Más que los genes, la familia contribuye al divorcio

Un estudio encuentra que la experiencia de los padres con frecuencia se replica en los hijos adultos

VIERNES 20 de julio (HealthDay News/Dr. Tango) -- La tendencia hacia el divorcio no yace principalmente en los genes, según sugiere una investigación reciente.

Un estudio australiano de gemelos y sus hijos adultos encuentra que los antecedentes familiares tienen que ver. Los adultos cuyos padres se habían separado tenían un riesgo casi doble de divorciarse ellos mismos, según encontraron los investigadores.

Pero, por así decirlo, no hay un "gen" del divorcio, afirmó Robert M. D'Onofrio, investigador principal y psicólogo de la Universidad de Indiana. "Los factores genéticos que influyen sobre ambas generaciones no dan cuenta [de manera significativa] del aumento en el riesgo", señaló.

Los hallazgos aparecen en la edición de agosto del Journal of Marriage and Family.

Los estudios anteriores han encontrado que un mayor porcentaje de personas divorciadas proviene de familias separadas por el divorcio. Eso provocó la pregunta de si los genes "podrían ser responsables del aumento en el riesgo de inestabilidad matrimonial en los hijos de matrimonios divorciados", explicó D'Onofrio. Su equipo es el primero "en evaluar la posibilidad y, en gran parte, descartar el papel de los factores genéticos", dijo.

Sin embargo, la investigación no eliminó por completo todos los factores genéticos. Según D'Onofrio, alrededor del 66 por ciento del aumento en el riesgo de divorcio parece provenir del simple hecho de que los padres de una persona se hayan divorciado. El 34 por ciento restante del riesgo parecía estar relacionado con factores genéticos, además de otros factores que afectan tanto a padres como a hijos.

Además, debido a que el estudio se llevó a cabo en Australia, los resultados no pueden generalizarse a los Estados Unidos, señaló D'Onofrio. Para hacerlo, los investigadores tendrán que replicar los resultados en una muestra estadounidense, algo en lo que este grupo ya está trabajando.

Este estudio es único, dijo el investigador, porque se basa en datos de más de 2,300 gemelos, sus cónyuges y sus hijos adultos. En otras palabras, muchas de las personas más jóvenes del estudio eran primos que también eran "medio hermanos genéticos" porque su tía o tío comparten genes con sus padres.

Así que para ayudar a separar los efectos de la genética de los del ambiente familiar, el equipo australiano comparó el éxito matrimonial de los primos que fueron criados en familias estables (en las que no había habido divorcio) con los de primos que venían de familias separadas por el divorcio.

Un experto afirmó que, aún así, el estudio tenía errores.

Un factor que D'Onofrio y sus colegas no observaron en el estudio es lo que se conoce como "emparejamiento selectivo", la tendencia de la gente a casarse con gente que se parece a ellos, anotó un experto británico, el Dr. Stephen Stansfeld, profesor de psiquiatría de la facultad de medicina y odontología del Hospital de San Bartolomé ("Barts") y del Hospital de Londres.

Según Stansfeld, eso significa que la gente que experimentaba el divorcio de sus padres de niño podría estar románticamente atraída a personas que habían tenido experiencias similares, lo que aumenta potencialmente sus propias probabilidades de fracaso matrimonial.

En ese sentido, el estudio no se dirige a qué sucede cuando "la gente que tiene antecedentes de relaciones estables" se casa entre sí, explicó Stansfeld.

D'Onofrio reconoció que los resultados de su equipo se ven limitados por no tomar ese factor en cuenta.

"La tendencia de los individuos a casarse con personas similares podría poner a algunos hijos en mayor riesgo de separaciones matrimoniales porque los hijos se ven expuestos a dos padres con mayores niveles de psicopatología y otras características "que podrían tener efectos negativos sobre su descendencia, señaló el estudio.

Tampoco se sabe si el emparejamiento selectivo está dirigido por la genética y cómo podría afectar la propensión genética de los hijos a los matrimonios estables o inestables, explicó D'Onofrio.

El divorcio puede y logra disminuir la felicidad de la gente, añadió Richard Lucas, profesor asociado de psicología de la Universidad estatal de Michigan. "Cuando la gente se divorcia, parece cambiar permanentemente" y generalmente es menos feliz, dijo.

"Hemos sabido por bastante tiempo que las personas cuyos padres se han divorciado son más propensos a divorciarse. Este estudio hace un muy buen trabajo de evaluar el motivo probable", dijo Lucas. Cualquier cosa que aumente la comprensión de todos los factores involucrados en el divorcio "debe ayudar a la gente a averiguar en qué debería estar enfocando sus esfuerzos para acabar con el divorcio", añadió.

Más información

Para más información sobre el impacto psicológico del divorcio, visite el U.S. National Institutes of Mental Health.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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