Los problemas conductuales son comunes en los niños que tienen retraso mental

Investigadores australianos afirman que hacen falta programas de apoyo

MARTES 24 de octubre (HealthDay News/HispaniCare) -- Los problemas conductuales y emocionales son comunes entre las personas jóvenes que tienen retraso mental y la incidencia a dichos problemas se reduce muy lentamente con los años, según encuentra un estudio australiano.

No se ha prestado mucha atención a estos problemas, que van desde el uso de palabras soeces y darse golpes en la cabeza hasta una falla en comunicarse con los demás, señalan los investigadores de la Universidad de Sydney. Sin embargo, el estudio encontró que el 41 por ciento de los jóvenes a quienes se dio seguimiento tenía tales problemas y la incidencia disminuía apenas en alrededor de 1 por ciento por año durante un periodo de 14 años.

"Aunque disminuía, el nivel permanecía relativamente alto", señaló Andrea M. Piccinin, quien participó en el estudio y ahora es profesora asociada de investigación sobre desarrollo humano y las ciencias familiares de la Universidad Estatal de Oregón. "Defendemos la postura de que la intervención y una mayor compresión de los factores que disminuirían la psicopatología serían importantes".

Los hallazgos aparecen en la edición del 25 de octubre del Journal of the American Medical Association.

En el estudio participaron 578 niños y adolescentes entre los 5 y los 19 años de edad al inicio de la investigación en 1991. Fueron evaluados por la Developmental Behavior Checklist (Lista de cotejo de conductas del desarrollo), una medida estándar para los niños que tienen lo que se conoce formalmente como discapacidades del desarrollo.

"Observamos la puntuación global y cinco subescalas", explicó Piccinin. "La subescala de relaciones sociales mostró un aumento. A medida que estos niños entran en la adolescencia y crecen, hay más problemas con sus relaciones sociales, porque están en una situación en que se espera más de ellos".

La disminución ocurrió en las escalas que medían ansiedad, capacidad de comunicación, conducta destructiva y alteración general, señaló. En general, la incidencia de problemas fue de 30 por ciento al final del estudio.

La disminución de problemas fue mayor en los chicos que en las chicas con el tiempo y la disminución fue mayor entre los que tenían retardo leve que en los que tenían discapacidad mental grave.

"La observación de que la psicopatología severa ya se encontraba presente en una alta proporción de la cohorte al inicio del estudio, y la persistencia de estos síntomas, sugiere la necesidad de intervenciones mentales efectivas", afirmaron los investigadores. "Éstas deben incluir apoyo, educación y entrenamiento en habilidades para sus padres, quienes probablemente están estresados por la carga del cuidado".

Los investigadores encontraron que sólo el 10 por ciento de los jóvenes que tenían problemas conductuales y emocionales recibieron intervenciones de salud mental durante el estudio.

"Esto apunta a la importancia de la intervención", aseguró Piccinin.

Más información

Para más información sobre el retardo mental, diríjase al National Dissemination Center for Children With Disabilities.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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