Nuevos motivos para la esperanza se adelantan a una conferencia sobre el SIDA

Los expertos afirman que ha habido adelantos en la prevención y el tratamiento, pero que aún hay desafíos

JUEVES, 19 de julio (HealthDay News) -- El primer rayo de esperanza de una cura para el VIH se vislumbró en 1996 con la llegada de potentes cocteles de fármacos conocidos como terapia antirretroviral altamente activa (TARAA). Pero esa esperanza duró poco.

Aunque la TARAA ha reducido drásticamente las muertes por SIDA y otras enfermedades relacionadas con el VIH, no es una cura. Si los pacientes dejan de tomar los medicamentos (debido a los efectos secundarios u otros motivos), el virus vuelve al mismo nivel, como demostró un estudio de 2010 con pacientes en América Latina y el Caribe.

Pero ahora hay esperanzas renovadas de que, aunque falten años, los investigadores tienen una mejor comprensión de objetivos que podrían llevar a una cura, aseguró Rowena Johnston, vicepresidenta y directora de investigación de la Foundation for AIDS Research. "Estamos viendo algo que probablemente se parezca mucho a aquella vez en los 90", señaló.

En 2012, las nuevas causas para el optimismo incluyen la aprobación de un nuevo fármaco, Truvada, que puede ayudar a prevenir la propagación del VIH, unos medicamentos más seguros y efectivos para tratar a los que ya están infectados, y unos mejores esfuerzos por diagnosticar el VIH/SIDA entre las personas que no se dan cuenta de que tienen la enfermedad.

Estos y otros logros serán el foco de la Conferencia Internacional sobre el SIDA, una conferencia bienal que se llevará a cabo este año en Washington, D.C. La reunión, que se inicia el domingo, no se ha llevado a cabo en EE. UU. en 22 años. Su regreso es provocado por una decisión de la administración Obama en 2009 de eliminar la prohibición de que las personas VIH positivas entren al país, comentó Johnston.

Alusiones a una cura

Otro "motivo importante para un nuevo optimismo" proviene de la experiencia de un paciente en 2008, señaló Johnston. Se trata de Timothy Brown, también conocido como "el paciente de Berlín", a quienes sus médicos pronunciaron curado del VIH.

La cura conllevó un tipo especial de trasplante de sangre que Brown recibió para la leucemia de un donante que por casualidad tenía unas raras células mutantes que no permitían al VIH prosperar. Este procedimiento "no es práctico en lo absoluto" para la población general, dijo Johnston, pero ha provocado investigación que busca formas de imitar el efecto, usando terapia genética para hacer que las células del paciente sean resistentes al VIH.

"[Pero] para conseguir una 'generación libre del SIDA', como dijo la [entonces] senadora Hilary Clinton, también tendremos que reducir el número de nuevos casos de VIH y llevar esa cifra a cero", comentó Johnston.

Se trata de una meta ambiciosa, ya que en Estados Unidos aún hay más de un millón de personas infectadas con el VIH, según los cálculos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. También hay unos 50,000 nuevos casos de VIH cada año, y esa cifra no ha cambiado en más de dos décadas.

"En cuanto a la prevención, la emoción se centra alrededor del uso de la terapia antirretroviral", señaló el Dr. Sten Vermund, director del Instituto Vanderbilt de Salud Global en Nashville, Tennessee.

Por ejemplo, un estudio de 2011 mostró que tratar pronto a los pacientes con terapia antirretroviral, antes de que el VIH hubiera debilitado su sistema inmunitario, no solo mantuvo a los pacientes más sanos, sino que redujo el riesgo de que sus parejas sexuales no infectadas contrajeran la infección en 96 por ciento. "Es igual de bueno que los condones", anotó Vermund, aunque los expertos enfatizan rápidamente que ningún fármaco se debe considerar como un sustituto del condón.

En parte debido a ese estudio, en marzo de 2012 el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. recomendó a los médicos que recetaran terapia antirretroviral a todos los pacientes de VIH, incluso si su sistema inmunitario es fuerte, siempre y cuando se comprometan con el régimen diario de medicamentos.

Usar el tratamiento como prevención

El lunes, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. dio otro paso adelante en el uso de la terapia antirretroviral como prevención al aprobar Truvada (un fármaco contra el VIH que ya se usa como tratamiento) para las personas que no están infectadas con VIH pero que estén en alto riesgo de contraer la infección, haciéndolo el primer medicamento para ayudar a prevenir la infección.

Sin embargo, algunos expertos plantean que las personas que tomen Truvada para la prevención del VIH prescindirán de los condones, o que el uso inadecuado de Truvada podría llevar a que surjan cepas resistentes del VIH.

También se han hecho adelantos para mejorar el acceso y el uso de las pruebas del VIH. El objetivo es "ampliar radicalmente las pruebas para que no tengamos a personas que no conozcan su estatus de VIH, y si resultan positivos, asociarlos con una atención eficaz", planteó Vermund.

Los expertos calculan que alrededor de una de cada cinco personas que tienen VIH no lo saben, y tres estudios recientes, entre ellos uno de Vermund y colegas, hallaron que apenas una cuarta parte de las personas con VIH mantienen el virus a raya con antirretrovirales. Datos como estos fueron una "alerta" de que hay que hacer más, enfatizó Vermund.

Hay buenos motivos para averiguar el estatus de VIH pronto, dado que los nuevos antirretrovirales conllevan ahora menos riesgo de efectos secundarios, anotó Stephen Gange, profesor de epidemiología de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore. "Creo que todo el mundo se sentía cómodo con el hecho de que podían usarse de forma bastante amplia", comentó.

A principios de mes se alcanzó otro hito en la atención del VIH/SIDA cuando la FDA aprobó la prueba para el VIH en casa OraQuick, la primera prueba que puede dar a una persona resultados rápidos sobre su estatus de VIH en la privacidad de su hogar.

Un mejor acceso a las pruebas mejora los resultados

San Francisco podría llevar la delantera en las pruebas y el tratamiento, apuntó Vermund. En 2010, la ciudad anunció que todo residente que viva con el VIH sería dirigido a terapia antirretroviral incluso antes de que muestre cualquier señal de que la enfermedad avanza. Nueva York es la única otra ciudad que ha anunciado esta política, en diciembre de 2011.

Desde 2010, el Departamento de Salud Pública de San Francisco ha intensificado sus esfuerzos en las pruebas rutinarias del VIH en las salas de emergencias, consultorios médicos y centros de evaluación en vecindarios de alta prevalencia, a menos que los pacientes elijan no hacerlo, comentó la Dra. Moupali Das, directora de investigación de la Sección de Prevención del VIH del departamento. Si una persona resulta VIH positiva, ahora el centro de la prueba y la clínica se comunican entre sí para asegurar que la persona reciba atención, añadió.

El resultado es que la proporción de hombres homosexuales y bisexuales que no sabían que eran VIH positivos se redujo de alrededor de 20 por ciento en 2000 a 8 por ciento en 2011, apuntó Das.

"En EE. UU., el VIH no es una epidemia homogénea. Se trata de muchas minúsculas epidemias que afectan a distintos grupos de personas y a distintas geografías de diferentes maneras", planteó.

En Estados Unidos, el VIH tiene el mayor impacto sobre los hombres homosexuales o bisexuales. En ese grupo, los hombres negros conforman una cuarta parte de los nuevos casos de VIH. Entre las mujeres infectadas con VIH, las negras y las hispanas conformaron más de tres cuartas partes de los nuevos casos en 2005.

Se está llevando a cabo un nuevo estudio en el Bronx, en la ciudad de Nueva York, y en Washington para fomentar las pruebas en esas áreas, con mensajes especiales para los hombres homosexuales y bisexuales, y para determinar si incentivos como recibir tarjetas de regalo hacen que las personas sean más propensas a visitar la clínica y tomarse los medicamentos según las indicaciones.

"Igual que a muchos otros, me encantaría tener una generación libre de SIDA, pero creo que realmente necesitamos pensar que no podemos confiar en una [sola] estrategia", apuntó Ganges.

Optimismo renovado

Mientras tanto, investigadores que buscan adaptar la cura del "paciente de Berlín" todavía están en las primeras etapas de intentar averiguar cómo dirigirse a las células adecuadas sin dañar a las demás, comentó Johnston.

Una vacuna contra el VIH sigue siendo una posibilidad, aunque nadie espera que aparezca una pronto. Un ensayo de una vacuna en Tailandia, en 2009, redujo las tasas de infección de VIH en alrededor de 30 por ciento, lo que constituye la primera evidencia de que una vacuna contra el VIH podría ser efectiva, señaló Rick King, vicepresidente de diseño de vacunas contra el VIH de la International AIDS Vaccine Initiative, en la ciudad de Nueva York.

Hay que realizar más estudios para tener una mejor idea de cuánta protección ofrece esta vacuna, además de si funcionaría en poblaciones como la de EE. UU. Pero aunque todo salga bien, probablemente pasen unos diez años antes de que esta vacuna esté disponible para el público, señaló King.

Para evitar que el pesimismo reine como sucedió cuando la TARAA no resultó ser la cura final, las personas deben pensar en erradicar el VIH en etapas, planteó Gange. "Creo que primero tendría sentido observar estrategias para reducir las tasas de infección con VIH en 50 o 90 por ciento, lo que sería magnífico, y luego reevaluar", dijo.

La noticia sobre Truvada y los datos sobre la prevención de la transmisión del VIH con terapia antirretroviral temprana son magníficos, aseguró Gange. "Son alentadores y nos dan una serie de estrategias para la primera fase".

Más información

Para más información sobre la Sociedad Internacional del SIDA y sus noticias, visite la Guía para la Participación Comunitaria en el SIDA de 2012 (AIDS 2012 Guide to Community Involvement).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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