¿Qué tan seguros son los fármacos populares para el reflujo?

Expertos debaten evidencia que relaciona a los bloqueadores de ácido con posibles problemas óseos y cardiacos

MIÉRCOLES, 4 de noviembre (HealthDay News/DrTango) -- Millones de estadounidenses toman fármacos como Nexium, Prevacid y Prilosec para aliviar los corrosivos efectos del reflujo ácido, pero ¿ponen estos medicamentos a los pacientes en riesgo de otros problemas de salud?

Los expertos siguen divididos sobre los peligros potenciales de estos medicamentos recetados comunes.

Los medicamentos pertenecen a una clase de farmacéuticos llamados "inhibidores de la bomba de protones" o IBP, que por lo general se consideran seguros y eficaces. Pero recientemente, esos fármacos para reducir el ácido han sido tema de estudios que relacionan su uso con una variedad de riesgos de salud, desde un mayor índices de fracturas de cadera y mayores probabilidades de diarrea, hasta neumonía adquirida en la comunidad.

El Dr. Kenneth W. Altman, profesor asociado de otorrinolaringología de la Escuela de Medicina Mount Sinai de la ciudad de Nueva York, llama la atención sobre algunas de las consecuencias potenciales del uso de IBP en un comentario que aparece en la edición de noviembre de la revista Otolaryngology -- Head and Neck Surgery.

"Realmente quiero enfatizar que se trata de una clase importante de fármacos que ayuda a mucha gente", apuntó Altman. Pero la literatura científica plantea cuestiones que requieren más estudio, aseguró, como cuánto afecta el metabolismo de los IBP en el organismo los niveles en sangre de otros medicamentos procesados en el hígado.

Pero el Dr. David A. Johnson, jefe de gastroenterología de la Escuela de Medicina de Virginia Oriental en Norfolk, Virginia, no cree que la ola actual de estudios cumple con las reglas de evidencia para "implicar claramente" a los IBP. Señaló que los estudios tampoco sopesan los beneficios del tratamiento contra cualquier riesgo potencial.

La mayoría de las personas experimentan acidez estomacal ocasionalmente. Pero cuando la acidez es grave o frecuente, podría deberse a la enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE), una afección que ocurre cuando la válvula que cierra el estómago a partir del esófago no funciona de manera adecuada, según el Colegio Estadounidense de Gastroenterología.

Cuando el ácido estomacal se devuelve hasta la garganta, o incluso a las vías nasales, se conoce como reflujo laringofaringeo, según la American Academy of Otolaryngology -- Head and Neck Surgery.

Los IBP se recetan ampliamente para tratar ambas afecciones.

En 2008, los inhibidores de la bomba de protones constituyeron la tercera clase más vendida de fármacos en los EE. UU., dando cuenta de $13.9 mil millones de dólares en ventas en EE. UU., según una compañía de datos sobre atención de salud llamada IMS Health, con sede en Norwalk, Connecticut. IMS reportó que, con 113.4 millones de recetas, fueron el sexto medicamento recetado más ampliamente dispensado al detalle.

De los varios problemas de salud que se relacionan con los IBP, uno de los más preocupantes tiene que ver con su interacción con el adelgazante de la sangre clopidogrel (Plavix). Un estudio relacionó a la combinación farmacológica con un aumento de setenta por ciento en el riesgo de ataque cardiaco o angina inestable, y un aumento de 48 por ciento en el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV).

Ante esa noticia, la Society of Cardiovascular Angiography and Interventions urgió a los proveedores de atención de salud que tratan a pacientes con la terapia para prevenir coágulos que consideraran recetar antiácidos u otros bloqueadores de ácido que no fueran IBP. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los EE. UU. también recomendó que los proveedores de atención de salud reevalúen el uso de IBP en pacientes que toman Plavix.

Pero no hay evidencia a partir de ensayos prospectivos aleatorios para respaldar esas declaraciones de precaución, según Johnson, quien es también ex presidente del Colegio Estadounidense de Gastroenterología. "Todo fue retrospectivo, o sujeto a sesgos potenciales", apuntó.

Desde entonces, tres estudios prospectivos, entre ellos trabajos publicados en la revista The Lancet, y datos presentados en una importante reunión de cardiología, no han demostrado resultados cardiacos adversos por la combinación de fármacos, anotó Johnson.

El Dr. Michael F. Vaezi, director clínico del departamento de gastroenterología del Centro médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, también considera que la importancia clínica de las asociaciones reportadas en muchos estudios sobre los IBP se ha "exagerado".

Los estudios se basan mayormente en datos epidemiológicos, información recolectada de una población en particular, explicó Vaezi. En este tipo de estudios es difícil descartar factores "confusos" que podrían sesgar los resultados, aseguró. Además, añadió, las asociaciones reportadas en muchos de los estudios eran débiles.

Altman dijo que lo que más le preocupa son los usuarios de dosis altas a largo plazo de los medicamentos, porque su mayor exposición aumenta las probabilidades de que experimenten alguna consecuencia no intencional. También le preocupan la gente que sigue usando los IBP sin mejorar.

"Tal vez no sufran de reflujo ácido, o tal vez ya tengan una complicación más grave del reflujo ácido de lo que saben", advirtió.

Los pacientes que tienen inquietudes sobre el uso de estos fármacos deben hablar con sus médicos, aconsejó Vaezi. Pero también dijo que las personas deben tener en cuenta que los hallazgos de estos estudios apenas sugieren una asociación con un resultado particular, y no una causa.

"El mensaje para el público es no reaccionar de manera exagerada", señaló.

Más información

Para más información sobre la acidez gástrica, visite la Colegio Estadounidense de Gastroenterología (American College of Gastroenterology).


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

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