El humo de segunda mano empeora los resultados de los exámenes de los niños

Estudio señala que entre mayor sea la exposición, peores serán las notas

MARTES 4 de enero (HealthDayNews/HispaniCare) -- Un nuevo estudio halla que incluso pequeñas cantidades de humo de segunda mano pueden sabotear el desempeño de los niños en cuanto a la lectura, las matemáticas, las pruebas de razonamiento y lógica.

Los resultados en pruebas estandarizadas para medir la disminución de la función cognitiva, en lo que se llama una relación de respuesta a la dosis, hallaron que entre más expuesto esté un niño al tabaco, peores serán sus resultados en la prueba, según el informe que aparece en la edición de enero de Environmental Health Perspectives.

"Estamos buscando enlaces entre el humo ambiental del tabaco y el desempeño en pruebas cognitivas", aseguró la autora del estudio, Kimberly Yolton, profesora asistente de pediatría del Centro de Salud Ambiental Infantil del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati.

Yolton y sus colegas recolectaron datos sobre 4,399 niños entre 6 y 16 años, quienes participaron en el National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES-III, o encuesta nacional de revisión de salud y nutrición). El estudio fue realizado entre 1988 y 1994 por el National Center for Health Statistics de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.

Para determinar la magnitud de la exposición al humo del tabaco, el equipo de Yolton midió los niveles de cotinina en el organismo de los niños. La cotinina es una sustancia producida cuando se metaboliza la nicotina. Se midieron la capacidad cognitiva y académica utilizando porciones de pruebas estandarizadas de inteligencia y logro.

"Hallamos que había una relación fuerte y clara entre la exposición al humo del tabaco y el descenso en los resultados en lectura, matemáticas y solución de problemas. Los niños más expuestos tenían mayor detrimento en sus puntajes", aseguró Yolton.

"Este efecto se mantuvo significativamente incluso a niveles muy bajos de exposición", agregó Yolton. En general, hubo una reducción de unos tres puntos en los puntajes de lectura y de dos puntos en los de matemáticas entre aquellos expuestos a los niveles más altos de humo de segunda mano.

"Mucha gente diría, 'pero ¿qué pueden hacer tres puntos en una prueba de lectura que tiene una media de 100?' Para el niño individual no parecería que hubiera un efecto mayor sobre el que deberíamos preocuparnos", sostuvo Yolton. "Pero si lo pensamos mejor, estimamos que unos 33 millones de niños están expuestos al humo del tabaco. Entonces, si pensamos en unos 33 millones de niños por todo el país que pierden tres puntos, el impacto social es aún mayor".

No está claro si estos efectos del humo de segunda mano sobre la capacidad cognitiva permanezcan durante toda la vida del niño. Yolton no está segura de si el humo de segunda mano causa cambios permanentes en la función mental alterando el desarrollo cerebral o si los cambios son temporales.

"Los niños resultan expuestos al tabaco en otros lugares que no son sus hogares", señaló Yolton. "Los padres necesitan prestar atención a dónde están sus niños y qué los rodea". Aunque apenas el 43 por ciento de los niños informó estar expuesto al humo en casa, el 84 por ciento tenía algún nivel de exposición, anotó.

"El estudio tiene, sin embargo una limitación seria: no se midió la inteligencia de los padres", señaló el Dr. David L. Katz, director del Centro de Investigación sobre la Prevención de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

Es bien sabido que, si otras cosas siguen iguales, los padres más inteligentes tienden a tener hijos más inteligentes y viceversa, sostuvo Katz.

"Podría ser que unos padres un poco menos inteligentes sean los que expongan a sus hijos al humo del tabaco, después de todo, de acuerdo con la evidencia disponible mucho antes de que se realizara este estudio, hacer esto no es precisamente muy inteligente. Si es así, el suero de cotinina en los niños podría ser simplemente un indicador substituto de menos inteligencia paterna".

Aunque esta posibilidad debería contemplarse y estudiarse con más detalle, la realidad del estudio es simple, concedió Katz.

"Como si ya no lo supiéramos, los niños no deberían estar expuestos al humo del tabaco, punto", sostuvo. "Exponer a los niños al humo del tabaco es, para todos los propósitos e intenciones, envenenarlos". Este estudio "simplemente ha aclarado otra de las muy probables consecuencias de este insidioso veneno".

Más información

El U.S. National Cancer Institute explica lo que es el humo del tabaco y los peligros que conlleva.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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