Los adolescentes somnolientos podrían tener problemas con sus calificaciones

Los horarios tempranos para iniciar la escuela dejan a los adolescentes aturdidos y con un bajo rendimiento en las pruebas, según un estudio

LUNES 6 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Si su hijo en la secundaria no obtiene las calificaciones que a usted le gustaría, tal vez debería atribuirlo a la falta de sueño, y no a la falta de esfuerzo.

Un nuevo estudio encontró que los adolescentes pierden casi dos horas de sueño cada noche durante la semana escolar. Esa pérdida de sueño podría deberse a los crecientemente ocupados horarios de los adolescentes.

O podría ser porque sus ritmos circadianos (relojes biológicos) podrían estar programados para un horario más tarde que los de los niños más jóvenes o los adultos. Eso hace que para los adolescentes sea más difícil dormirse temprano.

Si esos relojes en conflicto se acoplan con los horarios de inicio temprano de muchas secundarias, se obtienen adolescentes aturdidos a quienes no les va bien en las pruebas, particularmente en la mañana. Pero los investigadores no están seguros de qué tiene la responsabilidad, la pérdida de sueño durante la semana o la interrupción de los ritmos circadianos de los adolescentes.

"Encontramos que duermen mucho menos durante los días de escuela. Los adolescentes pierden alrededor de 10 horas de sueño por semana y los fines de semana duermen más", afirmó la coautora del estudio Margarita Dubocovich, profesora de farmacología molecular, química biológica, psiquiatría y ciencias de la conducta de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

Dubocovich dijo que unos horarios de inicio escolar más tarde podrían ayudar a mejorar el rendimiento académico.

Los hallazgos aparecen en la edición de junio de Pediatrics.

Los investigadores, incluidos Dubocovich y un colega de Feinberg, además de una profesora de biología y sus estudiantes de la Secundaria Evanston Township de Illinois, hicieron que 60 estudiantes de último año de secundaria mantuvieran diarios de sus periodos de dormir y despertar durante el verano y en varios momentos diferentes a través del año escolar.

Un pequeño grupo de 19 estudiantes también fue expuesto a luz brillante (una fuerza que sincroniza los relojes biológicos) durante una hora y media cada mañana de escuela para tratar de reajustar sus relojes.

Los investigadores también evaluaron a los niños usando una prueba de computadora para medir sus tiempos de reacción y una prueba de papel y lápiz para evaluar el ánimo y el rendimiento cognitivo. Las pruebas fueron administradas en cuatro días diferentes en tres horarios durante el día, 6:30 a 8:00 a.m., 11:30 a.m. a 1:00 p.m. y 3:00 a 4:30 p.m.

Durante agosto, en vacaciones escolares, los adolescentes tuvieron un promedio de 8.7 horas de sueño por noche. Cuando la escuela comenzó, esa cifra disminuyó a un promedio de siete horas por noche entre semana. Durante los fines de semana del verano, los patrones de sueño de los adolescentes fueron similares a los días entre semana de verano. Pero una vez la escuela comenzó, eso cambió y los adolescentes durmieron 30 minutos más en los fines de semana del año escolar que en los fines de semana de verano, entre 9 y 9.5 horas, de acuerdo con Dubocovich.

A los estudiantes les fue mejor en las pruebas administradas en la tarde que en las administradas temprano en la mañana. En la prueba de reacción, los estudiantes completaron la prueba cerca de 20 segundos más rápido en la tarde que en la mañana, apuntaron los investigadores.

La exposición a la luz no pareció lograr una diferencia en el rendimiento o en los niveles de energía de los estudiantes, anotó Dubocovich.

El Dr. Irwin Benuck, médico asistente del Children's Memorial Hospital de Chicago, dijo que la investigación es un estudio interesante que cuantifica "muchas cosas que ya sabíamos".

Dijo que le hubiera gustado ver más información incorporada al estudio, como cuánta cafeína consumían los chicos, si tomaban siestas, o qué comían en la mañana. Todos estos son factores que podrían afectar los patrones de sueño y el rendimiento escolar, explicó.

Benuck también dijo que el estudio "da luz a un problema" que preocupa a muchos padres, los horarios de inicio temprano de muchas secundarias, algunas incluso desde las 7:15 a.m. Tanto Benuck como Dubocovich afirmaron que las escuelas deberían reevaluar sus horarios de inicio, particularmente para las pruebas estandarizadas de logro, las cuales muchas veces se administran a primera hora de la mañana.

Mientras tanto, ambos sugirieron animar a los adolescentes a dormir más durante la semana.

"Los chicos tienen un horario de sueño diferente al del resto del mundo y probablemente lo siguen teniendo durante la universidad", dijo Benuck. "Los padres deberían saber que los niños a veces lo compensarán durante los fines de semana".

"Permita que sus adolescentes duerman más los fines de semana. No están durmiendo adicionalmente, están durmiendo la cantidad de tiempo normal que deberían", señaló Dubocovich, quien añadió que la mayoría de los adolescentes necesitan alrededor de nueve horas de sueño por noche.

Más información

La National Sleep Foundation ofrece consejos sobre cómo los adolescentes pueden dormir mejor.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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