Ciertos tratamientos para el cáncer podrían aumentar el peligro de la COVID-19

sick patient in hospital bed
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MARTES, 22 de septiembre de 2020 (HealthDay News) -- Las personas con cáncer tienen un riesgo más alto de una COVID-19 grave. Ahora, un estudio preliminar sugiere que ciertas terapias para el cáncer podrían aumentar esas probabilidades incluso más.

Los investigadores encontraron que, entre 3,600 pacientes con cáncer de EE. UU. que contrajeron la COVID-19, el riesgo más alto de morir fue entre los que habían recibido un tratamiento para el cáncer en los tres meses anteriores.

Y el tipo de terapia fue importante. Los pacientes tratados con inmunoterapia más quimioterapia se enfrentaron al riesgo más alto de morir tras contraer la COVID-19.

Los expertos enfatizaron que los hallazgos no deberían disuadir a los pacientes con cáncer de obtener un tratamiento que puede salvar o prolongar sus vidas.

"No deseamos que las personas retrasen la atención", comentó la investigadora principal, la Dra. Trisha Wise-Draper, oncóloga del Centro Oncológico de la Universidad de Cincinnati. "El cáncer es más letal que la COVID".

Más bien, afirmó, los hallazgos ofrecen más información sobre cuáles pacientes tienen el riesgo más alto de enfermar de gravedad si contraen la COVID-19.

La inmunoterapia para el cáncer incluye varios métodos de fomentar las capacidades de combatir al tumor del sistema inmunitario.

Por otro lado, los casos graves de COVID-19 con frecuencia implican una reacción inmunitaria fuera de control, conocida como tormenta de citoquinas. Esto plantea la preocupación de que los pacientes con cáncer que reciben inmunoterapia pudieran tener un riesgo particular de fallecer si contraen la infección.

Pero las investigaciones anteriores no mostraron evidencias claras de que la inmunoterapia, por sí misma, empeorara a las complicaciones de la COVID-19, según Wise-Draper.

Estos hallazgos más recientes, dijo, sugieren que la combinación de la inmunoterapia y los medicamentos de la quimioterapia es lo que conlleva el mayor riesgo.

Entre los pacientes que recibían ambas terapias que contrajeron el nuevo coronavirus, un 29 por ciento fallecieron. Unos riesgos altos también se vincularon con la quimioterapia sola, y con las "terapias dirigidas", en particular los fármacos que merman a las células B del sistema inmunitario, señaló Wise-Draper.

Esos medicamentos, que incluyen a rituximab y obinutuzumab, se usan para tratar a ciertos tipos de cáncer que surgen en las células B. El problema es que las células B también producen anticuerpos que ayudan al cuerpo a luchar contra las infecciones.

De todos los pacientes que recibieron una terapia dirigida en el año anterior, un 20 por ciento murieron tras contraer la COVID-19, la misma tasa de mortalidad que los pacientes que solo recibieron quimioterapia. Por otra parte, la tasa de mortalidad entre los pacientes que recibieron inmunoterapia fue del 18 por ciento.

Para poner esas cifras en cierto contexto, los investigadores también observaron a los pacientes con COVID-19 que habían tenido cáncer pero que no recibieron un tratamiento para el cáncer en el año anterior. De esos pacientes, un 14 por ciento fallecieron.

Esa tasa sigue siendo alta, apuntó Wise-Draper. Aseguró que subraya la necesidad de vigilancia incluso entre las personas que no estén en un tratamiento activo para el cáncer: el distanciamiento social, el uso de máscaras y otras medidas de prevención son esenciales.

El estudio no encontró ninguna evidencia de que la terapia hormonal actual o reciente aumentara los riesgos de los pacientes. De hecho, esos pacientes tuvieron la tasa de mortalidad más baja tras contraer la COVID-19, con un 11 por ciento.

Los hallazgos fueron presentados el 19 de septiembre en la reunión anual virtual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (European Society for Medical Oncology), que se llevó a cabo en línea debido a la pandemia. Como la mayoría de las investigaciones presentadas en reuniones, el estudio se considera preliminar hasta que se publique en una revista revisada por profesionales.

Pero los resultados son importantes, dijo el Dr. Joshua Brody, director del Programa de Inmunoterapia para el Linfoma de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

El estudio "ilumina unas estadísticas críticas que los pacientes con cáncer y los médicos deben conocer", planteó Brody.

"Por suerte, se pueden tomar muchas medidas basadas en estos resultados", añadió.

Los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia o medicamentos que merman a las células B deben ser vigilados de cerca antes y después del tratamiento, según Brody. Y esto, dijo, debe incluir pruebas de rutina de la COVID-19, además de una repuesta rápida si el paciente cae enfermo, lo que podría significar hospitalización y tratamiento con el fármaco dexametasona.

Los hallazgos se basan en unos 3,600 pacientes con COVID-19 de todo Estados Unidos que habían recibido tratamientos sistémicos para el cáncer (terapias que no son cirugía ni radiación).

Más de la mitad de todos los pacientes acabaron en el hospital. En general, los que habían sido tratados por el cáncer en el año anterior tuvieron un riesgo más alto de fallecer que aquellos cuyo tratamiento había sido antes, excepto cuando se trató de la terapia hormonal. En general, el tratamiento en los tres meses anteriores conllevaba el mayor riesgo.

Según la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), la mayoría de las personas tratadas por cáncer en el pasado (sobre todo si han pasado años) probablemente tengan una función inmunitaria normal. Pero el grupo añadió que "cada persona es distinta", e instó a los pacientes con cáncer y a los sobrevivientes a que hablen con el médico sobre su situación.

Más información

La Sociedad Americana Contra El Cáncer ofrece más información sobre el cáncer y la COVID-19.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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