Las tasas de hepatitis en EE.UU. caen a nuevos mínimos históricos

Expertos señalan que la vacunación masiva está ayudando a reducir la incidencia de hepatitis A y B

JUEVES 15 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Según un nuevo informe federal, las tasas de infección por los virus de la hepatitis A, B y C han descendido a mínimos históricos, lo que reduce la amenaza de esta enfermedad hepática.

La infección con estas tres formas más comunes de hepatitis viral aguda se redujo de manera dramática entre 1995 y 2005, según informaron el jueves los U.S. Centers for Disease Control and Prevention. Además, las tasas de hepatitis A y B se encuentran ahora en los niveles más bajos desde que el gobierno federal empezó a recopilar datos hace más de 40 años, de acuerdo con el informe de los CDC, Surveillance for Acute Viral Hepatitis -- United States, 2005 (Vigilancia de la hepatitis viral aguda, Estados Unidos, 2005).

Las tasas para los tres tipos de hepatitis han estado descendiendo de manera dramática desde mediados de la década de los noventa, anotó la autora principal del informe Annemarie Wasley, epidemióloga de los CDC en la División de hepatitis viral.

"Desde 1995, se ha producido un declive de 88 por ciento en la hepatitis A y de 79 por ciento en la hepatitis B. La hepatitis C ha experimentado un descenso de 90 por ciento desde principios de los años 90", apuntó.

Las estadísticas aparecen en la edición de esta semana de la publicación de los CDC Morbidity and Mortality Weekly Report.

La hepatitis A puede afectar a cualquiera y puede contraerse a través del consumo de agua contaminada, alimentos o por medio del contacto directo. La hepatitis B puede contraerse por el contacto sexual y es una enfermedad grave que ataca al hígado, por lo que puede causar una infección de por vida, cirrosis hepática, cáncer de hígado, insuficiencia hepática y la muerte. La hepatitis C también puede conducir a una enfermedad hepática grave. Se transmite a través del contacto con la sangre de una persona infectada.

"Gran parte del descenso en los niveles de hepatitis A y B se debe a la estrategia de vacunación nacional llevada a cabo desde los años 90", dijo Wasley.

El mayor declive en la hepatitis A se observó entre los niños de 17 estados en los que se ha recomendado la vacunación desde el año 1999. Para la hepatitis B, el mayor descenso se produjo en niños y adolescentes de 15 años o menos, debido probablemente a la tasa elevada de vacunación en este grupo de edad, de acuerdo con el informe.

"Creemos que una buena parte del descenso en los casos de hepatitis C es el resultado de los cambios de comportamiento entre los usuarios de drogas intravenosas. Conforman uno de los grupos en riesgo más importantes para la hepatitis C", señaló Wasley. "Además, contamos con mejores pruebas sanguíneas para la hepatitis C".

Los programas educativos dirigidos a personas en riesgo de hepatitis C también han contribuido a la reducción del número de nuevos casos, al promover comportamientos para reducir la transmisión de persona a persona del virus, señaló Wasley.

Actualmente, no existe una vacuna para la hepatitis C.

Wasley espera que las tasas de hepatitis A y B desciendan aún más. "Es posible que se produzcan aumentos en los próximos años, pero la tendencia general, que deseamos y esperamos, es que siga bajando", dijo.

"Con relación a la hepatitis A, los CDC recomiendan la vacunación de todos los niños de 12 a 23 meses", aseguró Wasley. La vacuna se recomienda también para las personas en riesgo de infección, lo que incluye a los viajeros internacionales, hombres que tengan relaciones sexuales con otros hombres, los usuarios de drogas inyectadas y no inyectadas, y los niños que residan en comunidades con altas tasas de la enfermedad.

Para la hepatitis B, los CDC recomiendan tres dosis de vacuna a partir del nacimiento. Asimismo, las tasas de infección por hepatitis B también han descendido entre los adultos, pero siguen siendo más altas en personas de 25 a 44 años con factores de riesgo tales como actividad sexual de alto riesgo y uso de drogas inyectadas.

A medida que más niños sean vacunados, la esperanza es que la hepatitis B pueda ser eliminada con el tiempo, dijo Wasley.

"Es un poco más difícil predecir lo que pasará con la hepatitis C", señaló Wasley. "Sin una vacuna, sólo dependemos de la educación", apuntó. "Esperamos que las tasas continúen bajando. Estamos haciendo grandes esfuerzos para reducir la ocurrencia de todas estas enfermedades, pero aún nos quedan desafíos por superar".

Más de 4.5 millones de estadounidenses están actualmente infectados con hepatitis B crónica y/o hepatitis C así como en riesgo considerable de cirrosis hepática y cáncer.

Una experta destacó que aunque se han conseguido grandes progresos aún queda mucho por hacer, sobre todo en las personas infectadas con hepatitis C.

"Se estima que el 50 por ciento de los infectados con hepatitis C aún no han sido identificados", apuntó Thelma King Thiel, presidenta y directora ejecutiva de la Hepatitis Foundation International. "Estamos tratando de educar a las personas que han usado droga por vía intravenosa para que se hagan la prueba. Resulta difícil hacer que la gente tome conciencia de sus conductas arriesgadas".

Thiel cree que, dado que no existe una vacuna para la hepatitis C, es necesario concertar esfuerzos educativos para alcanzar a la población en riesgo.

"El progreso ha sido excelente en la hepatitis A y bueno en la hepatitis B, pero aún existe la necesidad de realizar mayores esfuerzos educativos para garantizar que todos los niños sean vacunados y llegar a la gente que aún no ha sido vacunada", declaró Thiel. "Es aún más difícil llegar a la gente para educarla sobre la hepatitis C", añadió.

Más información

Para más información sobre la hepatitis, visite los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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