hecho esperar una hora.

Para tratar de entender el asunto, los autores compararon diez medicamentos comúnmente recetados en siete programas de tarjetas distintos. Aunque los hallazgos no pueden ser generalizados, anotó James, "encontramos que algunas de las tarjetas sí permiten ahorrar [frente a los precios de venta al público]. Seleccionar la tarjeta adecuada es una gran diferencia. Hay que comparar varias antes de decidirse por una si se quiere maximizar el ahorro".

Las tarjetas que se investigaron ofrecen descuentos de entre el 8 y el 61 por ciento, en comparación con los precios de venta al detalle citados por el fiscal general de Maryland respecto a un medicamento en particular. Hacer los pedidos por correo permitía ahorrar aún más (entre el 23 y el 89 por ciento) dependiendo del producto, el programa elegido y la ubicación.

Si alguien tuviera que comprar diez medicamentos a la vez (cosa que no sucedería en la vida real) los precios en el programa de tarjetas serían entre 19 y 24 por ciento más bajos que los precios de venta al detalle para el área de Baltimore, entre 17 y 22 por ciento menos que los precios rurales de Maryland y entre 27 y 32 por ciento menores que para los pedidos por correo, en comparación con los precios de Baltimore. Drugstore.com ofrecía precios competitivos respecto a las tarjetas.

El informe decía que los precios de los medicamentos no habían aumentado notablemente luego de que el programa de descuentos con tarjeta se había iniciado.

Aunque se podría pensar que este grado de confusión no se vería muy bien para cuando el programa de 2006 sea inaugurado, los autores del estudio dijeron que la infraestructura que se está desarrollando actualmente facilitaría en gran medida la transición.

Más Información

Visite la Kaiser Family Foundation para consultar el reporte.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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