El uso excesivo de los teléfonos celulares mella el sueño de los adolescentes

Un estudio encontró que el uso excesivo hacía que los adolescentes estuvieran más somnolientos, inquietos y estresados
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LUNES 9 de junio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Los adolescentes que se vuelven adictos a sus teléfonos celulares podrían estar poniendo su salud en riesgo al afectar su capacidad para dormir bien, sugiere un estudio sueco reciente.

El hallazgo fue presentado el lunes en la reunión anual de las Associated Professional Sleep Societies en Baltimore.

"El mensaje es que los adolescentes que usan sus teléfonos celulares de manera excesiva están más estresados, mucho más inquietos, más fatigados, y tienen una mayor tendencia a desarrollar privación de sueño como resultado de sus hábitos telefónicos", afirmó el autor del estudio, el Dr. Gaby Bader, profesor asociado del departamento de neurociencia clínica de la Academia de Sahlgren en Gotemburgo.

Bader afirmó estar "bastante sorprendido" por la potencia de la correlación entre el uso de teléfonos celulares de los adolescentes y los problemas del sueño. Y señaló que el estudio actual es tan sólo una parte de un esfuerzo continuo más amplio para evaluar el impacto de numerosas formas de tecnología sobre el sueño de los adolescentes, lo que incluye computadoras y dispositivos portátiles de correo electrónico.

Con respecto a los teléfonos celulares, Bader y su equipo se concentraron en las experiencias de 21 niños y niñas suecos sanos entre los 14 y 20 años de edad. Los adolescentes tenían lo que los autores describieron como un "horario de trabajo y estudio regular" y no habían sido anteriormente diagnosticados con ninguna irregularidad del sueño en particular.

Los participantes fueron divididos en dos grupos a partir de sus propios informes: los que enviaban o recibían cinco llamadas y/o mensajes cortos de texto (sin incluir los correos electrónicos) por día, y los que usaban sus teléfonos celulares quince o más veces a diario.

Bader señaló que aunque el número promedio de llamadas/mensajes por día estaban entre los 35 y 40, algunos de los usuarios que excedían las quince llamadas usaban sus teléfonos con una frecuencia mucho más excesiva, en algunos casos acercándose a más de 200 llamadas y/o mensajes al día. Anotó que entre todos los participantes sólo uno reportó desactivar su teléfono celular durante la noche.

A todos los participantes se les pidió completar cuestionarios de estilo de vida que describían su calidad de sueño así como sus autopercepciones sobre la depresión, la ira y la autoestima. Además, cada uno llevó un diario de sueño durante una semana.

Los autores también llevaron a cabo inspecciones nocturnas de sueño en los domicilios, además de evaluaciones de actividad cardiaca de dos días.

Los investigadores observaron que el grupo que excedía las 15 llamadas tenía un horario de sueño más irregular que el grupo de poco uso, tenían más dificultades para quedarse dormidos, más dificultades para despertarse, y experimentaban más interrupciones del sueño.

Los usuarios empedernidos de teléfonos celulares consumían más bebidas que contenían estimulantes que el grupo de uso mínimo. Esto tal vez contribuyera al hallazgo de que los llamadores frecuentes también mostraban más inquietud, estrés y fatiga que los usuarios mínimos.

Bader dijo que entre la gente joven una innovación tecnológica relativamente reciente como el teléfono celular se ha vuelto rápidamente casi ubicua, provocando una considerable presión para mantenerse disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Y sugirió que esta presión puede volverse una adicción, con ramificaciones negativas graves para la salud de los adolescentes.

"Vemos a cada vez más gente, sobre todo la generación joven, que creció con este tipo de artículos y dispositivos en sus manos", apuntó Bader. "Y se vuelven dependientes de tales tecnologías. Tenemos que enseñar a los jóvenes a tener estructura. Saber cuándo tener el celular encendido, y cuándo apagarlo. A evitar convertirse en esclavo de la tecnología, en lugar del amo".

La Dra. Mary Carskadon, directora de investigación del sueño y cronobiología del Hospital E.P. Bradley de Providence, Rhode Island, expresó poca sorpresa ante el hallazgo.

"El contacto interpersonal es una de las cosas que más nos mantiene despiertos", observó. "Entonces, una persona joven que recibe mensajes o llamadas por el teléfono celular mientras su cerebro le pide que le deje dormir experimentará más alteraciones del sueño. Y estarán cansados e inquietos, y como resultado probablemente usen más estimulantes. Y el juicio no es el mejor en la adolescencia. Por eso creo que la atención de los padres sobre este asunto podría ser útil".

Más información

Para más información sobre los adolescentes y el sueño, visite Kidshealth.org.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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