Las estatinas ayudan a algunos pacientes de apoplejía

Estudios hallan que estos medicamentos reductores del colesterol parecen disminuir el riesgo de complicaciones

JUEVES 28 de julio (HealthDay News/HispaniCare) -- Investigadores estadounidenses y británicos informan que las estatinas, medicamentos usados para reducir el colesterol, disminuyen la incidencia de una complicación potencialmente mortal en pacientes que han tenido apoplejías causadas por un vaso sanguíneo reventado.

Dos estudios sobres los que se informa en la edición de agosto de Stroke se enfocan en una cantidad relativamente pequeña de personas que sufrió hemorragias subaracnoideas, en las cuales la ruptura de un vaso sanguíneo causa sangrado en el espacio entre el cerebro y el cráneo. Muchos de esos pacientes tienen posteriormente un vasoespasmo, es decir una contracción prolongada de los vasos sanguíneos que puede llevar a otra apoplejía.

En el estudio británico, neurólogos de la Universidad de Cambridge le administraron pravastin (Pravachol) a la mitad de un grupo de 80 pacientes durante 14 días, comenzando dentro de las 72 horas siguientes a la apoplejía. Los investigadores hallaron que los pacientes que recibieron la estatina tenían 32 por ciento menos de probabilidades de desarrollar un vasoespasmo que aquellos que recibieron un placebo.

Tanto la incidencia de la discapacidad causada por un vasoespasmo como la muerte fueron sustancialmente inferiores en los pacientes que tomaron la estatina. La tasa de mortalidad intrahospitalaria fue 75 por ciento menor y la incidencia de la discapacidad causada por vasoespasmos, como la parálisis parcial, fue 83 por ciento menor que para los pacientes que no recibieron el medicamento.

En el estudio estadounidense, un equipo dirigido por el Dr. John R. Lynch del Centro Médico de la Universidad de Duke le administró un medicamento distinto, la simvastatina (Zocor) o un placebo a 39 personas dentro de las 48 horas siguientes a la apoplejía. Apenas un cuarto de los pacientes que recibió el medicamento mostró evidencia de vasoespasmo durante el ensayo de catorce días, en comparación con el sesenta por ciento de los que no recibieron el medicamento.

Como los estudios fueron pequeños, deben ser verificados por un ensayo mayor, sostuvo Lynch, profesor asistente de neurología y medicina de la Duke. Pero advirtió que un ensayo de ese tipo todavía está en fase de planificación.

"Estamos contemplando cuatro centros en los EE.UU. y quizá uno en Europa", dijo Lynch. "Estamos buscando fondos de los National Institutes of Health. Esperamos poder enviar una solicitud en octubre".

Otra posibilidad es el financiamiento de un laboratorio farmacéutico, aseguró.

Uno de los aspectos que se pueden explorar en el ensayo sería determinar la mejor dosis para la terapia con estatinas, sostuvo Lynch. Los estudios con ratones han indicado que una mayor dosis de la utilizada en este ensayo, de 80 miligramos, podría resultar más eficaz, dijo.

"Las dosis mucho más altas, hasta 10 veces mayores, podrían ser mejores", agregó Lynch. "Claro que eso podría causas efectos secundarios adversos, como descomposición muscular y daño al hígado".

Lynch también relató que ya ha incorporado la terapia con estatinas al tratamiento de pacientes que tienen el tipo de apoplejía que se trató en el estudio. Está utilizando la misma dosis, 80 miligramos diarios durante 14 días.

Además, la investigación "podría tener mayores implicaciones para otros tipos de apoplejía", advirtió Lynch.

Ésta sigue siendo una pregunta abierta, acotó el Dr. Larry Goldstein, profesor de medicina de la Duke y vicepresidente del Consejo de Apoplejía de la American Heart Association.

Estudios han demostrado que administrar estatinas a los pacientes de enfermedad cardiaca coronaria puede reducir su riesgo de apoplejía en 20 por ciento, añadió Goldstein. "También hay algo de evidencia de que se puede reducir el riesgo de eventos vasculares importantes [como ataque al corazón] en pacientes que han tenido apoplejías mediante la prescripción de estatinas", sostuvo.

Pero no hay evidencia concluyente del beneficio de administrar estatinas luego de una apoplejía isquémica, que es causada por el bloqueo de una arteria cerebral, anotó Goldstein. Este aspecto está siendo estudiado actualmente en otro ensayo importante, cuyos resultados se esperan "más o menos en un año", dijo.

Otro informe en la misma edición de la publicación tenía que ver con los medicamentos que los pacientes de apoplejía deberían estar recibiendo y con frecuencia no reciben, medicamentos para la hipertensión arterial.

Los datos de 764 pacientes del Registro Prototipo de Apoplejía Aguda de California mostraron que apenas el 69.4 por ciento de ellos recibía medicamentos para la hipertensión al salir del hospital. La hipertensión arterial es un factor de riesgo crucial para la apoplejía, declaró el investigador del estudio, Dr. Bruce Ovbiagele, profesor asistente de neurología de la Universidad de California en los Ángeles.

Una de las razones del por qué esos medicamentos no se administran con mayor frecuencia es que las directrices para apoplejía no especifican que la terapia para la hipertensión debería comenzar en el hospital, dijo en una declaración Ovbiagele.

"Debería haber un esfuerzo concertado entre pacientes y médicos para asegurarse de que los primeros no abandonen el hospital sin al menos un agente para reducir la hipertensión con el fin de reducir su riesgo de una segunda apoplejía", escribió.

Más información

Para más información sobre la apoplejía, visite el National Institute of Neurological Disorders and Stroke.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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