Detectives médicos rastrean el virus que mató a receptores de trasplantes

Investigadores abogan por un sistema de detección temprana para prevenir futuras tragedias

MIÉRCOLES 24 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- El descubrimiento de que siete receptores de trasplantes de órganos murieron a causa de una infección con un virus que afecta a los roedores muestra la necesidad de un sistema de rastreo para la detección temprana de problemas asociados con los donantes y los pacientes de trasplantes, señalan los investigadores.

Las muertes ocurrieron de manera aislada, cuatro en Winsconsin en 2003 y tres en Rhode Island y Massachusetts en 2005. Un esfuerzo intensivo de investigación fue necesario para determinar que la causa era el virus coriomeningitis linfocitaria (LCMV, por sus siglas en inglés), que es portado por los hámsteres y otros roedores.

En el grupo de 2005, la infección fue rastreada de manera eventual a un hámster que la donante de órganos de 45 años había comprado semanas antes de su muerte por hemorragia cerebral. La fuente de infección con LCMV para el grupo de 2003 sigue siendo un misterio.

La búsqueda de la investigación médica empezó en el Hospital de Rhode Island, donde fueron tratadas dos de las personas infectadas, de acuerdo con un informe en la edición del 25 de mayo del New England Journal of Medicine.

"Sólo resultó aparente que la relación entre estos dos caballeros era el donante cuando ambos desarrollaron los mismos síntomas", explicó la Dra. Staci A. Fischer, médica de enfermedades infecciosas en el servicio de trasplante del hospital. "Dieron negativo para las cosas habituales que causan estos síntomas, como la diarrea, y empezamos a investigar en el Banco de Órganos de Nueva Inglaterra sobre cómo estaban reaccionando los otros receptores. Así empezó nuestro trabajo detectivesco".

Este trabajo fue muy amplio, el informe de la publicación viene firmado por los nombres de las más de 20 personas que colaboraron en siete centros diferentes, y de manera más notable, los U.S. Centers for Disease Control and Prevention, pero también médicos de Boston y Wisconsin.

"Una vez que conversé con los médicos en el otro hospital, fue evidente que sus receptores estaban también bastante enfermos", recontó Fischer. "Se enviaron muestras de sangre y de tejidos de manera urgente a los CDC para ver si ellos podían hacer un diagnóstico".

Los CDC fueron los principales responsables de identificar la causa de la infección, señaló. La infección con LCMV puede ocurrir en humanos, desencadenando una forma de meningitis que regularmente no causa mucho daño. "No hay consecuencias severas salvo en el embarazo", aseguró Fischer. "Por lo general, la gente se recupera sin ninguna dificultad".

Pero fue diferente para los receptores de trasplantes. Sus síntomas incluyeron dolor abdominal, problemas mentales, diarrea e insuficiencia renal. De las ocho personas que fueron infectadas, sólo una sobrevivió tras recibir un medicamento antiviral.

Los investigadores no recomiendan que se prohíba donar órganos a las personas que tengan hámsters u otros roedores de mascotas. "Hay alrededor de 92,000 personas en lista de espera [para órganos], y reducir la fuente de donantes no es algo que nadie quiera hacer porque el riesgo es bajo", agregó Fischer.

En cambio, podría ser útil preguntar a donantes potenciales sobre su exposición a los roedores, no para excluirles sino para ofrecer información a los médicos en caso de complicaciones después de un trasplante, señaló.

Alguna regulación podría ser necesaria para las colonias donde se reproducen estas mascotas, señaló el Dr. Clarence J. Peters, quien escribió un editorial acompañante en la publicación. Peters trabajó en los CDC durante 10 años y ahora es profesor de patología, microbiología e inmunología en la División Médica de la Universidad de Texas en Galveston.

Señaló que se opone filosóficamente a la regulación gubernamental, pero podría ser prudente realizar pruebas periódicas a colonias de animales para determinar si está presente la infección con LCMV, dado que puede propagarse rápidamente de un animal a otro.

Aunque el LCMV raras veces causa la muerte en individuos sanos, es una "enfermedad bastante desagradable", que, entre otros problemas, puede hacer que las personas sean sensibles a la luz de manera anormal, declaró Peters.

"A todo el que presente síntomas del sistema nervioso central debería preguntársele sobre la exposición a roedores en general", aconsejó. "Siempre hacemos bromas sobre los médicos expertos en enfermedades infecciones que preguntan, '¿ha estado su murciélago bien últimamente?'".

Más información

Los U.S. Centers for Disease Control and Prevention ofrecen consejos sobre cómo evitar la infección con LCMV de las mascotas.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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