El tratamiento intermitente para el VIH es demasiado arriesgado

Un importante estudio encuentra que la terapia farmacológica continua es la única opción segura

MIÉRCOLES 29 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) -- Un estudio reciente encuentra que detener y luego reiniciar la terapia de medicamentos contra el VIH no funciona, lo que ayuda a terminar un largo debate clínico.

No es sólo más probable que los pacientes mueran de SIDA cuando su tratamiento antirretroviral es interrumpido, sino que, sorprendentemente, también es más probable que sufran efectos secundarios de los medicamentos cuando se continúan sus terapias, encontró el estudio.

Los expertos habían especulado que dar a los pacientes "vacaciones" del poderoso cóctel de medicamentos podría ser beneficioso.

Sin embargo, el nuevo ensayo "confirma la práctica presente, en la que la mayoría de médicos es aún de la opinión de en cuanto se inicie, no se deber detener", afirmó el Dr. Michael Horberg, director de política, calidad e investigación del VIH/SIDA del Plan de salud de Kaiser Permanente en Oakland, California.

"Parece que los beneficios de los antirretrovirales continuos sobre la supresión continuada de los niveles de virus son grandes", añadió el Dr. Roy Gulick, director de la Unidad de ensayos clínicos sobre el VIH del Colegio médico Weill Cornell de la ciudad de Nueva York. "Lo que tenemos aquí son efectos tóxicos no anticipados o efectos no relacionados con el VIH que se asocian con suspender los medicamentos".

"Lo que esto hace en el campo es hacernos repensar lo de suspender los medicamentos, realmente, en cualquier situación clínica", apuntó Gulick. Suspender y reiniciar el tratamiento no es buena idea, no sólo porque promueve la progresión del VIH sino debido "al riesgo de otros tipos de toxicidades", aseguró.

Cuando se introdujeron las terapias antirretrovirales, representaron un inmenso avance en el tratamiento de la infección con VIH, el virus que causa el SIDA. Sin embargo, los medicamentos conllevan graves efectos secundarios, entre ellos importantes complicaciones metabólicas y cardiovasculares. La terapia es también costosa, difícil de cumplir y puede promover el desarrollo de cepas virales resistentes.

Los expertos han debatido por largo tiempo si la terapia podría aún ser efectiva y menos tóxica si se interrumpía cuando las células CD4+ o T (las células inmunes citotóxicas que destruyen el VIH) aumentaban más allá de cierto nivel. En teoría, los pacientes podrían reiniciar su terapia siempre y cuando los niveles de CD4+ bajaran demasiado. Una disminución continua de células CD4+ indica que el VIH está progresando hacia el SIDA.

Para evaluar esta estrategia, los autores del reciente estudio, el más grande de su tipo, compararon dos métodos de tratamiento. En un grupo, los médicos suprimieron los niveles en sangre de VIH a largo plazo haciendo que los pacientes tomaran medicamentos de manera continua. El otro grupo se puso en el régimen de "suspensión y reinicio", dependiendo de los cambios en sus niveles de CD4+.

Los investigadores asignaron aleatoriamente a 5,472 individuos infectados con VIH que tenían un conteo de células CD4+ de más de 350 células por milímetro cúbico de sangre a recibir terapia antirretroviral continua o episódicamente.

Los que estaban en el grupo episódico sólo recibían tratamiento cuando su cuenta de CD4+ disminuía por debajo de 250 células por milímetro cúbico y continuaban recibiendo la terapia hasta que su conteo aumentaba a más de 350.

El estudio se diseñó para que durara seis años, pero los resultados fueron tan sorprendentes que se detuvo luego de sólo 16 meses. Esto se debe a que los pacientes del grupo episódico tenían 2.6 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad oportunista o morir de SIDA que las personas del grupo continuo.

Los resultados del estudio aparecen en la edición del 30 de noviembre del New England Journal of Medicine.

"Hubo más eventos clínicos en términos de episodios de SIDA y muertes en el grupo que comenzaba y se detenía, pero lo que sorprendió aún más es que también hubo más toxicidad, que es exactamente lo opuesto de lo que creían [que sucedería]", señaló Gulick. "Ese fue un hallazgo extremadamente importante".

El Dr. Joel Gallant, profesor de medicina y epidemiología, y director asociado del Servicio de SIDA de la Facultad de medicina de la Universidad Johns Hopkins, añadió que "la interpretación estricta es que probablemente no se deba interrumpir la terapia cuando se comienza y, si se hace, se debería reiniciar mucho antes de 250. La interpretación más amplia es que a las personas les va mejor con el tratamiento que sin éste".

Más información

Para más información sobre el VIH, vaya al National Institute of Allergy and Infectious Diseases.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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