La atención de hospicio para el final de la vida es subutilizada

Los expertos afirman que muchos moribundos acuden muy tarde o no acuden nunca

MIÉRCOLES 25 de julio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Expertos señalan que una cantidad excesivamente baja de estadounidenses que entran en la fase final de la vida utilizan la atención de alta calidad de los hospicios, a pesar del hecho de que Medicare cubre los gastos.

La situación sólo se hará más problemática a medida que la generación de la posguerra del país llegue al final esperado de sus vidas en las próximas décadas, según dos artículos que aparecen en la edición del 26 de julio del New England Journal of Medicine.

"La atención de hospicio está subutilizada. Sólo un tercio de los estadounidenses muere bajo el cuidado de un hospicio y tal cuidado es gratuito", anotó la autora de uno de los artículos, la Dra. Gail Gazelle, profesora clínica asistente de la Facultad de medicina de la Harvard. "Con demasiada frecuencia, los pacientes terminan en una UCI, llevados apresuradamente a la sala de emergencias, donde terminan por morir, cuando en realidad hubieran preferido morir en sus hogares", añadió.

Según Gazelle, muchos de los pacientes evitan los hospicios porque creen que la atención de final de la vida significa que han "perdido" ante la enfermedad, una actitud compartida con frecuencia por los médicos. "Con frecuencia lo ven como si alguien les estuviera diciendo que se escondieran en la cama a esperar la muerte", apuntó. En realidad, muchos pacientes de hospicios llevan vidas plenas, móviles y de alta calidad durante meses, apuntó Gazelle.

También existe la percepción errónea de que los hospicios son costosos. Con demasiada frecuencia, los pacientes terminales no se dan cuenta de que Medicare y los seguros privados cubren el costo completo de la atención de hospicio.

Y sin embargo esos no son los únicos factores que evitan que los pacientes terminales aprovechen la gestión del dolor y el apoyo emocional que el hospicio ofrece, afirman dos oncólogos, la Dra. Ingrid Katz, del Centro médico Beth Israel Deaconess y la Dra. Alexi Wright del Instituto oncológico Dana-Farber, ambos en Boston.

En otro artículo de la revista, compartieron la historia de una paciente del área de Boston, Joanne Doolin, de 64 años de edad, que tenía tres hijos y cáncer de colon terminal.

Doolin no eligió ingresar a la atención de hospicio. Comprendía que el servicio era cubierto por Medicare pero también sabía que la cobertura tenía sus límites. Como prerrequisito para ingresar a la atención de hospicio, Doolin, que no podía comer sola, hubiera sido obligada a abandonar la alimentación intravenosa, un costoso servicio que no le rembolsarían. "Si hubiera ido a la atención de hospicio y no hubiera recibido [la alimentación], hubiera muerto en un par de días", afirmó Wright, becario de hematología y oncología del Dana-Farber.

Entonces, Doolin optó por continuar con la quimioterapia en el hospital y la alimentación intravenosa. "Como obtuvo ese apoyo nutricional, vivió más de un mes y pudo ver a su hija contraer matrimonio", apuntó Wright.

Sin embargo, la condición de Doolin se deterioró poco después. Ella y su familia se vieron buscando apresuradamente algún tipo de atención paliativa digna en los últimos días de la mujer. "No debería haber ni una sola barrera para que ella hubiera recibido atención de hospicio la noche en que la necesitó", apuntó Wright. Los familiares y amigos de la comunidad trabajaron en conjunto para ayudar a Doolin a obtener la atención que necesitaba, "pero su experiencia de muerte fue casi un desastre", aseguró Wright.

Eso se debe a que todavía existen brechas cuando se trata de aspectos que tanto Medicare como los seguros privados reembolsarán a los pacientes de hospicio. La nutrición intravenosa es uno de esos aspectos, al igual que los medicamentos de quimioterapia que podrían extender, aunque no salvar, la vida del paciente de cáncer. Al ingresar a la atención de hospicio "los pacientes tienen que abandonar con frecuencia medicamentos que están ayudando a apoyarlos, hacerlos sentirse mejor y vivir más", señaló Wright.

Cree en un sistema de "acceso abierto" en que tales necesidades se tomen en cuenta. Sin embargo, construir un sistema como ese podría significar la creación de organizaciones de hospicios de mayor tamaño, de manera que el costo de las terapias costosas pudiera distribuirse en una población mayor de pacientes, apuntó Wright.

Pero Gazelle enfatizó que los hospicios siguen cumpliendo o excediendo las expectativas de los pacientes terminalmente enfermos y de sus seres queridos. De hecho, una encuesta reciente encontró que el 98 por ciento de los familiares afirmaron que recomendarían intensamente la atención de hospicio a otras personas necesitadas.

Y los hospicios no se enfocan sólo en pacientes moribundos de cáncer. Según la National Hospice and Palliative Care Organization, alrededor del 40 por ciento de las admisiones a hospicios de los EE.UU. ahora tienen que ver con pacientes que padecen de enfermedad cardiaca terminal, demencia, enfermedad pulmonar o accidente cerebrovascular.

Aún así, "la gente tiene que comprender que el hospicio se trata de la vida", afirmó Gazelle. "Se trata de vivir tan bien como se pueda cuando la vida le ha hecho a uno una mala jugada. Tener dignidad, calidad de vida y tan poco sufrimiento físico y emocional como sea posible, es lo que los hospicios pueden ofrecer a la gente".

Por supuesto, la atención de hospicio se centra en el paciente, pero también en los que se ven afectados por su enfermedad, añadió Gazelle. Se pone consejería y apoyo a disposición de los cuidadores, lo que puede durar durante meses después de la muerte del paciente. "Saber que su familia será cuidada es críticamente importante para la gente al final de su vida", afirmó Gazelle, quien es también presidenta del grupo de abogacía médica MD Can Help.

Pero el hecho sigue siendo que un tercio completo de los pacientes de hospicio ingresan al servicio sólo la última semana de su vida, a pesar de que Medicare cubre seis meses de este tipo de atención. "Es algo muy, muy triste", dijo Gazelle.

Sin embargo, tanto ella como Wright creen que las cosas están a punto de cambiar.

"La generación de la posguerra cambiará todo esto", afirmó Gazelle. "Tienen tanta potestad sobre su atención de salud y la de sus seres queridos que harán presión para asegurarse de que sus necesidades resulten satisfechas".

Wright estuvo de acuerdo. "Creo que lo que veremos será un cambio dramático en la estructura de reembolso durante la próxima década", aseguró. "La generación de la posguerra ha recibido parte de la mejor atención de salud imaginable durante toda su vida, ¿así que porqué tendría su muerte que ser distinta?".

Más información

Para más información sobre la atención de hospicio y paliativa, visite la National Hospice and Palliative Care Organization.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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