¿Los gérmenes intestinales podrían provocar depresión?

man with heartburn
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LUNES, 4 de febrero de 2019 (HealthDay News) -- Ciertas bacterias que habitan en los intestinos humanos podrían fomentar la depresión, según un nuevo estudio que amplía las evidencias sobre esa teoría.

Los investigadores encontraron que, entre más de 2,100 adultos, los que tenían depresión mostraban diferencias en grupos específicos de bacterias intestinales. Y las personas con unas concentraciones más altas de ciertos gérmenes reportaron en general un bienestar mental más elevado.

La investigación, que se publicó en línea el 4 de febrero en la revista Nature Microbiology, es la más reciente en descubrir vínculos entre la salud humana y el microbioma intestinal, un término que se refiere a los billones de bacterias y otros microorganismos que viven en los intestinos.

Se cree que esos microbios hacen mucho más que ayudar en la digestión. La investigación sugiere que están implicados en toda una variedad de procesos, desde las defensas del sistema inmunitario hasta la producción de vitaminas, compuestos antiinflamatorios e incluso sustancias químicas que influyen en el cerebro.

Pero la mayor parte de la investigación sobre esa comunicación "entre intestino y cerebro" se ha realizado en animales, señaló Jeroen Raes, investigador sénior del nuevo estudio.

Entonces, su equipo buscó vínculos entre los microbios intestinales y la depresión en 2,100 adultos que participaron en dos estudios sobre la salud. Los investigadores encontraron que los niveles de dos grupos específicos de bacterias intestinales (Coprococcus y Dialister) se encontraban "constantemente mermados" en las personas con depresión.

Por otra parte, las personas con unos niveles más altos de Coprococcus y otro tipo de bacteria llamado Faecalibacterium típicamente daban a su calidad de vida unas calificaciones más altas.

Ambos tipos de bacterias descomponen la fibra dietética para producir un compuesto antiinflamatorio llamado butirato.

Nada de esto prueba que esas bacterias de alguna forma contribuyan a, o protejan de, la depresión, según Raes, profesor en la Universidad KU de Lovaina en Lovaina, Bélgica.

Pero, dijo, los estudios futuros deberían enfocarse en esos gérmenes.

"Tras todos los estudios con ratones", apuntó Raes, "ahora por fin tenemos datos robustos en humanos que apuntan a organismos objetivos interesantes que, en el futuro, podrían conducir a medicamentos y a probióticos novedosos".

El Dr. Emeran Mayer es profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en Los Ángeles, y autor del libro Pensar con el Estómago (The Mind-Gut Connection).

Mayer dijo que los nuevos hallazgos amplían las evidencias de una asociación entre los intestinos y el bienestar mental.

Pero como Raes, dijo que no prueban que ningún microbio en particular provoque la depresión.

"Es la pregunta de la gallina o el huevo", apuntó Mayer. "Las personas con depresión sin duda tienen dietas distintas, y hábitos distintos, que las personas sin depresión. Y eso afectaría al microbioma intestinal".

Mayer sospecha que podría tratarse de un "proceso circular", en que las personas deprimidas pueden tener unos cambios en la composición de sus microbios intestinales, y eso a su vez "refuerza" los síntomas de depresión.

Raes dijo que se necesita más investigación para ver si hay un "círculo vicioso" de ese tipo. Dijo que, por ahora, "no podemos decir eso".

En años recientes, los estudios (sobre todo con animales) han descubierto vínculos entre la composición del microbioma intestinal y los riesgos de varias afecciones de salud, desde trastornos relacionados con el cerebro, por ejemplo la demencia, a la obesidad, enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1 y la artritis reumatoide.

Pero el grado hasta el cual las bacterias contribuyen a cualquier enfermedad humana sigue sin estar claro.

E incluso si el microbioma intestinal influyera en los síntomas de depresión, Mayer dudó que algo tan simple como un complemento probiótico ofrecería una solución rápida. Tanto la depresión como el microbioma son demasiado complejos.

Pero, planteó, las bacterias intestinales producen productos secundario metabólicos, o "postbióticos". Y la investigación sobre esos compuestos arrojaría información sobre cómo el microbioma podría ser beneficioso o fomentar a las enfermedades humanas.

Mayer dijo que cree que cualquier terapia efectiva dirigida al intestino tendría que afectar a su equilibrio microbiano "globalmente", en lugar de simplemente añadir una cepa bacteriana o dos.

Los cambios en la dieta pueden lograrlo, apuntó.

En este estudio, hubo indicaciones de que las bacterias que producen butirato son beneficiosas. Y Mayer comentó que esas bacterias producen butirato cuando descomponen las fibras variadas de los alimentos vegetales.

"Aconsejaría comer una dieta que esté basada sobre todo en plantas y que sea altamente variable respecto a los tipos de alimentos vegetales", dijo Mayer. "Si solo come tomates, no es suficiente".

Y tampoco es solo para producir butirato. Basado en lo que se sabe hasta ahora, apuntó Mayer, lo importante es la diversidad de las bacterias intestinales. Mientras más diversos son nuestros microbios, mejor.

Y una dieta con pocos alimentos procesados y rica en alimentos vegetales (verduras, frutas, legumbres, frutos secos y granos) respalda un microbioma intestinal más diverso, añadió Mayer.

Más información

Los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. tienen más información sobre el microbioma humano.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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