Lunes, 18 de noviembre (HealthDayNews) -- Si eres un padre fumador, he aquí otra buena razón para que dejes de fumar: El humo de segunda mano puede afectar los vasos sanguíneos de tu hijo.
Los niños sujetos al humo del cigarrillo de un padre tuvieron niveles mayores de 50 por ciento de un indicador biológico de estrés oxidativo en su sangre, indicó un estudio austriaco presentado hoy en la asamblea de sesiones científicas de la Asociación Americana del Corazón en Chicago.
Un cuerpo creciente de evidencia indica que el humo de segunda mano descompone las defensas de antioxidantes, lo que conduce la función endotelial dependiente de las paredes arteriales. La disfunción endotelial es una característica temprana de aterosclerosis, que puede conducir a cardiopatía y a derrames.
Investigadores austriacos midieron niveles de un compuesto biológico llamado 8-epi-PGF2alfa en la sangre y la orina de 158 niños, de 3 a 15 años de edad. Este compuesto se forma cuando los radicales libres atacan el ácido araquidónico, un químico responsable de la dilatación de los vasos sanguínea, la prevención de coágulos sanguíneo y la reacción inflamatoria.
Niños expuestos al humo de segunda mano de menos de 20 cigarrillos al día de un padre tuvieron de 35 a 50 por ciento más del compuesto en su sangre de 20 a 30 por ciento más del compuesto en su orina que los niños no expuestos al humo de segunda mano.
A mayor exposición de segunda mano, mayores eran los niveles del compuesto en los niños. Si ambos padres fumaban más de 40 cigarrillos al día, los niveles del compuesto en niños eran más de 130 por ciento mayor en la sangre y 65 por ciento mayor en la orina que en niños no expuestos al humo de segunda mano.
El estudio también encontró que las madres fumadoras tuvieron un impacto mucho mayor en sus hijos que los padres fumadores. Los investigadores indicaron que puede ser debido a que las madres tienen un contacto más cercano con sus hijos en el hogar.
Los autores del estudio dicen que los hallazgos son importantes al considerar que casi la mitad de todos los niños en los Estados Unidos y Europa Occidental están expuestos al humo de segunda mano en alguna medida.
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