Los amigos imaginarios pueden ser grandes amigos de los niños

Tales personajes son importantes para el desarrollo, según un estudio

LUNES 13 de diciembre (HealthDayNews/HispaniCare) -- Los padres pueden dejar de preocuparse cuando su niño coloca un lugar adicional en la mesa para un amigo imaginario o comparte una conversación aparentemente entre dos personas con un oso de peluche.

Una reciente investigación afirma que los amigos de mentiritas son una señal de una imaginación fértil y un punto importante en el desarrollo cognitivo y emocional del niño.

Básicamente, el hallazgo destruye el punto de vista de que los amigos imaginarios son anormales, propuesto por psicoterapeutas como Sigmund Freud y Jean Piaget.

El sesenta y seis por ciento de los niños estudiados reportaron tener amigos imaginarios en algún momento para cuando cumplieron 7 años de edad, según los investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad de Oregón.

Luego de encuestar a 152 niños de preescolar, entre los 3 y los 4 años de edad, acerca de sus amigos imaginarios, y darle seguimiento a 100 de éstos tres años más tarde, los investigadores encontraron que tales compañeros son un fenómeno normal y común. Y si bien anteriormente se pensaba que los amigos imaginarios eran una prerrogativa exclusiva de los niños más jóvenes, el estudio reveló que son por lo menos igual de comunes entre los niños en edad escolar (el 31 por ciento) que entre los de preescolar (28 por ciento).

"En el pasado, las personas afirmaban que los años preescolares eran el momento pico y que los amigos imaginarios se reducían después. Sin embargo, nuestro estudio muestra que tantos o más niños entre los 6 y los 7 años de edad interactúan con compañeros amigos de la misma manera que los niños de 3 a 4. Los padres tienen menos probabilidades de notar que los niños más grandes tienen amigos imaginarios", explicó la coautora del estudio Marjorie Taylor, profesora de psicología en la Universidad de Oregón.

Entonces, ¿quiénes y qué son estos compañeritos mágicos?

Casi la mitad del tiempo, los preescolares jugaron con amiguitos imaginarios inspirados en juguetes, mientras que más de dos tercios de los niños en edad escolar (el 67 por ciento) hablaron sobre sus amigos invisibles. Además, el 57 por ciento de los compañeros imaginarios de los jovencitos en edad escolar eran humanos, mientras que el 41 por ciento eran animales. Y eran de todas las formas, tamaños e incluso especies. Los amigos imaginarios, según el estudio, podían ser chicos y chicas imaginarios, una ardilla, una pantera, un perro, un elefante de 7 pulgadas de estatura o un muñeco GI Joe de 100 años de edad.

Los amigos imaginaros cumplen una importante función en el desarrollo del niño, apuntó Taylor. "Lo que hemos mostrado en trabajos anteriores es que tener un amigo imaginario está asociado con una comprensión social avanzada, con poder comprender la perspectiva de otra persona". Los investigadores dijeron que es como un ensayo general para la vida real, porque se interactúa con todo tipo de personajes y se maneja la resolución de conflictos.

Tales amigos también ayudan a los niños a controlar el ambiente de los adultos, el cual a veces pone las cosas demasiado fuera de su alcance o comprensión.

"Participar en juegos imaginarios es una manera en la que los niños absorben el grande y complicado mundo exterior y lo convierten en algo que pueden manejar", explicó Jerome Singer, profesor emérito de psicología y estudios infantiles en la Universidad de Yale. "Pueden usar un juguete o transformar algún otro objeto, como una caja de cartón, en lo que deseen. Es una experiencia importante para ellos que les da una sensación de poder y una fuente de diversión".

Taylor añadió que "si tienen alguna diferencia, es que los niños con amigos imaginarios son mucho menos tímidos que otros niños y más sociables. Sí utilizan los amigos imaginarios para lidiar con varios asuntos o problemas, pero esta es una respuesta adaptativa positiva".

Los niños a veces usan amigos imaginarios para proyectar sus propios sentimientos y pensamientos. Entonces, no es una coincidencia cuando un niño dice que la Osa Susana odia la espinaca o que ella quiere oír otro cuento antes de dormirse, señaló Taylor.

Y si bien no es una garantía de que el niño terminará siendo un genio, la investigación sí apoya la idea de que los niños que juegan de forma más imaginativa tienen más probabilidades de ser más creativos, apuntó Singer.

Aún así, los padres muchas veces están preocupados por los amigos imaginarios. Singer dijo que no deben preocuparse, ya que las investigaciones muestran consistentemente que los niños saben que estos compañeros no son reales. Además, los adultos hacen cosas similares, tales como hablarse a sí mismos o a Dios, de manera que no deberían pensar que es tan extraño que los niños también se embarquen en un diálogo interno, dijo.

Los padres que todavía se sienten incómodos cuando su niño habla con los objetos inanimados deben consolarse al saber que los niños abandonan tales amigos imaginarios a medida que crecen, de igual manera que pierden el interés en los juguetes u otras actividades, apuntaron los investigadores.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición actual de Developmental Psychology.

Más información

Para más información sobre los niños y sus amigos imaginarios, visite el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Nueva York.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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