Buenas noticias para las personas con ansiedad persistente

man holding his head
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MARTES, 14 de enero de 2020 (HealthDay News) -- Un diagnóstico de un trastorno de ansiedad generalizada no tiene que ser una sentencia de por vida, sugiere un estudio canadiense de gran tamaño.

"Es muy emocionante", afirmó la autora principal, Esme Fuller-Thomson, directora del Instituto del Curso Vital y el Envejecimiento de la Universidad de Toronto.

Las personas con un trastorno de ansiedad generalizada se preocupan en exceso durante periodos largos, y la mayoría de los días tienen dificultades para controlar su malestar, según la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (Anxiety and Depression Association of America). La ansiedad afecta a un estimado de un 31 por ciento de los adultos de EE. UU., y es casi el doble de común en las mujeres que en los hombres, y con frecuencia va de la mano con la depresión mayor.

El equipo de Fuller-Thomson revisó los datos de una encuesta de salud mental canadiense de 2012 en que participaron poco más de 21,000 personas, buscando factores asociados con una "salud mental completa". De los encuestados, unos 2,100 tenían trastornos de ansiedad generalizada.

Los investigadores definieron la salud mental completa como estar libre de enfermedades mentales actuales, poder funcionar bien y sentirse bien con uno mismo, las relaciones y las conexiones comunitarias.

De los que tenían antecedentes de ansiedad, un 72 por ciento estaban en remisión, un 58 por ciento habían estado libres de toda enfermedad mental en el año anterior, y un 40 por ciento cumplían con los criterios de una salud mental completa.

En el grupo más amplio de encuestados que nunca habían tenido un trastorno de ansiedad generalizada, se determinó que un 76 por ciento tenían una salud mental completa.

"No preví que las cifras serían tan altas", dijo Fuller-Thomson. "Me sorprendió".

El estudio no observó los tipos de tratamiento que los encuestados probaron, ya que esa información no estaba disponible, comentó Fuller-Thomson, de forma que no se pueden sacar conclusiones sobre cuáles podrían haber sido los más exitosos.

Los investigadores sí examinaron distintas variables que afectaban a los encuestados, tanto de forma positiva como de forma negativa. Éstas incluían el sexo, la raza, la edad, el nivel educativo, los ingresos y el estado civil; la presencia o los antecedentes de abuso físico y sexual, violencia doméstica, abuso de sustancias, insomnio y dolor debilitante; y el uso de la religión como un mecanismo de afrontamiento.

El trabajo se publicó en la edición en línea del 8 de enero de la revista Journal of Affective Disorders.

El Dr. Ken Duckworth es psiquiatra y director médico de la Alianza Nacional para la Salud Mental (National Alliance on Mental Health), y no participó en el estudio. Afirmó que los hallazgos son "como aire fresco".

Duckworth dijo que los estudios de gran tamaño que observan a las mismas variables a lo largo del tiempo son poco comunes en el tratamiento de la enfermedad mental en Estados Unidos. Pero el sistema de atención de la salud nacional canadiense significa que recolectar los datos sería más fácil, añadió.

¿Cuáles participantes con antecedentes de ansiedad tenían más probabilidades de lograr una salud mental completa?

El estudio apuntó a los que eran blancos, de sexo femenino, estaban casados, tenían una salud física buena o excelente, y estaban libres de un trastorno depresivo mayor. Los que eran más propensos a alcanzar una salud mental completa tampoco tenían antecedentes de dependencia del alcohol o las drogas, no eran obesos ni sufrían de insomnio crónico.

También fue clave que usaran la religión o la espiritualidad para salir adelante, y que tuvieran un confidente.

"Hay esperanza", afirmó Fuller-Thomson. "Hay un alto nivel de recuperación, incluso en las personas que han sufrido durante una década o más".

Los puntos negativos para la recuperación de una salud mental completa incluyeron el insomnio crónico, las dificultades para realizar las actividades diarias, y los antecedentes de un trastorno depresivo mayor o de abuso de sustancias.

Fuller-Thomson dijo que el estudio muestra que los proveedores de atención de la salud deben tomar en cuenta la salud física y los hábitos de sueño de un paciente cuando traten la ansiedad. Algo interesante es que "la pobreza no fue un factor importante" que afectara al grupo con antecedentes de trastornos de la ansiedad, señaló.

Aunque dijo que las estrategias de afrontamiento negativas, como el alcohol y las drogas, "son realmente muy nocivas", Fuller-Thomson añadió que contar con un confidente y no sufrir ninguna discapacidad tuvo el mayor efecto positivo.

"El respaldo social es clave", aseguró Fuller-Thomson. "A las personas que están aisladas no les va bien".

Las experiencias de la niñez también tuvieron un rol importante en las probabilidades de recuperación de los encuestados, encontró el estudio.

Los que habían sido testigos repetitivamente de la violencia doméstica o habían sufrido abuso físico tenían menos probabilidades de lograr una salud mental completa. Menos de un 5 por ciento de los encuestados que habían sido víctimas de abuso sexual la lograron.

Duckworth dijo que está deseando un seguimiento que examine las mismas variables junto con los métodos de tratamiento, como la consejería, los medicamentos y la modificación de la conducta".

"¿[Lo que causó la mejora] fue la edad o el tratamiento?", preguntó. "¿El estatus socioeconómico o el tratamiento? ¿Qué tan importantes son los factores individuales? Estoy seguro de que todos son significativos".

Más información

Para más información sobre el trastorno de ansiedad, visite la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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