La COVID-19 podría provocar un azúcar alto en sangre, lo que aumenta el riesgo de muerte, según un estudio

sick patient in hospital bed
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LUNES, 13 de julio de 2020 (HealthDay News) -- Los cuerpos estresados por la COVID-19 grave podrían producir unos niveles de azúcar en la sangre anómalamente altos, incluso en personas sin una diabetes diagnosticada. Y esto parece vincularse con el doble de probabilidades de morir de la COVID-19, informan unos investigadores chinos.

Los niveles altos de azúcar (glucosa) en la sangre, medidos en el momento de la admisión al hospital, también se vincularon con una enfermedad y unas complicaciones más graves, según los investigadores dirigidos por el Dr. Yang Jin, del Hospital Unión y del Colegio Médico de Tongji, en Wuhan, China. Wuhan fue el epicentro de origen de la pandemia global de la COVID-19.

Como explicaron los investigadores, hace mucho que se sabe que la diabetes aumenta en gran medida las probabilidades de una COVID-19 grave e incluso letal en las personas infectadas con el nuevo coronavirus.

¿Pero qué sucede con el efecto de unos niveles elevados de azúcar en la sangre, incluso en las personas que no tienen un diagnóstico de diabetes?

Para averiguarlo, el grupo de Jin observó los expedientes médicos de más de 600 pacientes consecutivos tratados en dos hospitales de Wuhan durante casi un mes en enero y febrero. Los pacientes tenían una edad promedio de 59 años.

Los investigadores observaron especialmente las medidas de azúcar en la sangre de cada paciente, la gravedad de la neumonía vinculada con la COVID-19, y los resultados de los pacientes en términos de la gravedad de la enfermedad y la muerte. Ninguno de los pacientes había sido diagnosticado con diabetes.

Un total de 114 pacientes fallecieron en el hospital debido a su enfermedad, señaló el equipo de Jin. Los hombres tuvieron un 75 por ciento más de probabilidades de fallecer que las mujeres.

Se encontró que un nivel alto de glucosa en la sangre en ayunas era un importante factor de predicción de la muerte, reportaron los investigadores en la edición del 10 de julio de la revista Diabetologia.

Esto fue así "independientemente de si el paciente tenía o no neumonía [vinculada con la COVID-19] que fuera más grave o menos grave", según el equipo, lo que sugiere que el efecto del azúcar en la sangre alto en el riesgo de fallecer es independiente de la posible gravedad de la enfermedad respiratoria del paciente.

Del grupo total de pacientes, alrededor de un tercio (un 29 por ciento) cayeron en la categoría de glucosa en la sangre muy alta en ayunas, tan alta que, si se mantuviera constante en el tiempo, esos pacientes serían diagnosticados con diabetes tipo 2. Un 17 por ciento adicional tenía unos niveles que eran similares a los de las personas con "prediabetes".

Los pacientes en la categoría de azúcar muy alto en la sangre tuvieron 2.3 veces más probabilidades de fallecer de COVID-19 que los que tuvieron las mediciones más bajas de azúcar en la sangre, mostró el estudio, e incluso los que tenían mediciones sugerentes de prediabetes presentaron un riesgo de fallecer un 71 por ciento más alto.

Las probabilidades de complicaciones graves de la COVID-19 también fueron cuatro veces mayores en las personas en la categoría de azúcar en la sangre muy alto, y 2.6 veces mayores en las que tenían un nivel de azúcar en la sangre equivalente a la prediabetes, señaló el equipo chino en un comunicado de prensa de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (European Association for the Study of Diabetes).

La Dra. Minisha Sood, experta en diabetes, es endocrinóloga del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Al leer el nuevo estudio, anotó que incluso en las personas sin diabetes, los niveles de azúcar en la sangre se pueden disparar en respuesta a una enfermedad grave.

"El aumento en el azúcar en la sangre se debe a una enfermedad llamada hiperglucemia por estrés", explicó. "Bajo el estrés, el cuerpo produce hormonas y una reacción a la enfermedad que eleva la glucosa en la sangre".

Pero esos aumentos en general no suceden en individuos que antes estaban sanos, anotó Sood.

"La glucosa en la sangre más alta en los pacientes que al final fallecen por la COVID-19 en comparación con otros pacientes con una glucosa en la sangre normal a pesar de la infección con la COVID-19 podría ser una señal de que sus sistemas subyacentes no están tan sanos como los de quienes no presentan hiperglucemia por estrés", planteó.

Según los autores chinos, la hiperglucemia por estrés podría de hecho haber atacado a muchos pacientes de Wuhan, dado que un 29 por ciento de los pacientes que acabaron en el grupo con el azúcar en la sangre más alto "es una cifra mucho más alta que la prevalencia estimada de la diabetes en la población china, que es del 12 por ciento".

Basándose en la revisión, los autores del estudio aconsejaron que una monitorización cercana de los niveles de azúcar en la sangre se añada a la lista de pruebas que los médicos usan para monitorizar los riesgos de los pacientes que se enfrentan a la COVID-19.

Sood se mostró de acuerdo.

"La conclusión es que cada quién responderá a la enfermedad de una forma única", añadió, "y sería útil contar con formas de predecir quién podría tener un peor resultado por la infección con la COVID-19. Tener la glucosa en la sangre alta al ser admitido al hospital podría ser una de esas medidas de predicción".

Más información

Para más información sobre la COVID-19, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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