Los trastornos alimenticios y las adicciones son difíciles de tratar en adolescentes

Lo que funciona en pacientes adultos podría no ayudar en los jóvenes, informan los expertos

JUEVES, 1 de julio (HealthDay News/HolaDoctor) -- Cuando se habla del tratamiento de trastornos de la alimentación y las adicciones, el camino a la recuperación puede ser aún más difícil, y menos directo, para niños y adolescentes que para los adultos, dicen los expertos.

"Los trastornos que empiezan en la juventud, en la adolescencia, sin importar qué trastorno sea, son siempre más difíciles de tratar y es más difícil recuperarse", aseguró el Dr. David Schlager, profesor clínico asistente de psiquiatría y ciencias conductuales de la de la Facultad de medicina del Centro de Ciencias de la Salud de Texas A&M.

Esto se aplica a una amplia gama de problemas, apuntó, desde trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia, hasta adicciones y enfermedades mentales.

Nadie sabe exactamente por qué esto es así, en términos de química cerebral, pero la adolescencia puede ser bastante difícil, incluso sin estas complicaciones.

"Tienen lugar tantos aspectos cruciales, como la excesiva presión para establecerse de diversas maneras", explicó Schlager, que también es psiquiatra de Lone Star Circle of Care. La salud mental puede ser más fácil para los adultos, razonó, porque "si llega a los 30, habrá encontrado su ritmo, por lo que la mayoría de la gente le dará un pequeño margen".

Asimismo, los cuerpos y las mentes de las personas que padecen cualquiera de estos trastornos funcionan de forma diferente a los de individuos sanos, por lo que el reto aún es más difícil.

"En la anorexia, [que por lo general aparece en edades comprendidas entre los 14 y 17], cuando el peso es muy inferior al normal, el cerebro y el cuerpo tienden a reaccionar de manera diferente", dijo Andrea Vazzana, profesor clínico asistente de psiquiatría infantil y adolescente en el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Nueva York. "Alguien cuyo peso sea muy inferior al normal es más propenso a tener dificultades para concentrarse y tomar buenas decisiones. El razonamiento se torna más difícil y el estado de ánimo resulta afectado. La persona está más irritable, deprimida y ansiosa".

Las personas que tienen bulimia sufren de un problema similar. "Comen de manera compulsiva y luego ayunan, por lo que su cuerpo se ve afectado. Tienen la misma preocupación por su peso [como los anoréxicos] pero su juicio no resulta tan afectado como en el caso de la anorexia", comentó Vazzana.

Pero los médicos están en desventaja a la hora de tratar adolescentes con problemas, porque hay una escasez de investigación sobre los tratamientos que funcionan realmente para la gente más joven.

Por ejemplo, "no hay una gran cantidad de tratamientos [para los trastornos alimenticios], especialmente en la adolescencia, que hayan demostrado que funcionan", señaló Vazzana. La terapia familiar es un tratamiento que ha mostrado buenos resultados en ensayos aleatorios y controlados.

Existen buenos tratamientos para la bulimia en adultos, pero nadie sabe si son eficaces en los niños, aunque anecdóticamente parecen tener algún efecto, explicó Vazzana. Entre estos tratamientos se encuentran la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal.

Esto no significa que los padres tengan que perder las esperanzas. El tratamiento de los trastornos alimentarios, adicciones y otros problemas de salud mental en personas más jóvenes puede ser difícil, pero no es imposible, dijo Schlager.

"Depende de la afección. Si es una de las afecciones que sólo tienen tratamientos conductuales, pero no medicamentos, entonces es difícil conseguir en primer lugar que [los niños] participen en el tratamiento conductual", destacó.

Y, según Vazzana, no hay evidencia de que los programas de 12 pasos sean eficaces para el tratamiento de los trastornos alimenticios, especialmente en personas más jóvenes, ya que requieren que las personas reconozcan su enfermedad.

"Lograr que un adolescente reconozca que tiene una enfermedad y que necesita atención, es algo que es abrumador desde un punto de vista narcisista", señaló Schlager "Como la mayoría de los jóvenes, fingen que no tienen un problema".

Wynn Oleson es el pseudónimo del autor de Mi hija es bulímica y el gato tiene bolas de pelo: El adicto de 95 libras en la habitación. Ella encontró que ni los programas de 12 pasos para la adicción, ni muchos otros tratamientos "para adultos" ayudaron a su hija, que ha luchado tanto contra trastornos de la alimentación como de la adicción.

"De niña se le trató como a cualquier persona con síntomas similares, es decir adultos", recordó Oleson "En el centro de rehabilitación, sus compañeras tenían 35 o 40 años. La pusieron junto con adictos a la heroína que habían estado en la cárcel. No son malas personas. Pero tenían una adicción muy profunda y sus historias eran muy emocionantes para una adolescente impresionable de un ambiente muy diferente que no había llevado esa vida".

Después del fracaso de varios programas de tratamientos ambulatorios, Oleson decidió afrontar los problemas de su hija por sí misma en casa con terapia familiar y cognitivo conductual.

"Lo que parece funcionar con los jóvenes, y lo que finalmente ocurrió con nuestra hija, fue mirar atrás y decidir que nuestra hija no estaba en un punto en el que era capaz de procesar de manera lógica lo que le estaba ocurriendo", apuntó Oleson. "Teníamos que volver atrás y enseñarle algunas lesiones básicas de la vida".

Oleson puso en hojas de cálculo las opciones que podría tener su hija al enfrentarse a determinadas situaciones, como una fiesta, habló con su hija sobre las cosas que habían pasado en otras fiestas en el pasado y qué decisiones podía tomar a partir de ahora.

"Mi objetivo al escribir el libro era poder ayudar a otras familias a evitar algunas de las trampas peligrosas en la que caímos al tratar de ayudar a nuestra hija, para abrirles los ojos al público y a los profesionales sobre la necesidad urgente de nuevos métodos de tratamiento para los jóvenes de 24 años o menos ", aseguró.

Hoy en día, señaló Oleson, su hija está en la lista de honores de la universidad y "forjando relaciones saludables con otros, y poco a poco con ella misma".

"Sigue enfrentándose continuamente, sobre todo cuando está estresada, a los deseos de volver a los antiguos comportamientos", agregó Oleson. "Pero ahora entiende qué genera esa tensión, ha desarrollado nuevas recompensas saludables y ha encontrado metas en la vida que son mayores que su deseo por las adicciones".

Más información

Más información sobre la anorexia, la bulimia y otras afecciones en la Academia de Trastornos Alimenticios.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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