Cuando el cerebro está dañado, el arrepentimiento es menor

Un estudio encuentra que las personas que han tenido apoplejías apuestan más y les importa menos

JUEVES 20 de mayo (HealthDayNews/HispaniCare) -- El arrepentimiento es una emoción compleja que ayuda a guiar a los seres humanos a regular su conducta individual y social.

Según un nuevo estudio, también es susceptible al daño cerebral.

Una investigación que aparece en la edición del 21 de mayo de Science encontró que cuando una región del cerebro conocida como corteza orbitofrontal se dañaba, las personas ya no experimentaban arrepentimiento y no podían anticipar las consecuencias de sus acciones cuando participaban en un ejercicio de apuesta.

"Si puedo repasar en mi cabeza cómo me sentiré si elijo la opción incorrecta, tendré más cuidado si tengo dos alternativas", afirmó la coautora del estudio, Angela Sirigu, directora de investigación del Centro Nacional Francés para la Investigación Científica de Bron. "A los pacientes con lesiones en la región orbitofrontal no les importa qué sucede con las alternativas. Parece que esta región del cerebro es muy importante para la experiencia del arrepentimiento", afirmó.

Para este estudio, Sirigu y sus colegas reclutaron a cinco personas con daños en su corteza orbitofrontal debidos a apoplejías y a 18 personas sin daño cerebral. Los voluntarios del estudio eran hombres y mujeres y la edad promedio era de 55 años.

Todos los voluntarios participaron en ejercicios de apuesta. En cada ejercicio, se les pidió que eligieran una de dos ruedas. Cada una de las ruedas contenía una flecha que giraba y eventualmente se detenía en una de cuatro condiciones: +50, -50, +200 ó -200 (en el momento del estudio, la unidad monetaria usada eran francos franceses). En un ejercicio, la flecha giraba sólo en la rueda elegida. En el otro, ambas flechas giraban, permitiendo a los voluntarios del estudio ver cuál hubiera sido el resultado si hubieran elegido la otra rueda.

Después de cada ejercicio, se les pidió a los voluntarios que indicaran qué tan felices o tristes se sentían en una escala de -50 a +50, en la que +50 era extremadamente feliz.

En un resultado nada sorprendente, las personas sin daño cerebral no se sentían complacidas cuando sus decisiones les costaban dinero. Sin embargo, dijo Sirigu, saber lo que sucedía en la otra rueda podía alterar significativamente cómo se sentían. Por ejemplo, si ganaban 50 francos pero la otra rueda les hubiera permitido ganar 200, se sentían tristes, mientras que si ganaban 50 francos y no sabían el resultado de la otra rueda, se sentían felices.

Por otro lado, a las personas con lesiones en la corteza orbitofrontal no les importaba lo que sucedía en la rueda alternativa, apuntó. Estas personas no intentaron hacer nada para minimizar sus pérdidas futuras, al contrario de las personas sanas.

"El arrepentimiento es importante cuando estamos eligiendo, para elegir la opción correcta", dijo Sirigu.

Anotó que las personas con daño en esta área del cerebro se comportan con frecuencia de manera muy diferente. Dijo que tienden a tomar decisiones arriesgadas, que no les importa elegir incorrectamente y que tienen problemas con las interacciones sociales.

En el futuro, dijo Sirigu, está planeando estudiar los cerebros de las personas adictas al riesgo, tales como los apostadores compulsivos, usando escáneres para ver qué áreas del cerebro son activadas por estas conductas.

"El daño orbitofrontal les quita a las personas la habilidad para anticipar las consecuencias de sus acciones", dijo el Dr. Elkhonon Goldberg, un neuropsicólogo del Centro Médico de la Universidad de Nueva York, y autor de The Executive Brain: Frontal Lobes and The Civilized Mind.

Dijo que éste era un estudio interesante que confirmaba el rol de la corteza orbitofrontal en el control emocional. Añadió que la corteza orbitofrontal no procesa las emociones complejas, tales como el arrepentimiento, por sí misma, y que si los autores hubieran estudiado otras partes de la corteza prefrontal es probable que hubieran notado diferencias en ellas también.

Más Información

Para obtener más información sobre cómo funciona el cerebro, visite la National Brain Tumor Foundation. Lea este otro artículo sobre el rol de la corteza orbitofrontal en la conducta adictiva, en la Brookhaven National Laboratory del U.S. Department of Energy.

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