Ser papá podría alterar el cerebro

Estudio con monos mostró cambios neurológicos relacionados al aprendizaje

JUEVES 24 de agosto (HealthDay News/HispaniCare) -- ¿Cambia el cerebro de un hombre cuando se convierte en papá? La respuesta no está clara en los humanos, pero un estudio con minúsculos monos llamados titís sugiere que ser padre podría alterar la materia gris.

Investigadores afirman que la estructura del cerebro es distinta en los titís que son papás, en comparación con los que no lo son. También encontraron que los cerebros de los papás eran más receptivos a una hormona relacionada al aprendizaje.

El estudio de la Universidad de Princeton es "muy emocionante" porque es aparentemente la primera relación entre la crianza paterna y los cambios físicos y químicos en el cerebro de un primate, afirmó Jon E. Levine, profesor de neurobiología y fisiología en la Universidad de Northwestern quien está familiarizado con esta investigación.

Los titís viven en la parte alta de los árboles de las selvas de América del Sur y Central. Son pequeños, y los adultos a veces sólo alcanzan una estatura de 6 pulgadas (unos 15 centímetros).

"A diferencia de muchos otros mamíferos macho, los titís que son papás participan mucho en el cuidado de sus hijos", anotó la investigadora principal Yevgenia Kozorovitskiy, estudiante de postgrado de neurociencia en Princeton.

De hecho, investigaciones sugieren que los padres titís cargan a sus crías el 70 por ciento del tiempo durante su primer mes de vida. "Además, la complejidad de sus cerebros los hace un buen modelo para examinar los procesos que podrían ocurrir en los humanos", apuntó Kozorovitskiy.

En el nuevo estudio, los investigadores examinaron los cerebros de los titís que eran papás y los que no lo eran. Sus hallazgos aparecen en la edición de septiembre de la revista Nature Neuroscience.

En comparación con los que no eran padres, las cortezas prefrontales de los titís que si lo eran tenían una mayor densidad de "espinas" que se formaban en las dendritas, las microscópicas ramificaciones de las neuronas. Las dendritas permiten a las neuronas comunicarse entre sí.

En los humanos, la corteza prefrontal se considera un centro para la emoción y el pensamiento superior, que incluye el aprendizaje de las consecuencias de las acciones.

Los investigadores también encontraron que los cerebros de los titís papás tenían más receptores de una hormona conocida como vasopresina, un neuropéptido. Eso significa que sus cerebros podían procesar una mayor cantidad de esta sustancia química que los de los que no eran padres.

Los investigadores añadieron que la vasopresina está fuertemente conectada a la conducta paterna. En los humanos, la hormona, que es producida en la glándula pituitaria, es crucial para el aprendizaje y la memoria.

Entonces, esencialmente, "la experiencia de ser papá altera dramáticamente regiones cerebrales que son importantes para la cognición", apuntó Yevgenia Kozorovitskiy.

Según Levine, todavía no está claro cómo sucedieron esos cambios en los cerebros de los titís. "¿Median estos cambios algún aspecto de la conducta paterna, o son secundarios a cambios físicos u hormonales que podrían ocurrir como consecuencia de la conducta?", planteó. "Hay que explorar la causa y el efecto".

Y, por supuesto, los investigadores desearían saber si hay efectos similares en los papás humanos. Pero por ahora "estos son primates que exhiben conducta paternal, lo más cercano a relevancia en humanos que se puede obtener con un animal experimental", aseguró Levine.

Más información

Para información sobre la paternidad, visite la National Fatherhood Initiative.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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