Las dietas ricas en grasa no favorecen a sus bacterias intestinales

plates with cold cuts
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MIÉRCOLES, 20 de febrero de 2019 (HealthDay News) -- ¿Alguna vez ha comido con mucha grasa y después se ha sentido inflado y aletargado? Resulta que una dieta más rica en grasa también podría evitar que las bacterias que viven en su sistema digestivo funcionen de la mejor forma.

Una nueva investigación encontró que cuando las personas aumentaron su ingesta de grasa hasta un 40 por ciento de su dieta diaria durante seis meses, la cantidad de bacterias intestinales "buenas" se redujo, mientras que la cantidad de bacterias "inútiles" aumentó.

"El resultado [del estudio] mostró que una dieta rica en grasa se vincula con cambios adversos en el tipo y las cantidades de bacterias intestinales, que se conocen colectivamente como microbioma", señaló el autor sénior del estudio, Duo Li, profesor principal de nutrición en el Instituto de Nutrición y Salud de la Universidad de Qingdao en Qingdao, China.

Además de cambiar la composición del microbioma, los autores del estudio también notaron un aumento en los desencadenantes inflamatorios del cuerpo. Esos cambios podrían contribuir al desarrollo de trastornos metabólicos como la diabetes y la enfermedad cardiaca, anotaron los investigadores.

Samantha Heller, nutricionista en Langone Health de la NYU en la ciudad de Nueva York, comentó que las bacterias que viven en el sistema digestivo parecen tener unos amplios impactos en la salud humana, y que "comen lo que nosotros comemos".

"La investigación sugiere que prosperan con las fibras vegetales (como las que se encuentran en las frutas y las verduras, las legumbres, los frutos secos y los granos), y que la dieta occidental típica, que es rica en grasa, carnes rojas y procesadas, queso, dulces, granos refinados y comida basura frita las envenena, en cierto sentido", explicó.

En China, donde se realizó el estudio, una dieta tradicional ha sido baja en grasa y rica en carbohidratos. Pero esto ha estado cambiando a una dieta más rica en grasa y con menos carbohidratos. Al mismo tiempo, las tasas de obesidad y diabetes tipo 2 también han estado en aumento, apuntaron los autores del estudio.

Para ver si ocurren cambios en el microbioma intestinal cuando las personas pasan de una dieta baja en grasa a una dieta más rica en grasa, los investigadores reclutaron a unas 200 personas jóvenes que no eran obesas, para realizar el estudio. Su edad promedio era de unos 23 años.

Li dijo que su ingesta de grasa antes del inicio del estudio era de alrededor de un 31 por ciento.

Los voluntarios del estudio se asignaron de forma aleatoria a uno de tres grupos durante seis meses: un grupo consumió una dieta que contenía un 20 por ciento de grasa, otro obtuvo un 30 por ciento de sus calorías diarias de la grasa, y un tercero tenía una dieta con un 40 por ciento de grasa.

Los investigadores alteraron la ingesta de carbohidratos (cosas como el arroz y la harina de trigo) para compensar los cambios en la ingesta de grasa. La cantidad de fibra y proteína de las dietas permaneció esencialmente igual.

Los tres grupos experimentaron una pérdida de peso, pero el grupo que consumió la menor cantidad de grasa perdió la mayor cantidad de peso y tuvo las mayores reducciones en la circunferencia de la cintura, el colesterol total y el colesterol malo. El grupo bajo en grasa también mostró un aumento en bacterias intestinales que se han vinculado con unos niveles más bajos de colesterol.

Los que comieron la dieta más rica en grasa experimentaron un aumento en un tipo distinto de germen intestinal, uno que se ha vinculado con unos niveles más altos de colesterol. Su dieta también se asoció con cambios "significativos" en el metabolismo de los ácidos grasos de cadena larga, produciendo unos niveles más altos de compuestos que se cree que desencadenan la inflamación.

Li dijo que los hallazgos podrían ser relevantes en los países desarrollados, donde la ingesta de grasa es alta, pero que se debe realizar más investigación para ver si ocurren cambios similares en distintas poblaciones.

"Sugerimos que la ingesta de grasa para una población sana en general no debe superar el 30 por ciento del total de energía, al menos en poblaciones asiáticas", apuntó Li, y añadió que la mayor parte de la grasa debe provenir de grasas saludables, como el aceite de soya, de cacahuate y de oliva.

Heller, la nutricionista, dijo que es importante no "interpretar que los hallazgos del estudio sugieran que la grasa de la dieta es malsana. Debemos comer grasas para estar sanos, en particular las grasas insaturadas".

Pero, añadió, es posible consumir un exceso de algo bueno. "Es probable que las dietas de moda ricas en grasas animales (como la 'Keto' o la 'Paleo') resulten nocivas para el microbioma intestinal con el tiempo, y que aumenten ulteriormente el riesgo de inflamación y enfermedades crónicas", advirtió Heller.

Para mantener el microbioma feliz y sano, Heller recomendó comer más verduras, legumbres, frutas, granos y frutos secos, y evitar las carnes procesadas, limitar la carne roja y el queso, así como equilibrar la ingesta de grasas, carbohidratos y proteína.

Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea del 19 de febrero de la revista Gut.

Más información

Para más información sobre el microbioma, visite NutritionEd.org.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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