Los genes podrían influir en el aumento de peso a partir de los alimentos fritos, según un estudio

Este 'motivador biológico' es débil en algunas personas y potente en otras, afirma un experto

MIÉRCOLES, 19 de marzo de 2014 (HealthDay News) -- La genética contribuye a determinar si una dieta frecuente de alimentos fritos le hará engordar, según un nuevo estudio de la Universidad de Harvard.

Comer alimentos fritos más de cuatro veces a la semana tuvo el doble de efecto sobre el tamaño corporal en las personas con un riesgo genético alto de obesidad que en las personas con un riesgo bajo, descubrieron los investigadores después de analizar los datos de 3 ensayos estadounidenses.

Además, cuantos más genes de la obesidad se porten, más se engordará al comer pollo frito y cosas parecidas, señaló el investigador.

Dichos hallazgos ayudan a explicar por qué los malos hábitos generales de los estadounidenses no afectan a todos de la misma forma, afirmó Claude Bouchard, presidente de genética y nutrición del Laboratorio de Genómica Humana del Centro de Investigación Biomédica Pennington en Baton Rouge, Luisiana.

"Nuestros hábitos dietéticos y nuestra falta de actividad física están provocando la epidemia de obesidad, pero la potencial de la motivación conductual no es la misma en todas las personas", comentó Bouchard.

"También tenemos un motivador biológico, y ese motivador es muy débil en algunas personas", indicó. "En otras, se trata de un agente poderoso que aumenta el riesgo de la conducta".

Otros estudios han observado interacciones similares entre estos riesgos genéticos y otros factores de riesgo ambientales de la obesidad, lo que incluye la actividad física y la ingesta total de calorías, dijo Bouchard. Las personas que son más sedentarias o comen más tienen más probabilidades de aumentar de peso si portan esos riesgos genéticos.

En el futuro, las pruebas genéticas podrían contribuir a revelar quién tiene un riesgo alto de obesidad, de modo que puedan tomarse medidas preventivas, dijo Bouchard.

"No se trata de una condena a la obesidad, sino más bien de un aumento de la susceptibilidad a la obesidad", añadió. "Sus iguales pueden permitirse el lujo de tomar una porción extra o ser sedentarios y les irá bien, pero eso a usted no le funcionará. Es importante saberlo".

Los hallazgos, publicados el 19 de marzo en la revista BMJ, se basan en un análisis de más de 37,000 hombres y mujeres que participaron en 3 ensayos médicos en EE. UU.

Para cada persona, los investigadores observaron un panel de 32 variantes genéticas conocidas asociadas con la obesidad. Realizaron un seguimiento del consumo de alimentos fritos por medio de formularios y examinaron el índice de masa corporal (IMC) de cada persona, una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso.

Las personas con una puntuación del riesgo genético que estaba dentro de la tercera parte de las puntuaciones más altas tendían a tener un IMC que era 1 unidad más alta en las mujeres y 0.7 unidades más alta en los hombres, si comían alimentos fritos 4 o más veces a la semana, en comparación con las personas con el mismo riesgo que comieron dichos alimentos menos de una vez a la semana.

Pero para los participantes con el riesgo genético más bajo, se observaron pequeñas diferencias entre los que comían más alimentos fritos y los que comían muy pocos: solo media unidad en las mujeres y 0.4 unidades en los hombres.

Un IMC de 25 o más se considera sobrepeso y un IMC de 30 o más se considera obesidad.

El equipo de investigación también descubrió que el riesgo general de obesidad de una persona a partir de los alimentos fritos aumenta exponencialmente con cada 10 variantes genéticas, o alelos, que les predisponen a la obesidad.

Los que comieron menos de una porción a la semana tenía un riesgo de obesidad un 61 por ciento mayor por cada 10 genes de riesgo, pero el riesgo de esa persona aumenta hasta el 112 por ciento al comer entre una y 3 porciones de alimentos fritos a la semana.

"Las personas con 30, 35 y 40 alelos de riesgo tienen un riesgo total promedio mucho, pero mucho más alto", señaló Bouchard.

Los investigadores no tienen evidencias biológicas para afirmar cuál es la razón por la que estos genes aumentan tanto la respuesta corporal a los alimentos fritos, afirmó el autor principal, Lu Qi, profesor asistente de nutrición de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Pero Qi afirmó que creen que puede deberse al modo en que algunos genes están vinculados con el equilibrio de la energía corporal.

"Probablemente se deba a la interrelación de factores genéticos y factores dietéticos en el manejo del equilibrio energético", dijo.

Más información

Para más información sobre los genes y la obesidad, visite la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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