Pronto podría ser posible ‘elaborar’ narcóticos fácilmente

Si bien este avance podría beneficiar a la medicina, los investigadores advirtieron sobre su potencial para crear drogas ilegales

LUNES 18 de mayo de 2015 (HealthDay News) – Investigadores advirtieron que la gente pronto podría ser capaz de elaborar narcóticos “caseros” usando levadura de panadería modificada genéticamente y una tina de azúcar simple, y pidieron regulaciones estrictas para este descubrimiento científico próximo.

Los científicos se están acercando rápidamente a una manera de crear un nueva cepa de levadura que, a través de la fermentación, podría convertir el jarabe de maíz en un opiáceo similar a la codeína o la morfina, dijo John Dueber, profesor asistente de bioingeniería en la Universidad de California en Berkeley.

Un esfuerzo coordinado de los investigadores podría hacer que los narcóticos derivados de levadura sean una realidad dentro de dos o tres años, dijo.

“Cuando empezamos este trabajo hace poco más de un año, pensamos que probablemente estábamos a una década de una cepa de levadura que pudiera producir suficiente morfina para ser una cantidad activa en el cuerpo”, dijo Dueber. “Nos hemos dado cuenta de que estas piezas se están moviendo más rápido de lo que pensamos originalmente”.

Esta nueva levadura podría aportar enormes beneficios a la medicina al permitir la producción de analgésicos más baratos que potencialmente fueran más efectivos y generaran menos adicción, según Dueber. La levadura también se podría alterar para crear otras medicinas basadas en moléculas derivadas de las flores de amapola, incluyendo antibióticos o drogas contra el cáncer.

Pero si esta levadura cayera en las manos equivocadas, podría generar una fuente sencilla y barata de narcóticos ilegales, añadió.

Conscientes del potencial que hay para el abuso, los investigadores están pidiendo a los creadores de políticas de la Fundación Nacional de la Ciencia y otras instituciones que creen estrategias por anticipado para desalentar su uso ilícito.

Éstas podrían incluir leyes y regulaciones que controlen estrechamente el acceso a la levadura, así como trabajo en el laboratorio para hacer esta levadura menos atractiva para los adictos a las drogas, dijo Kenneth Oye, quien es director de política y prácticas en el Centro de Investigación de Ingeniería Biológica Sintética en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en Cambridge.

“Hay algunas cosas muy emocionantes y potencialmente benéficas que vienen en camino”, dijo Oye, que también es profesor asociado de ciencias políticas e ingeniería en MIT. “Y también hay una situación inusual en la que los científicos que están trabajando en el desarrollo se están comportando de una manera por lo general muy responsable. Están diciendo ‘hay que hablar sobre atender problemas potenciales antes de que surjan y no después’”.

Los equipos de investigación han estado trabajando en recrear una ruta química compleja de 15 pasos a través de la cual las amapolas producen naturalmente una serie de químicos orgánicos llamados alcaloides bencilisoquinolinados, o BIA, según dijeron los científicos en las notas de antecedentes.

Muchas medicinas existentes o potenciales pueden derivarse de BIA producidos de amapolas. Pero estos bioquímicos son más famosos por ser la base de narcóticos como codeína, morfina, oxicodona (Oxycontin) e hidrocodona (Vicodin), según los investigadores.

Los investigadores señalaron que debido a su complejidad estructural, los BIA no se pueden sintetizar químicamente en una escala comercial. En cambio, se deben extraer de plantas como la amapola del opio o adormidera.

Hasta ahora, los dos equipos distintos de investigación han estado recreando este camino químico de manera fragmentada.

Pero un nuevo estudio en el número del 18 de mayo de la revista Nature Chemical Biology describe todos los pasos excepto uno de una ruta diseñada de levadura que puede convertir el azúcar simple llamada glucosa en el narcótico morfina.

Dueber, autor principal del nuevo estudio, dijo que tomaría sólo un pequeño esfuerzo descifrar el paso restante, y luego mucho más trabajo para “juntar todas esas rutas en una sola célula de levadura y hacer que funcionen de manera suficientemente eficiente en conjunto para fabricar una gran cantidad del producto final”.

El objetivo de la investigación no era necesariamente hacer narcóticos baratos, dijo Dueber. Las amapolas producen miles de bioquímicos potencialmente útiles, pero la mayoría aparecen en cantidades tan pequeñas que actualmente es imposible producir lo suficiente para explorar sus propiedades médicas.

Sin embargo, ya que las amapolas y los BIA están asociados tan de cerca con los narcóticos, los científicos se dieron cuenta que sus descubrimientos podrían ser usados con malicia. “Existe el peligro de que esa cepa se difunda o que se publique toda la información de manera que alguien con las instrucciones pueda re-sintetizar la cepa”, dijo Dueber.

La idea de que un narcotraficante se adentre en la modificación genética de la levadura no es exagerada, según Dueber. En este momento, la gente puede pedir por encargo a algunas compañías la síntesis de secuencias específicas de ADN, dijo.

“Se puede escribir en la computadora la secuencia de ADN que se quiere que construyan, y ellos la meterán en una caja y llegará por paquetería”, dijo Dueber. “Luego se puede meter esa secuencia en la célula de levadura y hacer que la exprese”.

Para evitar este escenario de miedo, Oye y sus colegas han recomendado poner en práctica un conjunto de precauciones que se pueden implementar antes del descubrimiento esperado. Sus ideas aparecen en un editorial en la revista Nature, que se publicó al mismo tiempo que el artículo de Dueber.

Los creadores de políticas hacen cuatro recomendaciones específicas:

  • Diseñar las cepas de levadura para hacerlas menos atractivas para los criminales. Se podrían diseñar para producir únicamente opiáceos con un valor limitado en las calles, o se podrían hacer tan difíciles de procesar que no valga la pena el esfuerzo. Se les podría insertar una marca de agua de ADN a las levaduras que producen opiáceos para que sean más fáciles de rastrear para la policía.
  • Hacer más estricta la seguridad en torno a las cepas de levaduras productoras de opiáceos, en un modelo similar al que se usa actualmente con analgésicos de venta controlada.
  • Asegurarse que las compañías que sintetizan ADN revisen todas las órdenes de secuencias de ADN, prestando atención a las que los delincuentes puedan usar para generar levaduras que produzcan opiáceos.
  • Extender las leyes vigentes de narcóticos para que cubran las cepas de levadura que producen opiáceos.

“Tenemos un poco de tiempo, así que debemos usar este momento para idear maneras de que sea más fácil proteger la salud pública” dijo Oye.

Más información

Para más sobre narcóticos analgésicos, visite el Instituto Nacional de Abuso de Drogas (U.S. National Institute on Drug Abuse).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2015, HealthDay

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