¿Las escuelas reabrirán en septiembre? ¿Cómo será?

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JUEVES, 11 de junio de 2020 (HealthDay News) -- Hace mucho que, para muchas personas, el bullicio de los estudiantes que se dirigen a sus casilleros y a las aulas por hacinados pasillos es uno de los recuerdos más vívidos de la vida en la escuela secundaria.

Pero gracias a la COVID-19, esas ruidosas y felices multitudes pertenecen a una época pasada.

Las escuelas que planifican reabrir en otoño sopesan un método de "aislamiento", en que los estudiantes de la escuela intermedia y la secundaria permanezcan aislados con sus compañeros en la misma aula todo el día, comentó Dan Domenech, director ejecutivo de la Asociación de Superintendentes Escolares (School Superintendents Association).

La multitud tradicional en los pasillos entre las distintas clases "en realidad favorece la infección, al contrario que aislarlos en la misma aula todo el día", comentó Domenech durante una entrevista en HealthDay Live!.

Es una de las muchas formas en que las escuelas podrían funcionar de forma distinta en la era de la COVID-19, si es que las tasas de infección en sus comunidades les permite abrir en el próximo año escolar.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan que las escuelas intermedias y secundarias piensen en adoptar el modelo de la escuela primaria, en que "los alumnos de secundaria permanezcan en la misma aula, y los maestros se desplacen", explicó Domenech.

Unos horarios escolares escalonados asegurarían que los pasillos permanezcan relativamente vacíos cuando los estudiantes entren y salgan del edificio. Incluso se está pensando en mantener las cafeterías cerradas y servir el almuerzo a los estudiantes en su aula "aislada", para que permanezcan en el aula casi todo el día escolar.

Una lista de comprobación de los CDC plantea que las escuelas se deben sentir seguras para la reapertura si los brotes de la COVID-19 están contenidos en su comunidad; si se ha entrenado a los maestros y a los estudiantes en la importancia de la higiene de las manos, las máscaras faciales y el distanciamiento social; y si se implementa una monitorización continua para detectar y responder a un brote en la escuela.

"La pregunta no se si sucederá un brote, sino cuándo sucederá, porque habrá brotes. Lo sabemos. Podemos preverlo y planificar", señaló el Dr. Dimitri Christakis, director del Centro de Salud, Conducta y Desarrollo Infantiles del Instituto de Investigación Pediátrica de Seattle.

La mayoría de los niños no son vulnerables a una COVID-19 grave

Los padres deben estar tranquilos respecto a la seguridad de sus hijos al volver a la escuela, aseguró Christakis, que también fue entrevistado en HealthDay Live!.

"Si un niño contrae la COVID, hay una probabilidad entre 1,000 de que sea hospitalizado, y hay una probabilidad entre 100,000 de que fallezca de la enfermedad", enfatizó Christakis. "Es muy poco probable. El riesgo de su hijo de que lo alcance un rayo a lo largo de su vida es de uno entre 15,000, para ofrecer cierta perspectiva".

Más bien, las medidas de precaución implementadas en las escuelas para prevenir los brotes están diseñadas para proteger a los adultos: los maestros, los padres y los familiares, explicó Christakis.

"Sabemos que los niños en sí tienen un riesgo muy bajo de enfermar de COVID. No sabemos la magnitud del riesgo de que transmitan la COVID a los maestros o a los familiares", apuntó Christakis. "Es lamentable que no lo sepamos, porque facilitaría mucho la toma de decisiones. No sabemos qué tan contagiosos son en realidad".

Los CDC recomiendan que las escuelas reabran contando con planes para limpiar y desinfectar de forma rutinaria las superficies y objetos que se toquen con frecuencia, escalonar los horarios de entrada y salida de los estudiantes, evitar mezclar a los estudiantes en las áreas comunes, y aumentar el espacio entre los pupitres.

Es probable que antiguas tradiciones, como las jornadas de orientación profesional, desaparezcan, ya que se está animando a las escuelas a que limiten todos los visitantes que no sean esenciales.

Quizá también pase tiempo antes de que los niños asistan a eventos que fomentan el espíritu académico, como las asambleas estudiantiles, los deportes escolares, los conciertos y los bailes estudiantiles. Los CDC están pidiendo a las escuelas que se replanteen cualquier evento que haga que los estudiantes tengan un contacto cercano entre sí.

Los padres también deben estar listos para que la escuela cierre en cualquier momento, en caso de un brote. Los CDC recomiendan que los estudiantes y la mayor parte del personal se envíen a casa durante al menos de dos a cinco días si se encuentra un caso confirmado en la escuela, de forma que las autoridades de salud puedan realizar el rastreo de contactos y el personal pueda desinfectar las áreas usadas por la persona infectada.

Todos esos cambios ocurrirán en medio de una gran agitación en las escuelas, relacionada tanto con la pandemia de la COVID-19 como con sus efectos en la economía, advirtió Domenech.

Las escuelas podrían enfrentar déficits de fondos y de maestros

"Los distritos escolares ya van a sufrir a nivel financiero debido a que la economía quizá no cuente con el dinero que necesitan para implementar las directrices como se deben implementar", anotó Domenech.

Además, es probable que algunas escuelas se enfrenten a una escasez de maestros, porque los maestros tienen miedo por su salud, añadió Domenech.

"Ya nos han hablado bastantes maestros mayores y que tienen problemas médicos que dicen que no piensan volver", dijo Domenech. "No quieren arriesgarse a estar en un ambiente que los enferme".

Los maestros de las escuelas primarias tendrán unas dificultades particulares, dado que es casi imposible hacer que los niños de primero, segundo y tercer cursos usen máscaras o cumplan con el distanciamiento social, observaron Domenech y Christakis.

"No se puede esperar que los niños de kindergarten mantengan la distancia social", dijo Christakis. "Los niños de esa edad aprenden así. Tienen que jugar con sus compañeros. No obtienen una experiencia significativa si no hay contacto directo con sus compañeros".

Esto hace que la estrategia del "aislamiento" sea una opción incluso más contundente, apuntaron los expertos.

"Si hay un brote en el aula A, es menos probable que se propague al aula B o la C o la D", afirmó Christakis.

También tendrá que haber un cambio profundo en la forma en que se administra la atención de la salud en las escuelas, añadieron los expertos.

"No se permite a los enfermeros escolares que hagan mucho en términos de la práctica médica", aclaró Domenech. "No pueden ni administrar una aspirina a menos que el estudiante lleve su propio medicamento, y esté en el consultorio y el enfermero pueda administrarlo".

Para evaluar a los estudiantes enfermos y detectar los brotes potenciales, las escuelas necesitarán especialistas en salud que estén en el edificio que puedan revisar las temperaturas y monitorizar los síntomas, dijo Domenech.

"Tiene que ir más allá de lo que se permite a los enfermeros hacer ahora", subrayó Domenech.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre las reaperturas de las escuelas tras los cierres por la COVID-19.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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