Más adolescentes de los EE.UU. rechazan conductas riesgosas

Pero un estudio encuentra que demasiados, especialmente los hispanos, informan sobre el uso de drogas y sentimientos suicidas

JUEVES 8 de junio (HealthDay News/HispaniCare) -- Las conductas riesgosas de salud, como el uso inseguro de vehículos automotores, la actividad sexual y el uso de tabaco y alcohol, están en declive entre los jóvenes estadounidenses.

Pero la tendencia a la disminución no es suficientemente pronunciada, según encuentra un nuevo informe del gobierno de los EE.UU., y las disparidades entre los grupos raciales y étnicos son aún desalentadoramente altas.

"Nos encanta ver algo de progreso, pero la realidad es que los niveles de conducta riesgosa son demasiado altos", afirmó Howell Wechsler, director de la división de salud de los adolescentes y escolar de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention. "Deseamos celebrar que la mayoría de conductas riesgosas van en la dirección correcta, pero no están disminuyendo con suficiente rapidez, así que tenemos mucho trabajo por hacer".

Wechsler habló en una conferencia de prensa el jueves para anunciar los hallazgos de la Encuesta de conductas riesgosas en los jóvenes -- Estados Unidos, 2005, publicado por los CDC.

La encuesta ha sido llevada a cabo cada dos años desde 1991. La encuesta de este año se basa en datos recolectados en la primavera de 2005 de casi 14,000 estudiantes de secundarias públicas y privadas de todo el país. Además de los datos nacionales, el informe también incluye datos de encuestas llevadas a cabo en 40 estados y en 21 distritos escolares urbanos grandes.

En general, la proporción de estudiantes de secundaria que realizan conductas riesgosas de salud crítica ha disminuido, apuntó Wechsler. Esto incluye conductas relacionadas con la seguridad en vehículos motorizados, actividad sexual, uso de tabaco y alcohol, y violencia.

En particular, el uso de cinturones de seguridad ha aumentado de manera dramática. En 2005, sólo el 10 por ciento de los adolescentes afirmó que raras veces o nunca usaba cinturón de seguridad, una disminución frente al 18 por ciento en 2003 y el 26 por ciento en 1991.

Además, menos estudiantes reportan uso de alcohol, 43 por ciento en 2005, en comparación con 51 por ciento en 1991.

También ha habido una disminución en el porcentaje de estudiantes que reportan haber tenido relaciones sexuales (47 por ciento en 2005, frente a 54 por ciento en 1991). Casi las dos terceras partes (el 63 por ciento) de los estudiantes sexualmente activos informaron haber usado un condón en su última relación sexual, un aumento considerable frente a 46 por ciento en 1991.

Muchas diferencias raciales y étnicas complicaron el cuadro, aunque las diferencias no fueron dramáticamente distintas a las observadas en años anteriores, declaró Wechsler.

Los estudiantes blancos eran menos propensos que los estudiantes hispanos o negros a participar en peleas físicas, conductas sexuales riesgosas o a tener sobrepeso. Sin embargo, eran más propensos a fumar cigarrillos y a participar en atracones de bebida.

Los estudiantes negros eran los menos propensos a usar tabaco, alcohol, cocaína y otras drogas, en comparación con sus compañeros blancos e hispanos. Por otro lado, eran más propensos a reportar conductas sexuales arriesgadas y a conductas sedentarias, como ver televisión tres horas al día o más.

"Los datos desmienten los mitos de que los jóvenes estadounidenses de origen africano tienen conductas negativas en todas las áreas", afirmó la Dra. Renee Jenkins, profesora y presidenta del departamento de pediatría y salud infantil en la Universidad de Howard en Washington, D.C. "Hay algunas sorpresas en el área de la nutrición, pues los estadounidenses de origen africano reportaron el mayor porcentaje de consumo de frutas y verduras más de cinco veces al día".

Los problemas de la conducta sedentaria, que contribuyen significativamente al sobrepeso y a la obesidad, serían mejor solucionados con un método comunitario, añadió Jenkins. "Tenemos que reconocer el contexto de las comunidades", aseguró. "Los índices mayores de ver televisión y usar computadoras tienen que ser observados en el contexto de comunidades no tan seguras. Las opciones sobre cómo pasan el tiempo son determinadas hasta cierto punto por las comunidades en las que viven.

El cuadro de los jóvenes hispanos fue tal vez el más preocupante, con mayores informes de intentos de suicidio y uso de drogas como la cocaína, la heroína y las metanfetaminas. Las chicas latinas, en particular, reportaron un índice persistentemente alto de sentirse tristes y desesperanzadas, y de intentos de suicidio.

"No me siento cómodo con que esto se vea como un cuadro positivo", afirmó el Dr. Glenn Flores, profesor de pediatría, epidemiología y políticas de la salud en el Colegio Médico de Wisconsin en Milwaukee. "Me molesta como latino, y como pediatra latino, ver la extensión del uso de drogas en la comunidad latina, la falta de uso de condones, y el inaceptablemente alto índice de problemas relacionados con la tristeza, la desesperanza y los intentos de suicidio".

"Pienso que esto es un indicador centinela para que digamos que algo anda mal con la niñez que le estamos ofreciendo a nuestros niños latinos", añadió Flores. "Podríamos tener una futura generación muy problemática, y dado que la mayoría de los niños de nuestro país pronto serán latinos, estamos hablando de la productividad y salud futuras de todo el país".

Más información

Para ver la encuesta completa, visite los CDC.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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