Unos medicamentos populares para la acidez gástrica podrían incrementar el riesgo de fracturas

Un estudio ve una posible relación con inhibidores de la bomba de protones como Prilosec, Prevacid y Nexium

LUNES, 9 de mayo (HealthDay News/HolaDoctor) -- Una investigación coreana reciente sugiere que el uso de medicamentos populares para la acidez gástrica, como Prilosec, Prevacid y Nexium se relaciona con un aumento en el riesgo de fracturas, lo que refuerza la preocupación de las autoridades sanitarias estadounidenses.

Los científicos que realizaron un metaanálisis de once estudios publicados entre 1997 y 2011 hallaron que los inhibidores de la bomba de protones (IBP), que reducen la producción de ácido estomacal, se relacionaron con un riesgo 29 por ciento superior de fracturas. Esto incluyó un riesgo 31 por ciento superior de fracturas de cadera y un riesgo 54 por ciento superior de fracturas vertebrales.

Otro tipo de medicamentos para la acidez, conocidos como antagonistas del receptor H2 o bloqueadores H2, entre los que se encuentran medicamentos con las marcas Zantac y Pepcid, no se relacionaron de manera significativa con el riesgo de fracturas, según los autores del estudio. Los bloqueadores H2, sin embargo, son menos poderosos que los IBP para suprimir la producción de ácido y bloquean apenas cerca del 70 por ciento, frente al 98 por ciento calculado que pueden bloquear los segundos.

"Es difícil decir de manera uniforme cuál es el riesgo absoluto, porque el riesgo de fracturas muestra muchas diferencias según la edad, el sexo, la raza y la etnia", aseguró el Dr. Chun-Sick Eom, instructor clínico del Departamento de Medicina Familiar del Hospital Universitario Hallym de Chuncheon, Corea.

"Los médicos deberían considerar cuidadosamente su decisión de recetar IBP para pacientes en mayor riesgo de fracturas, sobre todo las mujeres mayores de 65", agregó. "Recomendamos que las dosis de medicamentos elegidas se escojan meticulosamente teniendo en cuenta lo que es necesario para lograr los objetivos terapéuticos".

Además, un subconjunto de estudios de alta calidad, y de estudios que se ajustan a al menos cinco variables que también podrían influir sobre el riesgo de fracturas, sí mostraron un aumento en las mismas entre quienes usaban bloqueadores H2. Por esta razón, los autores del estudio también recomiendan que se hagan más estudios sobre el tema.

El estudio aparece en la edición de mayo/junio de Annals of Family Medicine.

En mayo de 2010, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos decidió que los IBP llevaran una advertencia en sus etiquetas sobre el posible riesgo de fracturas. Los medicamentos, entre los que se encuentran esomeprazol (Nexium), dexlansoprazol (Dexilant), omeprazol (Prilosec, Zegerid), lansoprazol (Prevacid), pantoprazol (Protonix) y rabeprazol (Aciphex), se utilizan para tratar las úlceras estomacales y del intestino delgado, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la inflamación del esófago.

Los supresores del ácido son el segundo medicamento más utilizado en el mundo, señaló Eom, y sus ventas en los EE. UU. alcanzaron en 2005 los $27 mil millones.

Se piensa que los IBP y los bloqueadores H2 tienen efectos distintos sobre el metabolismo de los huesos, anotó Eom, lo que explica las diferencias en el riesgo de fracturas. Los IBP podrían interferir con la capacidad del tracto digestivo para absorber el calcio, un proceso al que el ácido contribuye, así como con el proceso de desarrollo de nuevas células óseas.

Eom reconoció que el estudio estuvo limitado por la falta de acceso a datos individuales sobre nutrientes que podrían haber afectado el riesgo de fracturas de los participantes.

Un editorial que acompaña al estudio anotó que la clave estaba en equilibrar los riesgos y los beneficios absolutos, que los médicos redujeran el uso de IBP cuando resultara apropiado pero que no les preocupara usarlos en pacientes de úlceras gástricas agudas u otras afecciones potencialmente mortales.

El Dr. David Bernstein, jefe de la división de gastroenterología del Hospital Universitario North Shore de Manhasset, Nueva York, aseguró que aunque el estudio era de observación, debería invitar a los médicos a cuestionar la continua necesidad de medicamentos supresores del ácido.

"Necesitamos analizar esto caso por caso", recomendó Bernstein. "Si alguien tiene reflujo incontrolable y necesita terapia con IBP a largo plazo, probablemente la reciban. Se sienten mejor y es fácil".

Pero, "en algún momento, el médico y el paciente necesitan contemplar otra estrategia, suspender el medicamento o cambiarlo", agregó. "Necesitamos administrarles a los pacientes la cantidad mínima para que esté bien y luego suspender".

Más información

La Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. tiene más información sobre la acidez gástrica.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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