Relacionan el rechazo a los adolescentes homosexuales con problemas posteriores

Los intentos de suicidio y el uso de drogas son más comunes entre aquellos cuyas familias no los aceptan

LUNES, 29 de diciembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los adultos jóvenes homosexuales cuyas familias los rechazaron cuando eran más jóvenes son más propensos a tener antecedentes de sexo no seguro, uso de drogas ilegales e intentos de suicidio, sugiere una investigación reciente.

Los hallazgos no prueban que la reacción negativa de la familia a la sexualidad del hijo cause directamente problemas más adelante en la vida. Pero está claro que "hay una conexión entre cómo las familias tratan a sus hijos homosexuales de ambos sexos y su salud mental y física", afirmó Caitlin Ryan, trabajadora social clínica de la Universidad estatal de San Francisco y autora líder de un estudio publicado en la edición de enero de Pediatrics.

En las últimas décadas, estudios han encontrado pruebas de que los niños homosexuales y bisexuales son más propensos a sufrir de una variedad de problemas, entre ellos depresión y suicidio. Los investigadores atribuyen los problemas al estigma social que rodea a la homosexualidad, pero ha habido una brecha respecto al papel de las reacciones de las familias a la sexualidad de sus hijos, señaló Ryan.

En el nuevo estudio, los investigadores primero hablaron con 49 familias blancas y latinas de California para determinar cómo reaccionaron a hijos que no eran heterosexuales para saber qué buscar al comenzar la investigación principal.

En términos del rechazo, "vimos que en muchos casos, las familias y los cuidadores pensaban que lo que hacían ayudaría a sus hijos a tener una mejor vida, adaptarse, pertenecer y ser aceptados por otros", apuntó Ryan. "Trataban de cambiar la identidad sexual, prohibirles pasar tiempo con un amigo homosexual, no permitirles tener acceso a información sobre cómo es ser una persona homosexual o bisexual".

En algunos casos, los padres no defendían a sus hijos cuando tenían problemas en la escuela, dijo Ryan. "Sus padres les decían que por supuesto era lo que iba a sucederles. Culpaban a la víctima".

Tras las entrevistas iniciales, los investigadores encuestaron a 224 adultos homosexuales y bisexuales de ambos sexos, que tenían entre 21 y 25 años de edad, en el área de San Francisco. Todos los participantes eran blancos o latinos, y los investigadores los localizaron poniéndose en contacto con grupos comunitarios y visitando bares, clubes y otros lugares nocturnos. Las entrevistas se llevaron a cabo de 2002 a 2005.

Más de dos tercios de los que habían sido rechazados por sus familias afirmaron haber intentado suicidarse, frente a alrededor del veinte por ciento de los que reportaron los índices más bajos de rechazo.

Alrededor del 46 por ciento de los del grupo más rechazado afirmó que habían sostenido relaciones sexuales sin protección con una pareja casual durante los seis meses previos, un índice que casi duplicaba el del grupo menos rechazado.

Los que informaron el mayor rechazo tenían mayores índices de uso de drogas ilegales, problemas de abuso de sustancias y depresión. Sin embargo, las personas en ese grupo tenían índices un poco más bajos de consumo excesivo de alcohol.

Ryan dijo que sus hallazgos sugieren que los proveedores de salud deben buscar señales de problemas hablando con los adolescentes sobre su orientación sexual. En cuanto a las familias, deben enfatizar a sus hijos que les quieren incluso si no están de acuerdo con sus elecciones, señaló Ryan.

En casos de rechazo, "la mayoría de estas familias opinan que ser homosexual es malo o pecaminoso, o lo peor que podría suceder", apuntó. "Con frecuencia, lo que no se comunica es que siguen queriendo a sus hijos".

Stephen T. Russell, director del Instituto de niños, jóvenes y familias Frances McClelland de la Universidad de Arizona, afirma que el estudio confirma sus sospechas sobre el daño que sufren los hijos homosexuales cuando sus familias los rechazan.

"Tener investigación que respalde el riesgo es realmente importante", apuntó, y añadió que el estudio provee guía para apuntar a las cosas dañinas específicas que las familias pueden hacer.

Russell se hizo eco de la autora del estudio Ryan al afirmar que las familias con frecuencia creen que están protegiendo los intereses de sus hijos cuando en realidad están creando las bases para un terrible daño. "Las familias hacen esas cosas porque creen que son lo correcto", afirmó. "Creen que están protegiendo (a sus hijos) y mejorando las cosas para ellos".

Más información

Para más información sobre los problemas de los adolescentes homosexuales y bisexuales de ambos sexos, consulte la información de la American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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