La coagulación vinculada con la COVID-19 podría hacerle daño a la placenta

pregnant woman
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MIÉRCOLES, 27 de mayo de 2020 (HealthDay News) -- Las mujeres que tuvieron COVID-19 durante el embarazo mostraron evidencias de lesión de la placenta, lo que sugiere una nueva complicación de la enfermedad, señalan unos investigadores.

La buena noticia del pequeño estudio de 16 mujeres es que "la mayoría de esos bebés nacieron a término tras unos embarazos por lo demás normales", comentó el autor sénior del estudio, el Dr. Jeffrey Goldstein, profesor asistente de patología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, en Chicago.

Pero las señales de una reducción en el flujo sanguíneo en las placentas de las mujeres infectadas con el nuevo coronavirus tiene a los médicos preocupados.

Ahora mismo, la lesión por la COVID-19 en la placenta "no parece inducir resultados negativos en los bebés nacidos vivos, según nuestros datos limitados, pero sí valida la idea de que las mujeres con COVID deben recibir una monitorización cercana", comentó Goldstein en un comunicado de prensa de la universidad.

La placenta provee al feto nutrientes y oxígeno de la madre, al mismo tiempo que elimina los desechos.

En la investigación, el equipo de Chicago examinó las placentas de las mujeres inmediatamente tras el parto. Los investigadores encontraron señales de un flujo sanguíneo anómalo entre las madres y los bebés.

Todas las mujeres tuvieron resultados positivos en pruebas de la COVID-19, pero sus síntomas variaron. Cinco nunca desarrollaron ningún síntoma de infección con el coronavirus, anotaron los investigadores. Cuatro tuvieron síntomas gripales tres o cuatro semanas antes de dar a luz a sus bebés, mientras que otras mostraron síntomas en el momento del parto.

Solo un bebé nació de forma prematura; 14 nacieron en el momento adecuado y con unos pesos normales. Una mujer sufrió una pérdida en el segundo trimestre.

La mayoría "fueron bebés sanos, a término completo y hermosamente normales, pero nuestros hallazgos indican que una gran parte del flujo sanguíneo se bloqueó y muchas de las placentas eran más pequeñas de lo normal", comentó la coautora del estudio, la Dra. Emily Miller, profesora asistente de obstetricia y ginecología en la Feinberg.

Explicó que la naturaleza ha equipado a la placenta para que provea nutrientes adecuados al feto, incluso cuando está considerablemente afectada.

"Incluso si solo funciona la mitad, los bebés están del todo bien", aseguró Miller en el comunicado de prensa. "Aun así, aunque la mayoría de los bebés estarán bien, hay un riesgo de que algunos embarazos se puedan ver afectados".

Según el equipo de investigación, se notaron dos anomalías en las placentas estudiadas: unos vasos sanguíneos anómalos implicados en la transmisión de sangre de la madre al feto (una afección llamada malperfusión vascular materna), y coágulos sanguíneos dentro de la placenta, llamados trombos intervellosos.

La presión arterial no fue un problema. Aunque algunas mujeres desarrollan aumentos en la presión arterial durante el embarazo (preeclampsia), este problema no pareció afectar a las mujeres de este estudio.

Pero "hay un consenso emergente de que hay problemas con la coagulación y lesiones en los vasos sanguíneos en los pacientes con COVID-19", indicó Goldstein. "Nuestros hallazgos respaldan que podría haber algo del coronavirus que forma coágulos, y está sucediendo en la placenta".

Los hallazgos, publicados el 22 de mayo en la revista American Journal of Clinical Pathology, sugieren que los médicos deben monitorizar de cerca a las mujeres embarazadas durante la pandemia del coronavirus, según los autores.

Una monitorización más estrecha podría incluir pruebas sin esfuerzo, que evalúan qué tan bien la placenta suministra oxígeno, o ultrasonidos de crecimiento, que miden si el bebé está creciendo a un ritmo sano, apuntó Miller.

"No quiero alarmar a nadie, pero estos hallazgos me preocupan", dijo Miller. "No quiero sacar conclusiones amplias a partir de un estudio de tamaño reducido, pero esta observación preliminar sobre la forma en que la COVID-19 podría provocar cambios en la placenta tiene algunas implicaciones bastante significativas para la salud del embarazo. Debemos discutir si deberíamos cambiar la forma en que vigilamos a las mujeres embarazadas ahora mismo".

En cuanto a la pérdida del embarazo anotada en el informe, "la paciente era asintomática [de la COVID-19], así que no sabemos si el virus provocó la pérdida o si no tuvo relación", dijo Goldstein.

Dos obstetras que leyeron el nuevo informe se mostraron de acuerdo en que los hallazgos son causa de preocupación.

"Este artículo contiene algunos hallazgos interesantes, pero preocupantes", aseguró el Dr. Mitchell Kramer, director de obstetricia y ginecología del Hospital de Huntington en Huntington, Nueva York. "Se notó un daño en las placentas que sugiere cambios provocados por la infección con el coronavirus, lo que incluye inflamación y formación de coágulos, básicamente un daño vascular".

Aun así, las futuras madres no deben alarmarse en exceso, enfatizó. "Se necesita mucho más estudio, y estos hallazgos podrían ser apenas la punta del iceberg, pero hasta ahora, los bebés de los embarazos infectados con la COVID-19 no parecen sufrir efectos adversos", añadió Kramer.

El Dr. Adi Davidov es presidente asociado del programa de ginecología del Hospital de la Universidad de Staten Island, en la ciudad de Nueva York. Se mostró de acuerdo en que "a medida que aprendemos más sobre la COVID-19, nos hemos dado cuenta de que hay un riesgo creciente de coagulación, y no es sorprendente que un examen de la placenta revele malperfusión vascular".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen consejos sobre la COVID-19 para las mujeres que están embarazadas o amamantando.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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