Deje que su corazón ría saludablemente

Estudio halla que el flujo sanguíneo aumenta al ver películas graciosas

LUNES 7 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Reírse a carcajadas puede tener sus repercusiones, incluso para el corazón.

Por primera vez, los investigadores han hallado que la risa hace que el endotelio, el recubrimiento interior de los vasos sanguíneos, se dilate. Esto aumenta el flujo sanguíneo, lo cual, por supuesto, es bueno para la salud cardiovascular en general.

El mensaje es claro y económico.

"Creo que sería razonable que todo el mundo se relajara y pasara entre 15 y 20 minutos diarios riendo", aseguró el Dr. Michael Miller, investigador líder y director de cardiología preventiva del Centro Médico de la Universidad de Maryland.

Miller, que presenta sus hallazgos este lunes en las sesiones científicas del American College of Cardiology en Orlando, Florida, aseguró que ver a Jay Leno, Dennis Miller (no son de la familia) o Frasier le hacen reír.

Esto lleva a la propuesta de que la televisión podría tener, en realidad, cierta función en cuanto a la salud del corazón "si vemos los programas correctos y pasamos el tiempo viendo comedias en lugar de programas que causen estrés", advirtió Miller.

Aunque este es el primer estudio en mostrar que la risa tiene ese efecto, Miller había informado anteriormente que los pacientes de enfermedad cardiaca generalmente respondían a los hechos de la vida diaria con menos humor que las personas sanas. Y los investigadores de la Universidad de Harvard han informado que las personas con una actitud optimista frente a la vida también tienen menor riesgo de sufrir enfermedad cardiaca.

Para este estudio, se le asignó a 20 voluntarios sanos que vieran entre 15 y 30 minutos de una película ligera como Kingpin (Vaya par de idiotas), Something About Mary (Loco por Mary) o retazos de Saturday Night Live; por otro lado, la película de guerra de Steven Spielberg Saving Private Ryan (Salvar al soldado Ryan). Se dividió igualmente a los participantes por sexo, se hizo un promedio de 33 años de edad y se les midió el flujo sanguíneo inicial luego de ayuno nocturno.

Un mínimo de 48 horas después, los voluntarios regresaron a ver otra película que no habían visto antes.

"Vieron ambas películas y fueron sus propios controles", explicó Miller. Esto significa que el estudio eliminó factores confusos que pueden surgir al comparar dos individuos distintos, explicó.

En total, los investigadores realizaron 160 mediciones de flujo sanguíneo en la arteria braquial del brazo.

Casi todos los voluntarios (el 95 por ciento) experimentaron un aumento del flujo sanguíneo al ver una película cómica, mientras que tres cuartos (el 74 por ciento) sufrieron una reducción del mismo al ver los estragos de la guerra en pantalla.

En total, el flujo sanguíneo promedio aumentó 22 por ciento con la risa y disminuyó 35 por ciento con el estrés. Los cambios perduraron entre 30 y 45 minutos luego de ver el segmento de la película.

La magnitud de los cambios fue similar al beneficio que podría observarse con la actividad aeróbica, aseguró Miller. Esa no es una razón para intercambiar la risa por el ejercicio, agregó. Lo ideal sería hacer ambas cosas.

No está muy claro por qué la risa tiene un efecto tan saludable, pero Miller tiene algunas ideas. "El endotelio cuenta con receptores de endorfinas, así que lo que puede estar sucediendo luego de una buena carcajada es que las endorfinas son liberadas y activan los receptores, lo que causa una interacción o quizá sólo una dilatación independiente del endotelio", opinó. Las endorfinas son sustancias químicas que hacen sentirse bien a la gente y tienen propiedades similares a las de la morfina.

También es posible que el estrés lleve a la liberación de hormonas del estrés, como la cortisol, que podrían a su vez reducir la liberación de óxido nítrico (no confundir con el óxido nitroso, el gas de la risa) de las células endoteliales. Esto, a su vez, podría causar la constricción del vaso sanguíneo.

Cualquiera que sea la razón, el mensaje para los cardiólogos es claro. "Necesitamos invertir más tiempo hablando con los pacientes sobre el estrés y los aspectos psicosociales de las enfermedades", recomendó el Dr. Richard Hayes, profesor clínico asistente de medicina del Centro Médico de la Universidad de Nueva York de esa ciudad. "Es una parte de las enfermedades que no siempre se considera".

Más información

Para reírse más, vea la lista del American Film Institute de las cien mejores películas cómicas estadounidenses.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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