Medicamentos de VIH en el embarazo no perjudican al bebé

No hay riesgo añadido de parto prematuro, tamaño pequeño o bebé muerto

Miércoles, 12 de junio (HealthDayNews) -- Las mujeres embarazadas quienes toman medicamentos para controlar el VIH al menos pueden estar tranquilas en un asunto: la terapia no es propensa a causar problemas a sus bebés nonatos.

Un nuevo estudio realizado a más de 3,200 mujeres con el virus que causa el sida ha encontrado que incluso la más potente combinación de medicamentos antivirales no parece perjudicar el desarrollo del feto. Los bebés nacidos de mujeres que toman dichos regímenes no están en mayor riesgo de parto prematuro, nacimiento de bebé muerto o pobre puntuación en un medidor inicial de vitalidad del recién nacido de lo que están los bebés de madres infectadas que no toman medicamentos.

El único punto problemático, indicaron los investigadores, es un riesgo incrementado de peso al nacer muy bajo entre bebés nacidos de madres con las combinaciones de medicamentos que incluyen los inhibidores de proteasa. Pero por qué la adición de esta terapia potencial podría conducir al peso ligero de los infantes no está claro, y se necesita estudios adicionales para ver si la asociación es real, informaron los investigadores.

La doctora Heather Watts, una experta en sida infantil en el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, que ayudó a financiar el estudio, manifestó que los resultados son buenas noticias para las mujeres con VIH.

"La terapia combinada parece ser la mejor para reducir la transmisión a infantes y también para la salud maternal a largo plazo", comentó Watts.

Un reportaje sobre el hallazgo aparece en la edición de mañana de "New England Journal of Medicine".

Los funcionarios de salud en el mundo estiman que el pasado año, 800,000 niños menores de 15 años de edad fueron recientemente infectados con VIH, otros 2.7 millones ya tenían el virus, y 580,000 murieron de sida. La mayoría de los niños quienes contrajeron VIH lo adquirieron de sus madres bien fuera en la matriz o al nacer. El virus también puede transmitirse de la madre al infante mediante la lactancia aunque esta forma de enfermedad es rara en los Estados Unidos ya que las mujeres con VIH se desalienta a dicha práctica.

Medicamentos como AZT pueden prevenir la transmisión del VIH de la madre al bebé. Pero dos estudios a finales de 1990 parecieron mostrar un fuerte vínculo entre estas terapias y particularmente regímenes de combinación y el riesgo de parto prematuro.

En el nuevo estudio, un equipo de investigadores del gobierno y de la academia buscaban verificar esa conexión al analizar siete estudios previos que evaluaban el impacto de los tratamientos de VIH en los neonatos.

Los investigadores incluyeron 2,123 mujeres embarazadas VIH positivo quienes estaban tomando al menos un medicamento para controlar su infección y otras 1,143 quienes no tomaban nada. El estudio no incluyó mujeres sin VIH, y alguna evidencia sugiere que las portadoras del virus tienen un riesgo mayor de complicaciones en el embarazo. Esto parece ser el resultado, al menos en este país, de su mayor uso de drogas, alcohol y tabaco que otras mujeres, y no del VIH mismo, indicó Watts.

Luego de dar cuenta de factores como el uso de drogas ilegales o alcohol, fumar y la fuerza el sistema inmunológico, los investigadores no encontraron evidencia de que tratamientos de un solo medicamento ni tratamientos de varios medicamentos fueran más dañinos para los neonatos que alguno en absoluto.

Los bebés nacidos de estas mujeres tenían esencialmente las mismas probabilidades de ser prematuros, tener el peso bajo, nacer muertos o de tener puntuaciones Apgar bajas, una medida de salud del recién nacido que mide la actividad, el pulso, las sonrisa (una señal de la fuerza del reflejo), la apariencia (del color de la piel) y la respiración.

Los investigadores encontraron que el 5 por ciento de las mujeres cuyo tratamiento incluyó inhibidores de proteasa tenían bebés con peso muy bajo menos de aproximadamente 3.3 libras (1.50 kg) en comparación con sólo 2 por ciento de aquellas que no recibían los medicamentos en un régimen de combinación.

La diferencia pueden reflejar la posibilidad de que las mujeres quienes reciben inhibidores de proteasa estaban más enfermas y tenían la enfermedad menos avanzada que aquellas con otras terapias de VIH, señalaron los investigadores.

"Cualquier incremento en el riesgo de un peso bajo al nacer es probable que sea sopesado por los beneficios sustanciales del tratamiento con inhibidores de proteasa para tanto la madre como el infante", escribieron.

La doctora Katherine Luzuriaga, una especialista en sida pediátrico de la Escuela Médica de la Universidad de Massachussets en Worcester, llamó los hallazgos "notables" y, expresó que debe reconfortar a los doctores y a las madres con VIH.

Pero Luzuriaga dijo que queda por ver si los medicamentos antivirales tienen efectos a largo plazo en los niños expuestos a estos en la matriz.

"La única forma de saber si conoceremos acerca de la seguridad a largo plazo de dichos regímenes de medicamentos particulares es continuar estudiando estos niños hasta estar seguros de que no se nos queda nada", argumentó.

Qué hacer

Para más sobre el sida y los niños, visita la Fundación de SIDA Pediátrico Elizabeth Glaser. También pueden ir a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades o a UNAIDS.

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