En el fútbol americano, incluso los golpes leves en la cabeza pueden dañar la vista

Un estudio de jugadores universitarios plantea preocupaciones sobre los impactos repetitivos que no son conmociones cerebrales
football players
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JUEVES, 12 de mayo de 2016 (HealthDay News) -- Los golpes repetidos en la cabeza pueden provocar que la vista de cerca se nuble ligeramente, aunque los impactos individuales no sean suficientemente fuertes como para provocar una conmoción cerebral en toda regla, señala un nuevo estudio.

Durante una temporada regular de fútbol americano, unas dos docenas de jugadores universitarios desarrollaron un problema de la vista conocido como "punto cercano de convergencia", aunque ninguno sufrió una conmoción, según el informe.

El punto cercano de convergencia ocurre cuando los músculos que controlan los ojos (el sistema motor ocular) no pueden alinear a la perfección ambos ojos para enfocarse en los objetos cercanos, explicó el investigador Keisuke Kawata, estudiante de doctorado de la Universidad de Temple, en Filadelfia.

Como resultado, las palabras podrían aparecer desenfocadas o dobles, dijo Kawata.

En el caso de estos jugadores, el problema de la vista era tan leve que no lo notaban, apuntó Kawata, y no pareció afectarles en el campo de fútbol americano ni en el aula.

Pero unas pruebas de la vista mostraron que la afección persistió durante toda la temporada de fútbol americano, "porque practicaban casi todos los días", dijo Kawata.

El problema se resolvió solo en un plazo de tres semanas tras la temporada, cuando los jugadores no siguieron sufriendo impactos regulares durante los partidos, aclaró.

"Esto nos dice que el sistema motor ocular tarda mucho en recuperarse, y que es vulnerable incluso a los impactos leves en la cabeza", advirtió Kawata.

Los hallazgos plantean preocupaciones sobre el daño potencial a largo plazo en los deportistas que juegan todo el año, y que nunca dan a su sistema motor ocular la oportunidad de recuperarse de los golpes continuos, dijo.

"Sufren una cantidad considerable de impactos en la cabeza", señaló Kawata. "No es tan fuerte como los golpes que resultan en conmociones, pero si se sufren impactos acumulativos en la cabeza durante un periodo largo, ¿quién sabe si afectará algo 20 o 30 años después?".

Es vital comprender los efectos de los impactos repetitivos que no son conmociones, porque ocurren con más frecuencia que las conmociones cerebrales. Se reporta que los jugadores universitarios de fútbol americano sufren hasta 1,350 impactos en la cabeza que no llegan a ser conmociones por temporada, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo.

Las personas que sufren conmociones en toda regla con frecuencia se quejan de síntomas relacionados con el punto cercano de convergencia, comentó el Dr. Andrew Lee, presidente de oftalmología del Hospital Metodista de Houston, en Texas.

"Si no se puede tener la convergencia adecuada, se ven imágenes dobles y las cosas borrosas", dijo Lee, autor de un editorial que acompaña al estudio.

El nuevo estudio llega tras un estudio anterior en que Kawata y sus colaboradores pidieron a jugadores de fútbol que realizaran diez "cabezazos", en que usaban la cabeza para parar una pelota de fútbol disparada desde una máquina de lanzamientos.

Los investigadores encontraron que el punto cercano de convergencia de los jugadores "era notablemente peor, y este fenómeno no se recuperó tras un día de descanso, lo que significa que se trata de una recuperación muy lenta incluso tras un impacto leve en la cabeza", apuntó Kawata.

Para ampliar su estudio, el equipo de investigación reclutó a 29 jugadores de fútbol americano de la Universidad de Temple. Les pusieron un protector bucal "inteligente" que rastreó la cantidad de impactos en la cabeza recibidos durante el juego, y la magnitud de aceleración de la cabeza durante esos impactos.

Entonces, los investigadores siguieron a los jugadores durante cinco entrenamientos previos a la temporada, dividiéndolos en dos grupos: los que recibieron golpes de más alto impacto en la cabeza durante el juego, y los que recibieron golpes de más bajo impacto. Ninguno de los golpes tuvo suficiente fuerza como para provocar una conmoción.

Esos golpes en la cabeza que no fueron conmociones no provocaron ningún síntoma notable para los jugadores, independientemente de la frecuencia o la fuerza de los golpes, hallaron los investigadores.

Pero unas pruebas de la vista encontraron que los del grupo de impacto más alto sufrieron efectos en el punto cercano de convergencia. Esos problemas de la vista persistían tres semanas después, cuando se evaluó tras el final del campamento de entrenamiento.

Pero después de tres semanas de descanso tras la temporada, sus ojos volvieron a la normalidad, según exámenes de la vista de seguimiento.

Los hallazgos aparecen en la edición del 12 de mayo de la revista JAMA Ophthalmology.

Aunque se necesita más investigación en un grupo más grande, Lee dijo que este estudio piloto muestra que una prueba de la vista podría ser útil para juzgar la gravedad de la lesión cerebral, ya sea en la línea de banda o tras un accidente traumático.

"Quizá sea posible usarlo como dispositivo de detección y diagnóstico", dijo Lee. "El problema con la convergencia es la punta del iceberg, en términos de déficits neurocognitivos más significativos".

Más información

Para más información sobre la convergencia, visite la Asociación Americana de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo (American Association for Pediatric Ophthalmology and Strabismus).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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