Un número demasiado elevado de personas con demencia en etapa terminal recibe alimentación enteral

Un estudio halla que los hospitales grandes y con fines de lucro son más propensos a usarlos

MARTES, 9 de febrero (HealthDay News/DrTango) -- Los hospitales grandes y los que tienen fines de lucro son más propensos a usar alimentación enteral (alimentación por sondas) en los pacientes de demencia avanzada, a pesar de que las pruebas dicen que esta práctica no prolonga la vida ni ayuda con las úlceras por presión u otros problemas.

"Nuestros resultados sugieren que las decisiones sobre alimentación enteral dependen del hospital al que vaya en lugar del proceso de decisión que suscite y apoye la elección del paciente", aseguró la Dra. Joan Teno, cuyo estudio aparece en la edición del 10 de febrero de la revista Journal of the American Medical Association. "Contamos con evidencia sólida fruto de encuestas de personas en residencias para ancianos y de familiares de personas con demencia de que la mayoría hubiera preferido morir a recibir alimentación por una sonda".

De acuerdo con una investigación anterior, más de un tercio de los residentes que tienen demencia avanzada y que viven en residencias para ancianos de EE. UU. reciben alimentación enteral. Cerca de dos tercios de esos pacientes reciben la alimentación enteral cuando ingresan a la unidad de cuidados intensivos.

Teno y sus colegas analizaron una muestra de las reclamaciones de Medicare de las personas mayores que vivían en residencias para ancianos y que habían sido ingresadas en la unidad de cuidados intensivos de los hospitales con demencia avanzada entre 2000 y 2007.

En promedio, la alimentación enteral se colocaba en 7.9 por cada 100 pacientes, con una variación que oscilaba entre 0 y 38.9 por 100 hospitalizaciones.

Los hospitales con fines de lucro, junto con los centros que tenían 310 camas o más y los que habían hecho más uso de los servicios de cuidados intensivos durante los últimos seis meses de la vida de una persona, eran más propensos a usar la alimentación enteral.

Parte de la razón por las diferencias tiene que ver probablemente con el sistema de atención de la salud, señaló Teno, quien es profesor de salud comunitaria de la Facultad de medicina Warren Alpert de la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island.

"Tenemos realmente dos sistemas de financiación distintos para las personas que viven en residencias para ancianos", explicó. "Tenemos a Medicaid que paga por el cuidado asistencial y Medicare que paga por la atención crítica, y estos dos sistemas no funcionan muy bien en conjunto".

Las residencias para ancianos tienen un incentivo para enviar pacientes al hospital, ya que otro ente pagará por esos servicios y como resultado se tiende a pasar a los pacientes de un sitio a otro.

"Los pacientes con frecuencia se estresan, tienen un mal comportamiento, reciben medicamentos para tratar esas conductas, lo que les lleva a desarrollar úlceras por presión y problemas de alimentación, lo que a su vez conduce a la introducción de una sonda para alimentación", señaló Teno. "Parte de lo que necesitamos hacer es ajustar los incentivos para mantener a los pacientes mayores con demencia más frágiles en entornos menos restrictivos que les proporcionen la mejor atención médica posible".

Pero gran parte del problema radica en la falta de información o en la desinformación, así como en el simple trauma de tener que pasar por este proceso con un ser querido.

Por ejemplo, muchas personas simplemente no están al tanto de que la demencia es una enfermedad terminal, tal como lo demuestra un estudio anterior publicado en octubre. "La demencia es la sexta o quinta causa de muerte", aseguró Teno.

Y a menudo, nadie tiene una idea clara de lo que el paciente hubiera querido.

"La alimentación es obviamente un asunto muy emocional para las familias y . . éstas a su vez tienen a veces dificultades para renunciar a la alimentación enteral", agregó la Dra. Laurie Jacobs, vicepresidenta de medicina del Centro Médico Montefiore y de la Escuela de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York. "No creo que haya llegado el mensaje con suficiente fuerza de que este tratamiento no beneficia a los pacientes y que no prolonga sus vidas, y que el tratamiento puede afectar la calidad de vida de los pacientes", explicó Jacobs.

"Cuando hablo con las familias, les digo que nuestro objetivo es centrarnos en una 'alimentación confortable', es decir tratar de que el paciente siga manteniendo una interacción con sus familiares y sólo proporcionarle alimentación por el tiempo en que se sienta seguro y cómodo, y no ponernos en la situación de alimentarlo con el fin de intentar mantener su peso", señaló Teno. "He visto cómo ocurren cosas realmente tremendas, por ejemplo ver cómo un auxiliar rompe el diente de un paciente cuando intenta que reciba alimentos".

Más información

La Universidad de Brown tiene más información sobre la tasa de alimentación enteral en diferentes hospitales.


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

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