Cuando los padres van a prisión, los niños pagan un precio

woman behind a prison bars
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LUNES, 9 de julio de 2018 (HealthDay News) -- Los niños cuyos padres pasan un tiempo en prisión son más propensos a llevar estilos de vida riesgosos cuando son adultos jóvenes, según un estudio reciente.

Los hallazgos son importantes porque más de 5 millones de niños estadounidenses han tenido a uno de sus padres en prisión, según los investigadores.

"Estados Unidos tiene la tasas de encarcelamiento más altas del mundo. Con la cantidad cada vez mayor de padres, especialmente madres, que son encarcelados, nuestro estudio llama la atención con respecto a las víctimas invisibles, sus hijos", dijo la autora principal del estudio, la Dra. Nia Heard-Garris, pediatra en el Hospital Pediátrico Ann & Robert H. Lurie de Chicago.

En el estudio, los investigadores analizaron los datos de más de 13,000 adultos jóvenes, de 24 a 32 años de edad, en Estados Unidos y encontraron que uno de los padres del 10 por ciento de ellos estuvo encarcelado durante su niñez. En promedio, estas personas tenían 10 años la primera vez que uno de sus padres fue encarcelado.

Los adultos jóvenes que tuvieron a uno de sus padres encarcelado durante la niñez eran más propensos a evitar la atención médica necesaria, a fumar cigarrillos, a tener relaciones sexuales riesgosas, y a abusar del alcohol y de las sustancias recetadas e ilegales, reportaron los investigadores.

El encarcelamiento de la mamá durante la niñez duplicó las probabilidades de que los adultos jóvenes usaran el departamento de emergencias en lugar de un centro de atención primaria para la atención médica, y también duplicó las probabilidades de tener sexo a cambio de dinero, mostraron los hallazgos.

Y los que tuvieron un papá encarcelado durante la niñez tenían 2.5 veces más probabilidades de usar sustancias intravenosas.

Los investigadores también encontraron que los adultos jóvenes negros tenían muchas más probabilidades de que uno de sus padres hubiera estado encarcelado durante la niñez. Menos de un 15 por ciento de los adultos jóvenes del estudio eran negros, pero conformaron más o menos un 34 por ciento de aquellos cuya mamá había sido encarcelada y un 23 por ciento de aquellos cuyo papá había sido encarcelado.

Las investigaciones anteriores muestran que las personas con antecedentes de encarcelamiento familiar tienen unas tasas más altas de asma, VIH/SIDA, retrasos del aprendizaje, depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, indicaron los autores del estudio.

"Es posible que dado que estos adultos jóvenes son más propensos a evitar la atención médica y a realizar conductas no saludables, tengan un riesgo más alto de desarrollar estas afecciones físicas y de la salud mental", explicó Heard-Garris en un comunicado de prensa del hospital.

"Al localizar las conductas dañinas para la salud específicas que demuestran estos adultos jóvenes, este estudio podría ser un paso hacia adelante en la búsqueda de modos más precisos de mitigar los riesgos de salud a los que se enfrentan estos adultos jóvenes", planteó. "Esperamos que los futuros estudios nos enseñen a prevenir, evaluar y abordar conductas de salud negativas antes de la adultez".

El estudio apareció en la edición del 9 de julio de la revista Pediatrics.

Más información

Youth.gov tiene más información sobre los hijos de padres encarcelados.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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