MARTES, 17 de marzo de 2020 (HealthDay News) -- Tiene un poco de fiebre, pero se siente suficientemente bien como para ir a hacer la compra y un poco de ejercicio al gimnasio.
Si lo hace, usted podría convertirse en parte de la propagación exponencial del coronavirus, concluye un estudio reciente.
Alrededor de un 86 por ciento de los casos de COVID-19 en China fueron más leves y no se detectaron durante el aumento de dos semanas de la epidemia en enero, antes de que el país impusiera las restricciones de viaje, concluyen los investigadores en la edición del 16 de marzo de la revista Science.
Esos casos no documentados de infección fueron "más o menos la mitad de infecciosos por persona que un caso documentado con unos síntomas más graves y que podría estar excretando más", señaló el investigador sénior, Jeffrey Shaman, profesor de ciencias de la salud ambiental de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
Pero "como hay muchos más de estos casos no documentados, lo que fomenta la propagación y el crecimiento del brote son las infecciones no documentadas", advirtió Shaman.
El cierre continuo y creciente de Estados Unidos es por tanto la medida adecuada para limitar la epidemia del COVID-19 todo lo posible, aseguraron los investigadores.
El lunes, el Presidente Donald Trump anunció durante una conferencia de prensa que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. aconsejan ahora a todos los estadounidenses que eviten las reuniones de más de 10 personas, que eviten comer y beber en restaurantes, bares y áreas de comida de los centros comerciales, y que eviten cualquier viaje opcional durante 15 días.
La Dra. Deborah Birx, coordinadora del Grupo de Trabajo del Coronavirus, dijo durante la conferencia de prensa que esta última medida se tomó porque el nuevo modelado muestra que una cantidad significativa de la propagación del coronavirus se ve fomentada por la "transmisión silenciosa".
El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU., se expresó con franqueza sobre lo que sucederá en las próximas semanas. "Todavía falta lo peor", comentó durante la conferencia de prensa. "La forma en que respondamos a este desafío determinará cuál será el resultado final".
En todo el país, muchas tiendas, escuelas, restaurantes, bares y gimnasios ya han cerrado en un esfuerzo por promover el distanciamiento social y evitar que las personas se contagien entre sí con el coronavirus.
Otra política muy publicitada que busca limitar la propagación del COVID-19, las restricciones de los viajes, no son igual de efectivas por un amplio margen, encontró un segundo estudio publicado en una edición reciente de la revista Science.
Las restricciones de los viajes implementadas fuera de China solo retrasaron la propagación de la epidemia durante tres a cinco días, mientras que las restricciones internacionales detuvieron la propagación del coronavirus durante unas pocas semanas, comentó el investigador sénior Alessandro Vespignani, director del Instituto de Ciencias de las Redes de la Universidad del Noroeste, en Chicago.
"Las restricciones de los viajes, por sí solas, no hacen mucho más que retrasar las propagación de la enfermedad", indicó la coautora, Elizabeth Halloran, profesora de bioestadística de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Washington, en Seattle. "Los retrasos son buenos porque hacen que las cosas vayan con una mayor lentitud, pero la idea es que la transmisibilidad es realmente clave".
Reducir la transmisibilidad incluye detectar y aislar a las personas infectadas, el distanciamiento social, el cierre de las escuelas, un aumento en la higiene, y una mejora general de la concienciación sobre el virus, planteó Halloran.
"Reducir los viajes y la transmisibilidad produce un efecto sinérgico, pero la transmisibilidad es más importante", concluyó.
Trump ha planteado la idea de restringir los viajes domésticos a California y Washington, pero los dos estudios muestran que esto sería poco más que una táctica dilatoria, señalaron los expertos.
"La epidemia ya ha germinado en Estados Unidos", indicó Vespignani. "Observamos una transmisión local en curso en muchos estados, y es probable que esto sea la punta del iceberg. Cancelar los viajes podría retrasar la progresión de la epidemia en algunos lugares y proveer algo de tiempo para la preparación".
En el primer estudio, Shaman y sus colaboradores crearon un modelo computarizado que monitorizó las observaciones de las infecciones reportadas y la propagación dentro de China, además del movimiento humano en el país según revelaron los datos de los teléfonos celulares.
El equipo de la investigación sospechaba que era probable que los casos leves del COVID-19 fueran responsables de la feroz propagación del virus en China, dada la naturaleza humana.
"Si alguien experimenta síntomas leves, y creo que la mayoría podemos sentirnos aludidos, seguiremos con nuestras vidas normales", comentó Shaman. "Mandaremos a los niños a la escuela. Iremos a trabajar. Si tenemos un dolor de cabeza o una fiebre leves, quizá tomemos un ibuprofeno, pero iremos a hacer la compra o lo que sea. Ese tipo de contacto continuado con las personas es lo que permite la transmisión silenciosa de muchos virus respiratorios".
Para asegurar que el modelo fuera preciso, los investigadores lo evaluaron desactivando la infectividad de los casos no documentados del COVID-19, dijo Shaman, dando por sentado en esencia que ninguna persona con síntomas leves podría infectar a otras.
"Cuando lo hacemos, observamos una reducción de casi un 80 por ciento en el número de casos documentados confirmados", indicó Shaman. "Estas personas son el principal propulsor. Son las que facilitan la propagación. Las infecciones no documentadas que tienden a ser más leves están distribuyendo el virus ampliamente".
En el otro estudio, Vespignani y sus colaboradores usaron un modelado computarizado para comparar los viajes entre los centros de transporte con la propagación del nuevo virus tanto dentro de China como a otros países.
El equipo de Vespignani encontró que las restricciones de viaje dentro de un país tienen una utilidad limitada, pero que las restricciones de los viajes internacionales sí tuvieron un efecto sustancial en la ralentización de la propagación del virus a otros países. Las importaciones de casos se redujeron en casi un 80 por ciento hasta mediados de febrero, cuando se produjo la avalancha y el virus comenzó a alcanzar niveles epidémicos en otros países.
Pero el modelo también concluyó que incluso con unas restricciones de los viajes de hasta un 90 por ciento hacia y desde China, el número de casos importados en otros países de cualquier forma aumentó significativamente en cuestión de semanas. Lo único que detuvo la propagación fue una reducción de un 50 por ciento o mayor de la transmisión de una persona a otra en todo el mundo.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre el COVID-19.
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