Las etiquetas de los analgésicos de venta sin receta necesitan mejorarse

Un estudio halla omisiones en cuanto a advertencias de seguridad para niños así como falta de visibilidad de las mismas

LUNES, 30 de marzo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Hace poco Laura Bix llevó a su casa un frasco de un analgésico de venta sin receta y le sorprendió descubrir que el envase carecía de una tapa a prueba de niños.

Bix, madre de tres niños y profesora asistente de la Facultad de embalaje de la Universidad Estatal de Michigan, sabía que un tamaño en particular de cualquier línea de productos puede estar exento de los requisitos federales para cierres a prueba de niños siempre que la advertencia de la etiqueta sea "visible" y "destacada". Sin embargo, ese no era el caso de los analgésicos que había comprado Bix.

"Entonces pensé, estoy llevando este tipo de envases a mi casa, así que muchas otras familias también lo harán", dijo.

Entonces, Bix realizó un estudio, que aparece en la edición de esta semana de Proceedings of the National Academy of Sciences, para ver si los consumidores veían y/o recordaban estas advertencias.

"El etiquetado a prueba de niños es muy importante, porque los niños a veces piensan que los medicamentos son dulces, por lo que corren el riesgo de tomar el medicamento y sufrir una sobredosis", explicó Amber Watts, profesora asistente de práctica farmacéutica en la Facultad de farmacia Irma Lerma Rangel del Centro de ciencias de la salud de la Texas A&M en Kingsville, Texas. "Muchas veces, los niños ni siquiera deben tomar estos medicamentos, sobre todo si tienen menos de seis años".

De hecho, los fabricantes de medicamentos para el resfriado y la tos de venta sin receta están de acuerdo en dejar de comercializar estos productos para niños menores de cuatro años.

En el estudio de la Universidad Estatal de Michigan, se pidió a 61 participantes que miraran los envases de cinco analgésicos de venta sin receta mientras eran monitorizados por dispositivos de lecturas para determinar qué veían y durante qué tiempo. A los individuos se les dio diez segundos para revisar la etiqueta.

"La mayoría de personas pasa entre cinco y siete segundos en la revisión de los frascos antes de tomar su decisión de compra, así que consideramos este periodo como algo conservador", explicó Bix.

Los participantes pasaron la mayor parte del tiempo verificando el nombre de la marca.

Más del 80 por ciento de los voluntarios no revisaron la advertencia sobre el precinto de seguridad. Más del 50 por ciento no miró la sección a prueba de niños.

Las etiquetas de advertencia fueron las menos recordadas, del 0 al 18 por ciento (la información relativa al precinto de seguridad ni siquiera se mencionó). El nombre de la marca, las indicaciones y el color del envase fueron los aspectos más recordados. Dos tercios de los participantes recordaron el nombre de la marca y el 40 por ciento el color.

Las advertencias sobre los precintos a prueba de niños y de seguridad también eran menos legibles que otras secciones del envase. Hubo algunas indicaciones de que los participantes que tenían niños encontraron que las etiquetas eran menos legibles, aunque se pudo deber a que los que tenían hijos eran mayores que los que no los tenían (los participantes tenían una edad promedio de 25 años).

"Este hecho apunta básicamente que las etiquetas no están transmitiendo la información como debieran", dijo Bix. "Hay cosas que se pueden hacer para aumentar su visibilidad, o el consumidor no está tomando esta información en serio y no dedica el tiempo suficiente para analizarla. En función de dónde esté el fallo, las soluciones serán muy diferentes".

Aunque la probabilidad de que ocurra un incidente al tener un frasco que no es a prueba de niño en casa es pequeña, Bix llevó el frasco que había comprado a su oficina.

"El peor escenario es que alguien que crea que estos productos tienen el mismo nivel de seguridad que los a prueba de niños, lo deje en un ambiente determinado y un niño tenga acceso a él", señaló Bix. "Y en cuanto a la alteración, en la gran mayoría de los casos no ocurre, y no tendrá un efecto. Pero en el extraño caso de que falte un precinto, y la persona no sepa que debe estar ahí, y se lleva el medicamento, podría suceder lo mismo que en Chicago en 1982. Siete personas murieron cuando compraron Tylenol lleno de cianuro. La mayoría de las veces, creo que los productos son muy seguros, pero si ocurre algo, puede ser muy grave".

"Creo que la otra información de la etiqueta es más importante, el desglose de los ingredientes del medicamento, por ejemplo", dijo Watts. "Sin embargo, creo que las etiquetas [más recientes] son mucho mejores. Creo que el precinto de seguridad o a prueba de niños debe ser más visible en la etiqueta".

La Consumer Healthcare Products Association declaró que "el uso seguro y apropiado de los medicamentos de venta sin receta es una prioridad para los fabricantes de estos medicamentos", pero que "no se pueden respaldar el diseño del estudio ni las conclusiones".

"Muchos medicamentos de venta libre han formado parte de numerosos estudios científicos acerca de la comprensión de la etiqueta y su uso real, proveyendo información para las mejores prácticas en el etiquetado. . . . Finalmente, como lo apunta el artículo, el estudio está limitado por el hecho de que desconocemos el historial de los participantes con las etiquetas de las medicinas seleccionadas. Es probable que los consumidores ya estuvieran familiarizados con las etiquetas y las características del producto porque las hubieran utilizado anteriormente", declaró la asociación.

Más información

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. tiene más información sobre el etiquetado de los medicamentos de venta sin receta.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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