Un informe identifica unos factores que podrían cambiar el panorama de la atención de la salud en EE. UU.

Las innovaciones y desarrollos recientes podrían transformar la dirección de la atención del paciente en la próxima década, afirman unos investigadores

MARTES, 23 de septiembre de 2014 (HealthDay News) -- Imagínese si a los médicos y a los hospitales les pagaran por proveer una mejor atención, no una mayor cantidad de atención, y los consumidores tuvieran mejores datos con los cuales tomar decisiones médicas informadas.

Un informe reciente sugiere que a esa dirección se dirige el sistema sanitario de EE. UU.

El informe, del Instituto IMS de Informática de la Atención Sanitaria de Parsippany, Nueva Jersey, identifica 10 "precursores del cambio", eventos recientes que se espera que alteren la administración de la atención de salud y el uso de medicamentos en la próxima década.

Los autores reconocieron que una adopción mala de las nuevas tecnologías, las inquietudes sobre la privacidad de los datos y otros obstáculos podrían ralentizar el ritmo del cambio, pero su perspectiva a largo plazo sobre la atención del paciente es optimista.

"Creo que puede haber optimismo sobre la efectividad de la atención [que los pacientes] reciben, e incluso su costo", afirmó Murray Aitken, director ejecutivo del instituto y uno de los autores del estudio.

Una indicación del futuro es la llegada de gigantes de la tecnología como Apple, Google y Samsung al mercado de la atención de salud, según el informe.

El IMS predice una mayor innovación en las aplicaciones móviles de salud y en los dispositivos de salud usables que recogen datos personales de salud y monitorizan todo, desde la actividad física hasta los niveles de azúcar en sangre.

"Estas nuevas tecnologías hacen que las personas participen más en su propia atención de salud", aseguró Aitken.

Y con el permiso de los consumidores, un médico podría usar esos datos para modificar los niveles de los medicamentos sin que el paciente tenga que hacer una cita.

Según los resultados de un estudio europeo reciente, el IMS estima que la tecnología sanitaria móvil podría beneficiar a una tercera parte de la población de EE. UU. y ahorrar al sistema de salud 81 mil millones de dólares al fomentar el bienestar y garantizar un tratamiento adecuado.

Pero Paul Hughes-Cromwick, economista principal de salud del Centro de Gastos Sostenibles en Salud del Instituto Altarum de Ann Arbor, Michigan, tiene dudas sobre si las tecnologías móviles, como el recién anunciado Apple Watch, plantearán una gran diferencia en los costos de atención sanitaria de EE. UU.

"Siempre será difícil lograr que la gente haga lo correcto para cuidarse, y simplemente tener un reloj, por sí solo, no hará mucho", lamentó.

Pero Cyndy Nayer, fundadora y directora ejecutiva del Centro de Participación en la Salud de Naples, Florida, ve un enorme potencial en las nuevas aplicaciones y dispositivos de salud que llegan al mercado.

En cinco años, la cantidad de actividad de autogestión que las personas usen en la tecnología móvil se contabilizará como dólares ganados para la reducción de sus primas de seguro, predijo.

Otro heraldo del cambio es el crecimiento de las llamadas "organizaciones de salud responsables" ("accountable care organizations", ACO), que reúnen a hospitales, médicos y otros proveedores para coordinar la atención del paciente. En una ACO y en asociaciones similares entre hospitales y médicos, los proveedores de atención sanitaria son responsables de los resultados de los pacientes, y el enfoque de la atención es su valor, no su volumen.

Una mejor coordinación de la atención a través de una reforma del pago y de la administración podría ayudar a reducir más de 200 mil millones de dólares al año en costos evitables de la atención de salud, informa el IMS.

El IMS también considera el hecho de que el gobierno federal publicara los datos de los médicos de Medicare a principios de año como un importante paso hacia una mayor transparencia en la atención de salud.

Para los proveedores, el beneficio real de contar con datos clínicos detallados es "una comprensión real de lo que funciona mejor para cada paciente", explicó Aitken.

Los consumidores también exigen más datos, señaló Nayer. En particular, las personas inscritas en planes médicos con un deducible alto se están convirtiendo en experimentados compradores de atención de salud.

"En un plazo de un año, veremos un inmenso movimiento de consumidores que hacen preguntas: ¿Cuánto cuesta? ¿Cuáles son los indicadores de calidad? Y, ¿qué resultados puede esperar?", planteó Nayer.

Otros indicadores clave de un cambio en el sistema sanitario citados en el informe incluyen:

  • El descubrimiento de unos tratamientos altamente efectivos para la hepatitis C, como el fármaco Sovaldi, de Gilead Sciences. El costo actual de un tratamiento de 12 semanas con Sovaldi es de 84,000 dólares, según el informe. A medida que continúe la producción de curas para otras enfermedades letales, el sistema sanitario debe cambiar la forma en que paga los costos adelantados de los fármacos, según el IMS.
  • Una nueva herramienta en línea y una aplicación móvil para ayudar a los oncólogos a sopesar el costo de los medicamentos, junto con sus beneficios y efectos secundarios. El IMS cree que la iniciativa señala que el costo se convertirá en un factor en las decisiones clínicas de los médicos.

"Para mí, está bastante claro que los médicos tienen cero interés en saber el costo de las cosas porque su trabajo es proveer la mejor atención para sus pacientes", apuntó Hughes-Cromwick. Comentó que los pacientes con planes con un deducible alto son los que presionan a los médicos para que les digan los costos de distintos tratamientos.

Más información

Best Buy Drugs, de Consumer Reports, es una fuente gratuita de información sobre la seguridad, la efectividad y el precio de los fármacos.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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