Según los críticos, los almuerzos escolares son demasiados grasosos y azucarados

Una evaluación urge más verduras y restricciones a las opciones poco saludables

MIÉRCOLES, 4 de marzo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Expertos en nutrición sostienen que, a pesar de algunas mejoras, los programas de comidas escolares estadounidenses siguen llenos grasa, sal y azúcar, que son poco saludables.

Los estudiantes también tienen opciones limitadas en los alimentos disponibles en las máquinas expendedoras, a la carta en cafeterías, en tiendas escolares, expendios de refrigerios y para eventos para recolectar fondos, dicen en una serie de artículos en un suplementos de la edición de febrero de la Journal of the American Dietetic Association.

Un chef de Chicago llevado a la Casa Blanca para cocinar para los Obama hizo eco de esta opinión y dijo que demasiada de la comida disponible en las escuelas también es rica en conservantes y aditivos.

Comer de manera poco saludable en la escuela, según estos expertos en alimentación, contribuye al aumento exagerado en los índices de obesidad entre los niños estadounidenses. Según un editorial de la revista, los índices de obesidad se han más que duplicado entre bebés y niños entre los 2 y los 4 años, se han cuadruplicado entre los niños entre 6 y 11 años, y se han más que triplicado entre los adolescentes entre los 12 y los 19.

Los índices crecientes tienen preocupados a los expertos en salud acerca de una naciente epidemia de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la enfermedad cardiovascular y la diabetes tipo 2, entre las personas jóvenes.

"Por supuesto, las comidas escolares son apenas una parte del problema", señaló Anne R. Gordon, investigadora principal de Mathematica Policy Research de Princeton, Nueva Jersey, y coautora de un artículo sobre almuerzos escolares en el suplemento. "Los niños no están comiendo bien durante el día. Aún así, encontramos al menos algo de evidencia de que en algunas escuelas que restringen la disponibilidad de bebidas endulzadas con azúcar, no se ve a los niños bebiendo más de estas a otras horas del día. Realmente reduce la ingesta, y eso es alentador".

El artículo de Gordon describió y evaluó datos de la tercera Evaluación dietética de la nutrición escolar, financiada por el Departamento de Agricultura de los EE. UU. y realizada por Mathematica, así como hallazgos de otros estudios que usaron los mismos datos. El análisis respaldado por la USDA cubrió tanto el Programa nacional de almuerzos escolares, que ofrece comidas subsidiadas a cerca de treinta millones de niños a diario, y el Programa de desayunos escolares, que ofrece comidas a cerca de diez millones de niños al día.

El programa de almuerzos comenzó en 1946 para ayudar a asegurar que los niños estadounidenses estuvieran recibiendo alimentos nutritivos. El programa de desayunos se institucionalizó en 1975. Ambos ofrecen comidas de bajo costo para los estudiantes que reúnan los requisitos.

"Está muy claro que la USDA necesita actualizar los estándares de las escuelas" en cuanto a la nutrición, señaló Gordon. "Saben a qué apuntan, pero... los estándares no son suficientes".

"Necesitamos explorar otras maneras de hacer cambios, por ejemplo incluir artículos como ofrecer más capacitación y asistencia técnica a las escuelas, suministrar más fondos para la educación en la nutrición", dijo. "También podría valer la pena pensar en más leyes o regulaciones para limitar la disponibilidad de ciertos tipos de alimentos, como la leche entera o al dos por ciento".

Mary Ford, dietista registrada, profesora de la facultad de salud pública de la Universidad de Minnesota y autora de un editorial en la revista, urgió ese tipo de acciones.

"Las escuelas necesitan hacer aún más para reducir la disponibilidad de alimentos ricos en calorías y bajos en nutrientes, y hacer más nutritivas las comidas escolares", escribió. Los alimentos disponibles por elección de los estudiantes, en las máquinas expendedoras, a la carta y así, "deben incluir únicamente frutas, verduras, granos integrales y lácteos descremados o semidescremados", escribió.

El editorial también sugirió que el gobierno federal retenga los fondos para programas de comidas en sistemas escolares que no cumplan con las expectativas modificadas de nutrición.

Sam Kass, el chef que llegó con los Obama a la Casa Blanca, también ha criticado duramente el programa de almuerzos escolares. Según un informe en The New York Times de enero, Cass atribuye los defectos nutricionales de los almuerzos escolares, al menos en parte, al uso de excedentes de productos agrícolas donados que provienen de subsidios gubernamentales.

"Por eso, dice, las comidas que se sirven a los estudiantes tienen muy pocas verduras y cantidades desproporcionadamente altas de grasa, aditivos, conservantes y jarabe de maíz rico en fructosa", decía el informe del Times.

La evaluación dietética de la nutrición escolar incluyó información de 398 escuelas públicas de 130 distritos de los EE. UU., entre ellos 2,314 estudiantes de primero a duodécimo grado durante el año escolar de 2004 a 2005.

Halló que más del 70 por ciento de las escuelas servían comidas que cumplían con los estándares de nutrientes críticos, como proteína, vitaminas A y C, calcio y hierro.

Sin embargo, el estudio halló que apenas entre el 6 y el 7 por ciento de las comidas subsidiadas cumplían con todos los estándares nutricionales. La mayoría contenía demasiada grasa saturada o grasa total y carecía de calorías suficientes.

Cerca del 42 por ciento de las escuelas encuestadas no ofrecían verduras crudas o frutas frescas en sus programas de almuerzos.

La grasa tendía a provenir de aderezos para ensaladas, condimentos y cremas para untar, productos de pizza, sándwiches de mantequilla de maní y papas a la francesa. La grasa saturada tendía a provenir de productos de pizza, condimentos y cremas para untar, leche al 2 por ciento, platos o barras de ensaladas, y hamburguesas.

Las comidas de las máquinas expendedoras y las ofrecidas a la carta y en expendios de refrigerios con más frecuencia eran ricas en calorías y bajas en nutrientes, dulces, papas a la francesa, rosquillas, bebidas endulzadas y refrigerios salados.

El estudio halló que a los niños de bajos ingresos les iba peor, desde el punto de vista nutricional, que a los de hogares de ingresos más altos, aunque los participantes en el programa de almuerzos escolares obtenían generalmente más nutrientes en las comidas que los niños que eran responsables por sus propias comidas.

En cuanto a las soluciones, Gordon y los demás investigadores ofrecieron algunas. "Los métodos de preparación innovadores o las mejoras en la presentación de frutas y verduras podrían hacer que estos artículos sean más atractivos para los niños", escribieron. El estudio sugirió que los cocineros escolares usen harina integral para la masa de pizza y que mezclen pasta integral con pasta refinada. Además, en los comedores escolares se deberían controlar las porciones de disponibles de condimentos como salsa de tomate, mostaza y salsa de barbacoa para controlar la ingesta de sodio.

Gordon anotó que las escuelas han avanzado en las mejoras de sus ofertas de comidas, aunque hacen falta más investigaciones.

"Parte de esto es lograr que los niños coman cosas más saludables y otra parte es ofrecerles a las escuelas más apoyo", dijo.

Más información

El USDA tiene más información sobre el Programa nacional de almuerzos escolares.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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