El colágeno de dinosaurio apunta a conexión con las gallinas

Un análisis de aminoácidos en el fémur del tiranosaurio muestra una relación molecular con las aves

JUEVES 12 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Científicos informan que han logrado no sólo detectar proteína de colágeno en un fósil de dinosaurio de 68 millones de años sino que también han encontrado más evidencia de que las aves podrían haber descendido de los dinosaurios.

Esta es la primera vez en que se han establecido relaciones entre especies a partir de información molecular.

Anteriormente, los científicos habían creído que la proteína de los fósiles se degradaba completamente en cuestión de 1 millón de años y, antes de este informe, el ADN secuenciado más antiguo era probablemente de un Neandertal, con una antigüedad de 30,000 a 50,000 años.

La ciencia cambió completamente con el descubrimiento y subsiguiente análisis del fémur de un Tyrannosaurus rex de 68 millones de años de antigüedad. Se demostró que el hueso contenía colágeno, la proteína más abundante en los mamíferos, según informan los investigadores en la edición del 13 de abril de Science. Los investigadores explicaron sus hallazgos el miércoles en una teleconferencia.

John Asara, director de la unidad de espectrometría de masa de la Escuela de medicina del Beth Israel Deaconess y profesor de patología de la Facultad de medicina de la Harvard, fue el autor principal de otro artículo que apareció en Science. Obtuvo una muestra del colágeno, purificó la proteína y la descompuso en péptidos de 10 a 20 aminoácidos cada uno. Éstos fueron ingresados en un espectrómetro de masa de iones ultra sensible.

Siete fragmentos de la proteína se compararon con secuencias existentes de aminoácidos y se encontró que se parecían más a las secuencias de aminoácidos encontrados en el colágeno de las gallinas actuales.

Otras secuencias concordaban con las de tritones y ranas.

"De las siete secuencias totales, tres concordaban exclusivamente con las gallinas, otra concordaba con las ranas y otra concordaba con los tritones únicamente", explicó Asara. "Esto corrobora informes anteriores de que las aves evolucionaron a partir de los dinosaurios o que por lo menos tienen un parentesco cercano".

Aunque no se puede afirmar nada definitivo, esto sugiere que las gallinas son la especie con más probabilidades de estar emparentada con los dinosaurios, a menos que haya otra especie de la que aún no se haya hecho la secuencia que resulte más cercana.

La hipótesis de que las aves y los dinosaurios podrían estar emparentados se ha basado en gran medida en información sobre la arquitectura ósea.

Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte también encontraron que el hueso del tiranosaurio reaccionaba con los anticuerpos del colágeno de gallina, lo que también ayuda a establecer la relación entre aves y dinosaurios.

Asara y sus colegas también usaron la espectrometría de masa para analizar 70 fragmentos de proteína de los huesos de un mastodonte extinguido, que tenían entre 160,000 y 600,000 años de antigüedad. Encontraron cuatro secuencias que son exclusivas de la bestia prehistórica.

"Con estas secuencias, podemos comenzar a pensar sobre la biología evolutiva y comenzar a crear relaciones entre organismos extintos y vivientes según las secuencias de proteínas", afirmó Asara.

Los nuevos hallazgos y técnicas podrían también tener que ver con las enfermedades humanas. Por ejemplo, la tecnología podría un día ser utilizada para secuenciar proteínas de poca abundancia, como las relacionadas con los cánceres, señaló Lewis Cantley, profesor de biología de sistemas de la Facultad de medicina de la Harvard y jefe de transducción de señales del Centro médico Beth Israel Deaconess. También es coautor del artículo con Asara.

"Lo emocionante es que esta tecnología está en su infancia", añadió Cantley. "Veremos lo mucho que mejorará".

"No sabemos cuáles son las posibilidades", apuntó Mary Higby Schweitzer, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Raleigh y autora principal del otro artículo. "En este momento comenzamos con una meta particular en mente, pero todavía queda por verse cómo podría aplicarse esto a la salud humana y a la enfermedad. No se sabe cuál podría ser el resultado. Podría ser más de lo que se puede imaginar".

Más información

Visite el Museo de Paleontología de la Universidad de California para más información sobre el tiranosaurio y sus primos.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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