La pobreza en la niñez podría predecir la insuficiencia cardiaca en la adultez

Las desigualdades en los ingresos cuando se es joven parecen tener efectos de por vida, sugiere una investigación
child poverty
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LUNES, 26 de junio de 2017 (HealthDay News) -- Un nuevo estudio sugiere que crecer siendo pobre le pone en riesgo de insuficiencia cardiaca en la adultez.

La insuficiencia cardiaca, una afección progresiva, significa que el corazón no bombea sangre tan bien como debería. Esto provoca fatiga y la falta de aliento, y puede hacer que las actividades diarias sean difíciles de realizar.

Los investigadores finlandeses examinaron los ingresos de los hogares de cientos de niños en 1980. Los hallazgos mostraron que los niños procedentes de familias pobres eran más propensos que los niños más ricos a tener la cámara izquierda inferior del corazón más grande y con un peor funcionamiento (una señal de insuficiencia cardiaca) tres décadas más tarde.

Los resultados no son sorprendentes, según los expertos en la salud.

"Hay desigualdades socioeconómicas continuas en la salud a lo largo de las distintas generaciones y los distintos países", dijo Rebecca Hardy, del Instituto de Epidemiología y de la Salud del Colegio Universitario de Londres, en Inglaterra.

Hardy, que está en la unidad de Salud de por Vida y Envejecimiento, añadió que "se ha mostrado que [la pobreza] está relacionada consistentemente con la enfermedad cardiovascular y otras consecuencias para la salud en la adultez". Estas asociaciones no pueden explicarse completamente por los empleos y las ganancias que se tienen en la edad adulta, dijo.

Aunque no está claro de qué modo los ingresos bajos podrían llevar al daño cardiaco, dijo que la obesidad, los malos hábitos para la salud o el ambiente emocional dentro de la familia podrían jugar un papel.

El estudio no puede demostrar realmente que la pobreza llevara a una mala salud cardiaca, pero esta asociación se mantuvo incluso después de que los investigadores tomaran en consideración la edad, el sexo, los factores de riesgo estándar para la enfermedad cardiaca, y las ganancias de los participantes cuando eran adultos, señalaron los investigadores.

Se necesita más investigación para encontrar las mejores maneras de abordar estas desigualdades en los ingresos y en la salud, ya que podrían variar de un lugar a otro, indicó Hardy, autora de un editorial que acompaña al estudio.

Sin embargo, comentó que se ha de actuar con precaución. Aunque las evidencias sugieren que es importante abordar estas diferencias en un momento temprano de la vida, dijo, "tenemos que tener cuidado con que las intervenciones dirigidas a la mejora de la salud en toda la población no aumenten las desigualdades de forma inadvertida".

El Dr. Byron Lee es profesor de medicina en la Universidad de California, en San Francisco.

"Hay algo en el hecho de ser pobre durante la niñez que lleva a que el corazón sea más grueso y esté afectado 30 años después", dijo Lee.

El siguiente paso es averiguar la causa exacta, planteó. "¿Se trata de la dieta, del estrés o de otros factores ambientales en la niñez? Actualmente esto no se sabe", según Lee.

El estudio fue dirigido por el Dr. Tomi Laitinen, del centro de investigación de medicina cardiovascular aplicada y preventiva de la Universidad de Turku. Su equipo recopiló datos de casi 1,900 personas que participaron en el Estudio finlandés sobre el riesgo cardiovascular de los finlandeses jóvenes de 1980 a 2011.

Se reportaron los ingresos familiares anuales al inicio del estudio de los niños de 3 a 18 años. Más adelante se evaluó el tamaño ventricular izquierdo y la función ventricular izquierda de los participantes cuando tenían entre 34 y 49 años de edad.

Un ventrículo izquierdo agrandado se asocia con la insuficiencia cardiaca, y la disfunción ventricular izquierda puede ser un factor predictor de la insuficiencia cardiaca, indicaron los investigadores.

En Estados Unidos, aproximadamente 5.7 millones de adultos tienen insuficiencia cardiaca. Aproximadamente la mitad de ellos fallecen a los 5 años del diagnóstico, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Los autores reconocieron ciertas limitaciones del estudio. Por un lado, no se evaluó la función cardiaca de los participantes en la niñez. Además, los investigadores no pudieron saber en qué momento de la niñez la economía familiar empezaba a afectar a la función cardiaca.

Dado que todos los participantes eran blancos, no está claro si la pobreza podría afectar a los niños de otras procedencias, indicaron los autores del estudio.

El Dr. Jefry Biehler, catedrático de pediatría del Hospital Pediátrico Nicklaus de Miami, dijo que "este es otro estudio que muestra que el estatus socioeconómico juega un papel más grande en los resultados de las vidas y de la salud que lo que se sospechaba en el pasado".

Biehler explicó que los investigadores "deben encontrar las causas antes de que podamos incluso acercarnos a una decisión sobre cómo podemos evitar estas enfermedades y mejorar el resultado de los niños de todos los grupos económicos".

El informe aparece en la edición en línea del 26 de junio de la revista JAMA Pediatrics.

Más información

Para más información sobre la pobreza y la salud de los niños, visite la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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