MARTES 4 de diciembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- De acuerdo con un estudio, casi la mitad de los que vivían en Nueva Orleáns y casi un cuarto de los que residían en otras áreas golpeadas por el huracán Katrina mostraban signos de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad a los cinco o siete meses después del desastre.
Los investigadores encuestaron a 1,043 residentes de Luisiana, Alabama y Misisipí.
Hallaron que el 31.2 por ciento de los encuestados tenía un trastorno de ansiedad y del estado de ánimo, incluido el 49.1 por ciento de los residentes del área metropolitana de Nueva Orleáns y el 26.4 por ciento de los que vivían en otras áreas. Además, el 16.3 por ciento de los encuestados tenía trastorno por estrés postraumático (TEPT), incluido el 30.3 por ciento de los residentes de Nueva Orleáns y el 12.5 por ciento de los que vivían en otras áreas.
Las personas menores de 60 años, las mujeres, los que no tenían una educación universitaria, los que tenían un bajo ingreso familiar y los que eran solteros o estaban desempleados antes del huracán tenían más probabilidades de sufrir de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad. Salvo los negros, los grupos minoritarios tenían tasas más bajas de estas afecciones.
"La gran mayoría de los encuestados del área metropolitana de Nueva Orleáns (91.9 por ciento) y la muestra restante (81.7 por ciento) reportaron experimentar al menos una de las diez categorías de factores estresantes relacionados con el huracán", lo que incluía lesiones, atracos, pérdida de la propiedad o la muerte de un ser querido, escribió el Dr. Sandro Galeo, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor y otros autores asociados del estudio.
Entre los residentes de Nueva Orleáns, la magnitud de la exposición a esos factores estaba relacionada más fuertemente con trastornos del estado de ánimo y de ansiedad que entre los residentes de otras áreas. Los investigadores también hallaron que los residentes de Nueva Orleáns eran más propensos a padecer trastornos del estado de ánimo y de ansiedad tras sufrir una enfermedad física o lesión, o adversidad física, mientras que los residentes de otras áreas eran más propensos a tener trastornos del estado de ánimo y de ansiedad tras perder su propiedad.
El estudio aparece en la edición de diciembre de la revista Archives of General Psychiatry.
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