Se reducen las tasas de abuso de analgésicos recetados, pero hay muchos adictos, según un estudio

Un segundo estudio encuentra que el 80 por ciento de quienes abusan de ellos no reciben tratamiento para su adicción
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MARTES, 13 de octubre de 2015 (HealthDay News) -- El porcentaje de adultos estadounidenses que abusan de los analgésicos narcóticos recetados se ha reducido ligeramente en la última década, revela una encuesta reciente.

Esa es la buena noticia. La mala noticia es que los que abusan de estos potentes fármacos lo hacen con más frecuencia y son más propensos a volverse adictos.

"Es alentador que el porcentaje de uso no médico de [narcóticos] opiáceos se haya reducido", dijo la autora del estudio, la Dra. Beth Han, estadística del Centro de Estadísticas y Calidad de la Salud Conductual de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental de EE. UU.

Pero al mismo tiempo, los resultados mixtos "subrayan la importancia del tratamiento para los trastornos de abuso de sustancias", añadió Han.

"La mayoría de los adultos con trastornos de uso de [narcóticos] opiáceos u otros trastornos de uso de sustancias no reciben tratamiento ni perciben la necesidad del tratamiento", dijo Han. El informe de su equipo aparece en la edición del 13 de octubre de la revista Journal of the American Medical Association.

Un segundo informe publicado en la misma revista respalda ese hecho. El 80 por ciento de quienes abusan de los narcóticos no obtienen ningún tratamiento para su adicción. De hecho, las tasas de tratamiento han permanecido en esencia estáticas desde 2004, dijeron los investigadores, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

El análisis de Han incluyó respuestas provistas entre 2003 y 2013 por más de 472,000 adultos que participaron en encuestas anuales sobre el uso de medicamentos y drogas.

Los encuestados indicaron si habían usado o no narcóticos recetados para un propósito no recetado en el año anterior en algún momento.

Entonces, se pidió a las personas que contestaron que sí que indicaran con qué frecuencia lo habían hecho, cómo habían obtenido los fármacos y a qué edad habían abusado de los narcóticos recetados por primera vez.

También se pidió al mismo grupo que detallara cualquier antecedente de depresión y/o abuso o dependencia de sustancias. Esas sustancias incluían al alcohol, la marihuana, la cocaína y la heroína, además de una amplia variedad de estimulantes y/o sedantes recetados.

Además de un pequeño descenso en el abuso general de analgésicos narcóticos recetados entre la primera encuesta y la última, los investigadores también observaron un ligero descenso en el porcentaje de personas que dijeron que habían abusado de narcóticos recetados por primera vez en el año anterior (del 1 por ciento en 2003 al 0.6 por ciento en 2013).

Pero en el mismo periodo, hubo más personas de las que dijeron que abusaban de los narcóticos recetados que lo hicieron con una mayor frecuencia (el 0.6 por ciento en 2003 y el 0.9 por ciento en 2013).

Esa dependencia se manifiesta típicamente como un deseo incontrolable de seguir tomando los medicamentos, incluso frente a las consecuencias nocivas y cuando el uso de los fármacos comienza a adueñarse de la vida de una persona. El aumento de la tolerancia (necesitar más medicamentos para alcanzar la misma intoxicación) es otra señal de dependencia, al igual que la dificultad de abandonar el hábito.

Una década de datos obtenidos por el Sistema Nacional de Estadísticas Vitales de EE. UU. reveló que más estadounidenses adultos mueren ahora por el abuso de narcóticos recetados que nunca antes.

Concretamente, el análisis encontró que mientras 4.5 de cada 100,000 estadounidenses murieron de una sobredosis relacionada en 2003, esa cifra había llegado a 7.8 en 2013.

El Dr. Lewis Nelson, autor de un editorial que acompaña al estudio, sugirió que los hallazgos demuestran que "los problemas asociados con el mal uso de los [narcóticos] opiáceos siguen siendo masivos".

Según Nelson, "tenemos una generación de pacientes adictos y con sobredosis de unos medicamentos que probablemente, para empezar, no hayan sido beneficiosos". Nelson es profesor de medicina del departamento de medicina de emergencias de la Facultad de Medicina de la NYU en el Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

"El lado positivo podría ser que menos pacientes están usando [narcóticos] opiáceos con fines no médicos, pero el lado negativo es que más pacientes los están usando mal en mayores cantidades, sufriendo más [adicción] y muriendo", planteó Nelson.

Controlar el problema requerirá aceptar el hecho de que "no podemos hacer que [los narcóticos] sean más seguros, y que no funcionan para la mayoría de casos de dolor crónico", añadió Nelson.

"Tenemos que replantear las expectativas respecto al alivio del dolor y la función de los recetadores y los pacientes para que concuerden con esa realidad", dijo. "Con ese fin, subir el listón para el uso de los opiáceos en el tratamiento del dolor agudo o crónico expondrá a menos pacientes a los riesgos que plantean".

Más información

Para más información sobre el abuso de los analgésicos, visite el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2015, HealthDay

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