MARTES, 10 de abril de 2018 (HealthDay News) -- Las víctimas más jóvenes de la crisis de adicción de Estados Unidos no son los adolescentes tentados por el tabaco, la marihuana y las pastillas.
Más bien, hay decenas de miles de niños pequeños y en edad preescolar que se intoxican accidentalmente cuando acceden al alijo de medicamentos o drogas de los padres o de otro hermano, según un nuevo informe del Centro Nacional sobre la Adicción y el Abuso de Sustancias.
En 2016, los centros de control de intoxicaciones de EE. UU. recibieron un estimado de 30,250 informes de niños de hasta 5 años de edad que enfermaron debido a una serie de sustancias adictivas: cualquier cosa desde el tabaco y los cigarrillos electrónicos hasta la marihuana y los medicamentos opioides recetados, según el informe.
"Creemos que se trata de un problema que se ha pasado por alto en gran medida cuando la gente piensa y habla sobre el problema del abuso de sustancias y de adicción en nuestro país", dijo la investigadora principal, Linda Richter, directora de investigación y análisis de políticas en el Centro Nacional sobre la Adicción y el Abuso de Sustancias.
Todas las señales indican que hay un aumento en la cantidad de niños pequeños que están sufriendo intoxicaciones de forma accidental con los productos recreativos de sus padres.
"En términos generales, la tasas están en aumento", dijo Richter. "Lo preocupante es que la gravedad de las consecuencias parece estar también en aumento".
Los niños intoxicados con sustancias adictivas pueden sufrir convulsiones, entrar en coma e incluso morir, sobre todo los que se exponen a los opioides. Incluso algo como los cigarrillos electrónicos puede ser letal: En diciembre de 2014, un niño pequeño del norte del estado de Nueva York falleció por tragar la nicotina líquida de un cigarrillo electrónico, según el informe.
Y esos efectos secundarios (junto con unas consecuencias menos graves, como las náuseas, los vómitos y la desorientación) son solo los efectos inmediatos, añaden los expertos.
Nadie sabe cómo podría resultar afectado el cerebro en crecimiento de un niño pequeño, advirtió el Dr. Harshal Kirane, director de servicios de la adicción del Hospital de la Universidad de Staten Island, en la ciudad de Nueva York.
"Los niños son especialmente vulnerables en cuanto a que sus cerebros todavía están pasando por etapas clave del desarrollo. Su personalidad y su mente se están integrando y evolucionando", dijo Kirane. "La exposición a este tipo de sustancias podría tener unos efectos realmente inesperados que en realidad apenas estamos empezando a comprender".
Parte del problema es que los padres no están tomando las medidas oportunas para mantener todas las sustancias adictivas fuera del alcance de los niños", comentó el Dr. Scott Krakower, jefe asistente de la unidad de psiquiatría en el Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York.
Además de las sustancias recetadas o ilegales, esto incluye al tabaco, los cigarrillos electrónicos y al alcohol, indicó Krakower.
"No tenemos que dejar las pastillas al alcance de un niño. Por la misma razón, no tenemos que dejar nuestro cigarrillo electrónico al alcance de un niño", dijo.
Los padres también tienen que mantener la flexibilidad a la hora de esconder sus productos adictivos, añadió Richter.
"Quizá parezca que algo está fuera del alcance y de la vista un día, y de pronto ya pueden subirse por los muebles, y al día siguiente ya está a su alcance", explicó.
Parte del problema es que los fabricantes hacen que los productos resulten atractivos para los niños pequeños, dijo Richter.
Los cigarrillos electrónicos vienen empacados con diseños coloridos y con sabores divertidos, dijo. Las bebidas alcohólicas se mezclan con sabores de fruta y se venden en latas que parecen de refrescos y jugo.
La tendencia más preocupante es la de los productos de marihuana en los estados que han legalizado el uso recreativo o medicinal, dijo Richter. Los dispensarios venden productos comestibles de marihuana en formas que resultarían muy atractivas para los niños pequeños: galletas, brownies y dulces, como las gominolas.
"Los hacen para que parezcan otro tipo de dulces que a los niños les gustan", afirmó Richter.
Las autoridades y legisladores elegidos deberían pensar en tomar medidas para controlar estos productos y hacer que sean menos atractivos para los niños pequeños, planteó Richter.
"No ha habido la suficiente voluntad para establecer esos requisitos", dijo.
Por otra parte, los padres pueden proteger a sus hijos si:
"Las familias no siempre son conscientes de que incluso la exposición de segunda mano a estas sustancias puede tener un efecto perjudicial para los niños mientras crecen, ni que hablar de una ingestión accidental", enfatizó Krakower.
Más información
Visite el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU. para más información sobre los opioides y las benzodiacepinas.
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