Hacer ejercicio quizá no proteja de la depresión en la adolescencia

Una investigación de Reino Unido no encuentra ningún vínculo aparente, pero unos expertos estadounidenses no están convencidos

MARTES, 14 de octubre de 2014 (HealthDay News) -- Aunque hace mucho que se piensa que hacer ejercicio ayuda a mejorar los síntomas de la depresión, quizá los adolescentes no obtengan estos beneficios, según un nuevo estudio británico.

El estudio halló que los niveles de actividad física en los primeros años de la adolescencia no parecieron afectar a las tasas de depresión en los últimos años de la adolescencia.

"Los participantes que eran más activos físicamente al principio de la adolescencia no mostraron luego unos síntomas de depresión significativamente menores (ni mayores) ni unas probabilidades significativamente diferentes de sufrir trastornos depresivos en los últimos años de la adolescencia", escribieron los autores del estudio.

"Aunque es importante promover la actividad física debido a su efecto bien documentado sobre la salud física, durante la adolescencia, la actividad física quizá no sirva como un factor protector fuerte contra la aparición de síntomas o trastornos depresivos", añadieron.

Pero algunos expertos estadounidenses cuestionaron la validez de los hallazgos basándose en el diseño del estudio, e indicaron, por ejemplo, que los investigadores no delinearon el tipo de actividad realizada, o si se hizo voluntariamente o como parte de una clase de educación física.

La investigación, publicada en línea el 13 de octubre en la revista JAMA Pediatrics, contó con más de 700 adolescentes a los que un equipo dirigido por Umar Toseeb, de la Universidad de Cambridge, dio seguimiento desde noviembre de 2005 hasta enero de 2010.

Al principio del estudio, los investigadores midieron la actividad física entre semana y los fines de semana de los adolescentes, cuya edad promedio era de 14 años. También hicieron que los adolescentes rellenaran un formulario sobre los cambios de su estado de ánimo.

Los adolescentes realizaron un promedio de 53 minutos de actividad física de moderada a intensa cada día entre semana, y unos 32 minutos al día en los fines de semana, según el estudio.

Tres años más tarde, cuando los participantes tenían 17 años, los investigadores les pidieron que rellenaran el formulario sobre el estado de ánimo de nuevo.

Los investigadores no encontraron ninguna conexión entre los niveles de actividad física a los 14 años de edad y la depresión a los 17 años de edad.

"Nuestros hallazgos no eliminan la posibilidad de que la actividad física afecte de forma positiva al estado de ánimo depresivo en la población general, pero sugerimos que este efecto podría ser pequeño o inexistente durante la adolescencia", escribieron los investigadores.

Tony Tang, profesor adjunto en el departamento de psicología de la Universidad de Northwestern, afirmó que los hallazgos eran "muy intrigantes, dado que el ejercicio físico a menudo es lo primero que recomendamos a nuestros clientes adultos".

Tang, que no participó en el estudio, cree que podría haber algo único en relación a la actividad física que realizan los adolescentes que la haga distinta del ejercicio que hacen los adultos. Quizá solamente el ejercicio voluntario evita la depresión, comentó.

"Nuestros clientes adultos solamente hacen ejercicio cuando quieren, pero son otras personas las que hacen que los adolescentes hagan ejercicio a todas horas. Las escuelas tienen clases de educación física, sus padres los apuntan a clases de natación, sus entrenadores les hacen levantarse temprano para los entrenamientos de fútbol americano, etc. Quizá 'el ejercicio sin consentimiento' no es tan beneficioso psicológicamente como el voluntario", comentó.

Pero Tang cuestionó el modo en que se realizó el estudio. "Los autores deberían haber medido la depresión de forma mucho más minuciosa", dijo.

Un adolescente podría haber estado deprimido durante la mayor parte de los 3 años del estudio, pero si el episodio depresivo terminó unas pocas semanas antes de la entrevista, entonces él o ella se etiquetaría como no deprimido o deprimida, explicó Tang.

"Esto está lejos de ser lo ideal. Deberían haber realizado un seguimiento de todos los episodios depresivos durante el último año del estudio", señaló.

Simon Rego, director de capacitación psicológica en el Centro Médico Montefiore y el Colegio de Medicina Albert Einstein de la ciudad de Nueva York, comentó que "resulta sorprendente que los investigadores no consiguieran respaldar su hipótesis de que los participantes con niveles más altos de actividad física en los primeros años de la adolescencia tendrían niveles más bajos de síntomas depresivos más adelante".

Rego también ve problemas en el modo en que se realizó el estudio, en concreto en que los investigadores no midieron los niveles de actividad física al final del estudio.

"Esta omisión parece particularmente significativa, debido a la edad de los adolescentes al principio y al final del estudio y debido a todos los cambios en el desarrollo y psicológicos que normalmente se producen en ese periodo, como, por ejemplo, el aumento de las exigencias escolares, la obtención de un permiso de conducción, no ser bueno en los deportes, la falta de figuras que sirvan de modelos activos, las familias que están muy ocupadas o que trabajan, las citas, etc.; cualquiera de estas cosas podría afectar de forma negativa a la actividad física", dijo.

Rego añadió que la cantidad de actividad física que se realiza es importante, pero también importa el modo en que impacta en su vida.

"Por ejemplo, más que la actividad física por sí misma, para algunos pacientes, la actividad física podría servir como función social, como la conexión con otras personas, conseguir el respaldo social y generar el sentimiento de pertenencia, que ayuda a mejorar el estado de ánimo y/o sirve como amortiguador de los cambios del ánimo", dijo.

Por desgracia, los investigadores no recogieron ningún dato sobre el contexto de la actividad física, de modo que no examinaron este aspecto, indicó Rego.

"En conjunto, estas limitaciones plantean serias dudas sobre los resultados y las conclusiones de este estudio", afirmó.

Más información

Para más información sobre la detección de la depresión en los adolescentes, visite la Biblioteca Nacional de Medicina.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2014, HealthDay

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