Steve Young, leyenda del fútbol americano, recomienda a padres e hijos tener cuidado al jugar

Los expertos ofrecen consejos sobre cómo prevenir las lesiones deportivas en los jóvenes

MIÉRCOLES, 4 de mayo (HealthDay News/HolaDoctor) -- La leyenda del fútbol americano, Steve Young, recomienda a los padres que sospechen que su hijo ha sufrido una conmoción cerebral al practicar algún deporte que saquen inmediatamente a su hijo del campo de juego, aún si eso avergonzará a niño, para evitar una lesión cerebral potencialmente perjudicial.

Durante una conferencia de prensa sobre la prevención de lesiones deportivas en los jóvenes realizada el lunes por Safe Kids USA, Young se unió a los expertos para describirles a los padres lo que deben tener en cuenta al enfrentarse a algunas de las lesiones deportivas más traumáticas, como conmociones cerebrales, insolación y exceso de uso de músculos y articulaciones.

Young, ex mariscal de campo de la NFL, que fue incluido en el Salón de la Fama del fútbol americano profesional en 2005, aseguró que sufrió varias conmociones cerebrales durante su celebrada carrera de treinta años, un asunto "al que ahora se le está dando la importancia que merece".

"Se trata de una lesión nefasta con toda clase de niveles, cada uno parte del contexto de cada persona", aseguró Young. "Uno simplemente no sabe cómo le afectarán ciertas cosas. La clave es no continuar, un error muy peligroso".

Cerca del 10 por ciento de los 38 millones de niños estadounidenses que practican deportes reciben tratamiento por una lesión deportiva cada año, aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. calculan que cerca de la mitad de esas lesiones se pueden prevenir.

Una encuesta nacional reciente financiada por Safe Kids USA y Johnson & Johnson halló que los padres generalmente no se mostraban preocupados por la cantidad de lesiones potenciales que los niños podrían sufrir al practicar deportes en equipo. Solo se preocupaban "bastante" o "mucho" si se trataba de una conmoción cerebral o de deshidratación.

Cerca del 86 por ciento de los padres encuestados aseguró que la lesión de sus hijos no era más que "parte del juego" y que probablemente hubiera ocurrido de todos modos. La encuesta fue un seguimiento a otra investigación similar realizada en 2000 que estudio los conocimientos, actitudes y conductas de los padres respecto a la seguridad en los deportes.

"Hay mucho más beneficio por practicar deportes que riesgos, pero necesitamos controlar el riesgo adecuadamente", aseguró en una conferencia de prensa Gerard Gioia, director del programa Resultados, Recuperación y Educación Seguros después de una Conmoción Cerebral (Safe Concussion Outcome, Recovery & Education, SCORE) del Centro Médico Pediátrico Nacional.

Gioia y Young recomendaron a los padres mantenerse alertas a cualquier cambio en la conducta de un niño los momentos siguientes a haber recibido un golpe en el cuerpo o en la cabeza que provoquen movimientos de la cabeza hacia delante, que pueden causar conmociones cerebrales. La mayoría de las veces, el jugador no perderá el conocimiento, pero podría parecer atolondrado, aturdido o simplemente indispuesto.

"Como padre, yo avergonzaría a mi hijo o a su entrenador si me parece que hay un cambio en el comportamiento", señaló Young. "Hay mucha presión por permanecer en la cancha y por eso, de muchas maneras, los atletas no son los mejores jueces [de sus capacidades]. De hecho, de muchas menores, son los peores jueces".

Para prevenir la insolación, que puede surgir durante el agotamiento excesivo a altas temperaturas, los niños deben monitorizar el color de su orina antes de las prácticas y los juegos para calcular sus necesidades de fluidos, señaló Douglas Casa, director de operaciones del Instituto Korey Stringer de la Universidad de Connecticut.

Los atletas deben intentar consumir cantidades suficientes de fluidos como para que su orina sea del color de la limonada en lugar del color del jugo de manzana, explicó Casa. Está bien tomar agua si el evento dura menos de una hora, agregó, pero las bebidas energéticas como Gatorade son una mejor opción si el evento dura más de una hora y exige más electrolitos.

Las lesiones por exceso de uso, como el llamado codo del lanzador, son causadas por movimientos reiterados de articulaciones y músculos que deterioran los tejidos sin dar oportunidad de sanar, continuó Casa. Safe Kids USA recomienda que los atletas jóvenes descansen diez semanas al año del mismo deporte si lo practican durante varias temporadas.

Los niños que practican deportes de equipo pasan en promedio 7.4 horas a la semana practicando o jugando. Los niños pasan cerca de 20 por ciento más de tiempo que las niñas y los que tienen entre 10 y 14 pasan significativamente más tiempo que los que tienen entre 5 y 9.

Casi todos los pacientes encuestados consideraron que los deportes organizados de equipo ofrecen experiencias positivas para sus hijos, mientras que el 31 por ciento aseguró que el aprendizaje de valores como el trabajo en equipo y el espíritu deportivo eran los beneficios más importantes. Entre los deportes de la encuesta se encontraban el fútbol, el fútbol americano, el hockey sobre césped, el básquetbol, la gimnasia, el hockey sobre hielo, el lacrosse, el sóftbol y el T-Ball (un deporte infantil basado en el béisbol).

Young recomendó a los padres que conozcan las reglas de los deportes que practican sus hijos y que conozcan a los entrenadores, pero que no los obliguen a jugar. La motivación tiene que provenir de los niños mismos, dijo.

"Si usted los lleva y los obliga, no me parece que sea saludable con el tiempo", dijo.

Más información

Para más información sobre la seguridad en los deportes juveniles, visite los Institutos Nacionales de Salud.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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