La ansiedad de los adolescentes estudiada en tiempo real

Estudio indica que diarios computadorizados producen más honestidad

Lunes, 29 de julio (HealthDayNews) -- Los adolescentes acosados por la ansiedad se tornan, furiosos, tristes y cansados con más frecuencia. También son más propensos a comer en exceso y a fumar.

Desafortunadamente, el problema puede ser más prevaleciente de que lo que previamente se pensaba, sugiere un estudio que evaluó los sentimientos de los adolescentes en tiempo real.

Aunque la angustia adolescente es difícilmente un fenómeno nuevo, los índice de ansiedad en los adolescentes son inesperadamente altos, según un informe en una reciente edición de la "Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry".

En un estudio de 150 estudiantes de noveno grado, investigadores de la Universidad de California, Irvine, y la Universidad de California, Los Angeles (UCLA) utilizaron diarios portátiles de computadoras para medir y analizar sus comportamientos y estados de ánimo.

Los investigadores dijeron que el innovador método contribuyó a sus hallazgos.

"Los diarios electrónicos nos dieron una perspectiva más amplia en la mente del adolescente que los cuestionarios tradicionales, en la medida en que pudimos examinar patrones y situaciones que no pudieron ser derivados con precisión anteriormente", expresó la investigadora y profesora de psicología de UCLA, Barbara Henker.

Debido a que los estudiantes pudieron registrar en la bitácora "según sucedían" el registro de sus emociones, fueron más sinceros, indicó Henker. "Si se sentían extremadamente molestos y los capturábamos en ese momento, nos lo decían. En tanto que cuando le preguntábamos con el método tradicional del lápiz y el papel: ¿Has estado extremadamente molesto hoy?contestaban: No".

Durante dos intervalos de cuatro días, los adolescentes grabaron sus estados de ánimo, actividades y ambientes sociales, así como su consumo de alimentos, tabaco y alcohol en diarios equipados con un programa de software específico.

Las computadoras emitían un sonido cada 30 minutos, y las preguntas aparecían en la pantalla. Las primeras preguntas eran cosas como dónde estaban, con quienes estaban, y qué estaban haciendo. Otras eran relacionadas con el estado de ánimo. Cada pregunta ofrecía una gama de respuestas. De manera que la respuesta a "¿Cuán ansioso estás?" por ejemplo, podría ser algo desde "levemente nervioso" a "altamente agitado".

Sus repuestas desaparecieron luego de haberla tecleado; una característica que Henker dijo propiciaba la honestidad y espontaneidad.

"No estaban preocupados acerca de que sus padres fisgonearan, ni podían regresar y revisar que habían dicho antes", explicó.

Los investigadores usaron las entradas del diario para clasificar los estudiante en grupos de ansiedad alta, baja o mediana, y examinó cuándo cada uno experimentó ansiedad, dónde y con quién.

En promedio, los participantes reportaron ser aprehensivos en aproximadamente 45 por ciento de sus bitácoras.

Aquellos que se sentían más ansiosos tendían a pasar más tiempo sólo, pero estaban menos ansiosos cuando estaban con sus amigos. Los adolescentes altamente ansiosos eran siete veces más propensos que sus pares menos ansiosos a narrar sentimientos de coraje y 11 veces más propensos a reportar tristeza.

Adolescentes moderados y altamente ansiosos eran dos o tres veces más propensos a fumar, y entre 70 y 80 por ciento más propensos a tomar alcohol y experimentar deseo urgente de comer.

Contrario a estudios previos que han encontrado que las muchachas son más ansiosa que los muchachos, esta investigación no reveló diferencias de género.

Katharina Manassis, psiquiatra y directora del programa de trastornos de ansiedad en el Hospital for Sick Children en Toronto, dijo que el estudio confirma lo que muchos en la profesión han sospechado durante mucho tiempo.

"Muchos de nosotros siempre hemos pensado que cuando las personas se tornan ansiosas, particularmente en su adolescencia, son propensos a adoptar formas inadecuadas de lidiar con esto, como comer en exceso, beber o fumar", dijo.

No obstante, Henker advierte que aunque los resultados revelan ansiedad y comportamientos negativos a menudo ocurren simultáneamente, es difícil decir qué viene primero. "Mi presunción es que a veces la ansiedad conduce a los jóvenes a fumar o comer en exceso, y a veces fumar o comer en exceso torna a los jóvenes ansiosos", sostuvo.

Aunque los investigadores sugieren que sus hallazgos pueden disuadir a los adolescentes de adoptar hábitos perjudiciales, Manassis considera que meramente señalar la relación entre la ansiedad y las prácticas destructivas de los adolescentes tendrán poco efecto en sus acciones.

Pero si alguien que está allí para ayudar a los adolescentes identifica las situaciones dónde se tornan ansiosos y dice "Oye, ésta es una situación dónde dices que te tornas ansioso, así que en lugar de tomar un cigarrillo o comer aquellas donas, ¿qué otras cosa podrías hacer ahora? Eso podría ayudar", indicó.

Qué hacer

Para ayudar a los adolescentes con ansiedad y otros problemas de salud mental, visita el Centro para Servicios de Salud Mental o la Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes.

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